Las series de true crime están de moda. Por ello, no es de extrañar que cuando el 8 de septiembre de 2023 se estrenó en Netflix El cuerpo en llamas, protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, fuese todo un éxito de audiencias. Este proyecto está basado en la historia de la expolicía Rosa Peral, que fue condenada a 25 años de cárcel por el asesinato de Pedro Rodríguez.
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La interna demandó a la plataforma de streaming al considerar que se estaba vulnerando el derecho al honor, la imagen y la intimidad de ella y su hija. En total, reclama casi 30 millones de euros de indemnización: 26,5 millones para su hija - 1 euro por el número de horas que se ha reproducido la serie - y 2.600.000 euros para ella - 10 céntimos por hora de reproducción. Hay que recordar que en su momento Rosa pidió que se cancelase cautelarmente el lanzamiento de la serie porque nunca dio consentimiento o cedió sus derechos de imagen.
Este martes, ha dado comienzo en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Vilanova (Barcelona) una audiencia previa por la demanda civil. En esta etapa ambas partes pueden proponer pruebas testificales y periciales, pero no documentales, así como impugnarlas con el objetivo de simplificar y agilizar el juicio e intentar fomentar la resolución del conflicto de una manera amistosa estableciendo claramente los términos del litigio antes de la fase del juicio oral.
Rosa Peral no estará en esta audiencia, sino que acudirá su padre, Francisco, que tiene los poderes de representación. Nuria González, letrada de la expolicía, ha aclarado algunos puntos de la demanda en una intervención en el programa de Telecinco La mirada crítica. “Hemos hecho un punteado segundo por segundo de la serie de todos los aspectos que van más allá de la verdad judicial. Hay aspectos de la vida personal que jamás tuvieron que ver con el juicio, que tienen que ver con su vida familiar que no tendrían que saberse. Su vida nunca fue pública y sale bastante detallada, sin ser ciertos algunos aspectos”.
De la misma manera, la abogada ha subrayado que la hija de Rosa tenía un papel protagónico en la serie, cuando su figura tenía que haberse pasado por alto. “Es una niña que nada tuvo que ver con el proceso judicial. Se hizo referencia a ella por terceras personas, el juez lo descartó y resulta que es la protagonista de la serie y el principal hilo conductor de la producción audiovisual. Además de falso, es totalmente dañino e innecesario. La producción podría haberse hecho prescindiendo de este personaje que nada tuvo que ver con los hechos”.
Netflix, por su parte, argumenta que El cuerpo en llamas no es un documental sino una serie de “pura ficción” por lo que se han podido tomar ciertas licencias creativas. En cuanto a la aparición de la hija de Rosa, defienden que sale de “manera minoritaria” para entender la figura de la expolicía y, además, aparece con un nombre físico y distintas características físicas y de edad.