En su nuevo trabajo, Manuela Velasco se cruza al otro lado de la profesión y descubre los entresijos de la industria desde una figura muy desconocida, pero fundamental: los representantes. En La Agencia, la nueva apuesta de ficción de Mediaset, da vida a Andrea, una agente de actores con un carácter fuerte y protector. Hablamos con la intérprete en el set de grabación de la serie, donde ha contado a ¡HOLA!.com cómo ha afrontado este nuevo reto profesional, los secretos de la ficción, anécdotas con sus compañeros y cómo esta producción aborda temas tan actuales como la maternidad, el edadismo en el mundo del espectáculo y las presiones que enfrentan los actores, todo ello bajo el sello del humor.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Háblame un poco de tu personaje en La Agencia
Manuela Velasco (M.V.): Soy Andrea, una de las representantes originales de Rebecca Talent, parte de la "familia", por decirlo de alguna forma. Porque luego hay una incorporación que, supongo, que ya nos habrán contado, pero yo prefiero no desvelar. En el despacho estamos Javi, Carlos, Fiorela y yo. Y lo que pasa después... ¡tendréis que verlo!
¿Cómo es el carácter de Andrea?
M. V.: Lo que más la define, por lo que ya llevamos recorrido, es que es muy buena persona, pero tiene la mecha corta, ¡demasiado!. Ella es realmente muy maja, muy buena persona, muy buena profesional, pero tiene muchísimo carácter, muchísimo genio. Enseguida salta, es bastante vehemente y monta pollos (risas) Pero es muy, muy, muy buena, protege mucho a sus representados y siempre da la cara y pelea por ellos.
¿Cómo fue esa primera lectura de guion todos juntos?
M.V.: Fue muy emocionante. Es una serie que habla de representantes y actores, y creo que es importante contar cómo es este mundo. Antes de llegar a ser Andrea, yo había hecho pruebas para otros dos personajes, pero finalmente me eligieron para este papel, que es el único para el que no había hecho audiciones (risas). Así que, claro, te dan los guiones, los lees… Yo ya me había imaginado a los otros dos personajes en mi mente, porque llevaba un tiempo trabajando con el material y me los había preparado, pero de otra manera. Entonces llegas el primer día y, de repente, escuchas todas esas voces, las que habías imaginado y las que no, y todo eso se pone en pie. Y con tanta comedia, esos chistes, esos gags que habías visualizado en tu cabeza, toman vida, ritmo, color... Lo disfrutamos muchísimo, sobre todo viendo que las cosas no solo funcionaban como tú las habías imaginado, sino mejor.
La labor de un representante es complicada para bien y para mal, ahora que lo ves desde dentro, ¿ha cambiado en algo tu perspectiva? Porque en ocasiones, por sus actitudes y decisiones, se puede ver de un modo u otro a un artista.
M.V.: ¡Guau! A ver, yo llevo siguiendo a Marta, mi representante, desde hace 20 años. Creo que la labor del representante es muy difícil y que, en muchos casos, ellos asumen el papel de "malo" por dejar bien al representado, que al final es el que tiene que trabajar, digamos, ser contratado y querido. Entonces, ellos adoptan muchas veces ese rol y a lo mejor tienen que poner límites a la prensa, a los fans... Pero hay muchas ocasiones en las que, en realidad, el que dice que no es el representado, pero ellos se responsabilizan por dejarnos bien a nosotros. Aunque no siempre es así, claro, cada actor tiene una relación diferente con su agente.
¿Se refleja esto en La Agencia?
M.V: Sí, hay una cosa, que espero que se vea bien representada, y es que los actores se ven expuestos a muchísimas cosas que, de puertas para fuera, parece que son muy fáciles, como si fuera algo que "total, qué te cuesta", "nos lo debes", "gracias a nosotros tú trabajas", "porque soy tu fan" o "porque te saco en la prensa". No se tiene en cuenta ni las circunstancias personales del actor, ni por lo que está pasando en ese momento, ni nada. Muchas veces también parece que se nos deshumaniza cómo si fuéramos un producto. Esto aparece mucho en la serie, tanto las necesidades de los actores, como cómo los representantes gestionan eso, cómo ponen límites, cómo apagan fuegos... ¿sabes?. A mí me parece que daría para muchas temporadas y para ahondar en muchos asuntos, pero bueno, de momento, como planteamiento para para primera temporada, se están viendo muchos aspectos.
¿Cómo gestionaría tu personaje una crisis como la de Karla Sofía Gascón?
M.V.: Claro, es que no conozco muy bien cómo ha sido su carrera. Ella lleva un recorrido aquí en España y en México. Yo, tras todo lo que ha pasado, y después de su aparición en los Oscar, que se la mencionara, se la aplaudiera, que estuviera allí... Ya, obviando todo lo que ha sucedido, le preguntaría: ¿Dónde quieres hacer tu carrera? ¿Quieres quedarte en México? ¿Seguir haciendo carrera en Estados Unidos, en España o dónde? Y, a partir de ahí, empezaría a trabajar prácticamente desde cero. Eso es lo que haría, pero, sobre todo, saber qué quiere hacer ella y dónde. Después de todo lo que ha ocurrido, creo que ella tiene que hacer como un fresh start (comenzar de cero), como dicen las actrices americanas.
Son muchos los actores que van a pasar por La agencia, ¿con quiénes has trabajado?
