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Por mucho que Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, hayan procurado que sus hijos vivan una infancia lo más normal posible, esa “normalidad” no acaba de cuadrar con su día a día. Aunque, tras el primer mandato presidencial de Donald Trump, hicieron las maletas y se mudaron de Washington a Florida en busca del anonimato, no hay ocasión en la que no se topen con algún reportero gráfico que capta cada uno de sus movimientos. Lo llevan con elegancia, y han logrado inculcarles a sus hijos que ese es el precio de la fama de su poderosísimo abuelo, el 47 Presidente de los Estados Unidos. El pasado 20 de enero, durante la investidura de Donald Trump, a nadie pasó desapercibida la elegante silueta, enfundada en un abrigo camel, de Arabella Rose Trump, la hija mayor de Ivanka Trump y Jared Kushner.
© @ivankatrumpUn día después, en la Catedral Nacional de Washington se celebró una ceremonia de oración. Desde 1993, los presidentes de Estados Unidos acuden a este acto religioso antes de emprender su primera jornada como mandatarios de su país. Pues bien, más allá del simbolismo y fuerza de la ceremonia, llamó la atención la puesta en escena de Ivanka y su hija, Arabella Rose. Ambas aparecieron rodeadas de los “hombres” de la familia. Es decir, del patriarca, Jared Kushner, y de los otros dos hijos de la pareja, Joseph Frederick (de once años), y Theodore James (de ocho). Tanto Ivanka como Arabella Rose apostaron por sendos abrigos rojos con lazo, un guiño en sus estilismos que dice, sin palabras, que ambas caminan por la misma senda de la elegancia, y que, entre ellas, hay una obvia complicidad.
© @ivankatrumpDE TAL PALO TAL ASTILLA
Si amas la moda, no debe de haber nada mejor que contar con una madre que conoce, a la perfección, las tendencias, y que sabe qué se amolda a cada cuerpo y en qué circunstancias se debe elegir o no una prenda. Los armarios y el vestidor de Ivanka Trump probablemente sean un “reino” aparte, donde se encuentran las piezas más increíbles, tanto de Alta Costura como de Pret-a-Porter. Y Arabella Rose tiene acceso directo a ese paraíso soñado por las fashionistas de todo el planeta.
© Getty ImagesNo podemos olvidar que Ivanka Trump descubrió desde muy joven su pasión por la moda. En 1997, cuando aún no había alcanzado la mayoría de edad, inició su andadura en la agencia Elite y desfiló, entre otros, para Enrico Coveri, Versace, Marc Bouwer y Thierry Mugler. Tampoco se puede olvidar el hecho de que pora la sangre de Ivanka circulaba esta fascinación por la moda. Su madre Ivana, cuando salió de la República Checa, y se instaló en Canadá a mediados de los años setenta, trabajó de instructora de esquí, pero también como de modelo.
© @ivankatrumpTodo lo anterior nos lleva a la conclusión de que Arabella Rose tiene todas las papeletas para triunfar en el mundo de la moda, y ya no solo como una mini-Ivanka, sino como alguien de gusto muy educado, exquisito y cosmopolita, con personalidad propia. También es importante destacar que, a los trece años, Arabella Rose no es solo una preadolescente que adora la ropa y que, como su madre, apuesta generalmente por “looks” monocromáticos en los que menos es más. Desde los cinco años, se ganó las simpatías de muchas personas, en Estados Unidos y en China por su dominio del mandarín. En 2016, con ocasión del Año Nuevo Chino su madre subió un vídeo de la pequeña recitando sin dudar ni un instante un poema de la dinastía Tang (del siglo VII al IX), lo que hizo que inmediatamente contara con la aprobación de miles de ciudadanos chinos que vieron este gesto de la nieta de Trump como un amable puente entre Estados Unidos y su país, una era de cordialidad en sus relaciones bilaterales.
© @ivankatrumpFAN DE TAYLOR SWIFT
Lo cortés no quita lo valiente y esta preparación tan esmerada no impide que Arabella Rose sea, como muchas adolescentes de hoy en día, una megafán de Taylor Swift. De hecho, cuando el pasado mes de julio cumplió trece años, su madre le organizó un festejo con esta temática. Como curiosidad, la tarta era la mejor que podía haber tenido una fanática de la cantante. En ella, se podía leer una de las frases más icónicas de su tema “Blank Space”: “Boys only want love if it’s torture”. Además de organizar esa fiesta inolvidable para cualquier adolescente del siglo XXI, Ivanka no perdió la ocasión para dedicar un cariñoso mensaje a su hija que, por otro lado, bien podría ser el mejor perfil que se ha escrito sobre ella: “¡Feliz cumpleaños número 13 a mi increíble hija, Arabella! Verte crecer y convertirte en una adolescente es un sueño […] Tu hermosa forma de cantar y tocar el piano, nuestras inolvidables aventuras a caballo, la fuerza y compromiso que demuestras en tu práctica de jiu-jitsu brasileño y nuestras noches especiales de citas solo para chicas son momentos que atesoraré siempre. Arabella, me inspiras y me sorprendes todos los días. Eres una joven extraordinaria y mi corazón rebosa de amor por ti”. Este mensaje fue leído por, al menos, los ocho millones doscientos mil seguidores que Ivanka Trump tiene solamente en una red como Instagram.
© Getty ImagesEn octubre de 2024, Ivanka Trump aún dio un paso más por su hija y acudió con ella al concierto que Taylor Swift brindó en el Hard Rock Stadium de Miami, en el contexto de su Eras Tour. Una anécdota en la que se ve que la política no está siempre presente en la vida de los Trump es que unas semanas antes de que Ivanka y Arabella disfrutaran de lo lindo en el concierto, Donald Trump aseguró públicamente que “odio a Taylor Swift”, porque la cantante mostró su apoyo público, durante la campaña electoral, a Kamala Harris.
LOS "MOMENTOS" DE ARABELLA
Arabella, como cualquier otra adolescente, busca en el armario de su madre esos “outfits” que sabe que la harán triunfar. Por ejemplo, en vísperas de la investidura de su abuelo, en la ceremonia en la Tumba del Soldado Desconocido, se puso un abrigo de cuadros, de la diseñadora Suzannah London, que ya habíamos visto en otras ocasiones a su madre. De hecho, Ivanka Trump ha lucido esta pieza invernal en más de una ocasión, en 2019 y 2020.
© @ivankatrumpCuando Arabella Rose quiere tener su “momentazo” sabe que nadie mejor que su madre para guiarla e indicar cuál será la elección perfecta. Y lo que han logrado madre e hija, desde hace años, es combinar su vestuario para que ninguna brille más que la otra y ambas sumen elegancia sin competir por el foco. Uno de los momentos en los que lo anterior se hizo más evidente fue en un día muy especial para los Kushner Trump: cuando Arabella Rose celebró su Bat Mitzvah (la celebración religiosa por la que los jóvenes creyentes pasan a pertenecer a la comunidad judía), en junio de 2023, madre e hija eligieron vestidos con brillos. Ivanka lució un vestido con capa de lentejuelas turquesa de Jenny Packham, el Lotus Lady Cape-Effect, y Arabella llevó un vestido de fiesta azul pálido y dorado, con dos faldas superpuestas y detalles de volantes, y destellos metálicos.
© @ivankatrump
© @ivankatrumpSin embargo, quizá el “momentazo” del que su madre se sintió más orgullosa de ella se dio en abril de 2017, cuando el presidente de China Xi Xinping visitó la fastuosa residencia familiar de los Trump en Florida, Mar-a-Lago, y Arabella volvió a demostrar para tan ilustres invitados sus dotes vocales y su perfecto dominio del mandarín. Aunque tampoco se puede olvidar su viaje a la India, de marzo de 2024, cuando acompañó a sus padres a los festejos dignos de las “mil y una noches” que se vivieron durante las fiestas por la boda de Anant Ambani –el hijo menor del magnate indio Mukesh Ambani– y Radhika Merchant. Ivanka Trump fue la cronista de la gran boda y quien subió cada uno de los fastuosos “outfits” que ella y su hija llevaron en la larga y ostentosa “celebración del amor de Anant y Radhika”. Aunque cada uno de los vestidos hablaba por sí solo de sofisticación, y complicidad entre madre e hija, quizá los que lucieron en su última noche en la India dejó en claro varios aspectos: las dos se la pasan divinamente pensando al milímetro cómo sorprenderán coordinadas en sus apariciones públicas y Arabella apunta maneras en el mundo de la moda, un universo que le fascina gracias, en buena parte, a su querida madre y a su carismática abuela Ivana.