M.V.: Cada uno de los invitados tiene su agente, hemos trabajado con ellos y hay tramas muy fuertes. Por ejemplo, a Jaime Lorente le representa mi personaje. Yo, Manuela, nunca había trabajado con él y nos hemos conocido aquí. Bueno no, de hecho, como yo sabía que iba a ser su agente, en el Festival de San Sebastián de este año, me lo encontré en una fiesta y me presenté y le dije: "¡Soy tu representante!". Y él me respondió: ¡Sí! ¡Ya lo sé, ya lo sé! (risas).
¿Qué te ha llamado más la atención al trabajar por primera vez con él?
M.V.: Pues con él, mira, te diría una cosa que me ha sorprendido mucho, mucho. Espero que no le importe que lo diga, pero es que a mí me pareció tan bonito, porque como yo hago y soy tan amante del teatro... A Jaime no le conocía personalmente y me dijo una cosa que me emocionó: "A mí, si me tocara esta noche el Euromillón, me compraría un teatro y me dedicaría a estar ensayando todo el tiempo". ¡Me pareció tan bonito! Y no me lo había imaginado de él. Y bueno, además, su trama es absolutamente espectacular.
¿Y del resto de cameos?
M.V.: Hay otros actores a los que represento en la ficción que no se conocen todavía, pero, de los que se han anunciado, por ejemplo, ya había trabajado con Clara Lago, Luis Zahera, que hace una cosa genial que nos ha involucrado a todos y nos ha sorprendido, bueno, no sorprender, porque él es genial. Es que no sé qué puedo decir... para mí es emocionantísimo que vengan y se presten a hacer de ellos mismos y con sentido del humor. Porque claro, es una comedia y todas las tramas tienen un punto de reírse de uno mismo, así que me parece que son muy generosos y muy valientes.
Si no te hubieran elegido para interpretar a Andrea, ¿te hubiera gustado participar como Manuela Velasco?
M.V.: Depende del tema que me hubieran propuesto. Se me ocurren cosas que se podrían haber tratado siguiendo el tono de La Agencia. Por ejemplo: tener ya 50 años casi como tengo y seguir encasillada en la niña de terror con la camiseta blanca de tirantes y sangrienta de [REC] y estar llorando con mi repre porque quiero hacer una película o una serie de la Guerra Civil, ¿sabes? Bueno, cosas como estas las hubiera hecho, pero es que no sé, depende, porque hay tramas superingeniosas, otras hilarantes y otras que me parece que hay que ser valiente para meterse ahí, y ellos lo han hecho y me encanta, toda mi admiración.
¿Has vivido algo de lo que sucede en la serie en tu profesión en la vida real?
M.V.: Sí. Hay una cosa relacionada con el tema de los fans que es muy complicado. Yo he vivido situaciones en las que mis representantes reciben muchos regalos de los seguidores y se ven obligados a hacer un filtro de qué llega y qué no a la persona. A mí no me hace tanta falta, pero imagínate a otro tipo de artistas. A veces, alguien decide ignorar eso, no hacer caso a las advertencias y no escucha a quienes saben que el representado podría acabar metiéndose en un lío. Esto sí lo he visto y lo he vivido. En la serie también se trata cómo, a veces, por intentar quedar bien o ayudar, se saltan ciertos filtros y eso puede generar una situación peligrosa, violenta y desagradable.
¿Crees que tú carrera hubiera sido diferente con otro representante?
M.V.: ¿Si no hubiera hecho [REC]? (Risas).
Me refiero a si marca casi tanto el peso del trabajo que ellos hacen por guiar vuestra carrera como vuestro propio talento
M.V.: ¡Buf! (Risas). Es complicada esa respuesta. Un representante sí marca la diferencia en cuánto a lo que crea en ti, te acompañe, te de apoyo, seguridad y confianza. Y en cuanto insista por ti y te proponga. No es lo mismo mandar una carpeta con 50 fotos y curriculums de representados a un proyecto nuevo que hay, que coger el teléfono y decir: "Yo sé que a Manuela la has visto en [REC] y que no te la imaginas en tal, pero, de verdad, vete a verla al teatro o a no sé dónde, yo te invito". Porque una cosa es "no, si ya he mandado tu material", y otra es insistir. Eso puede marcar la diferencia o no, se trata de equilibrar emoción y profesión. Lo que también creo es que, si una persona ya lleva un tiempo con alguien y la cosa no está funcionando, es como en una relación, hay que cambiar y eso va bien para las dos partes.
Detrás de la comedia siempre hay una crítica encubierta, ¿de qué temas habláis en La Agencia bajo ese halo de humor?
M.V.: Te voy a hablar de dos en concreto. Por ejemplo, hay uno que se trata bastante, además está muy de actualidad por la película La sustancia: todo el tema relacionado con la mujer que se hace mayor, sobre todo en esta profesión, y que se le siguen pidiendo una serie de cosas y se ve casi empujada a procesos terroríficos para su cuerpo y su cabeza. Esta es una de las cosas en las que entramos e, insisto, las situaciones luego se plantean de forma divertida.
Con lo difícil que es mostrar la parte cómica de algunas cosas
M.V.: Sí, totalmente. Y luego, hay otra cosa que a mí me encanta cómo se ha mostrado aquí. En esta agencia, Javi Gutiérrez y yo somos matrimonio y llevamos 16 años felizmente casados. Pero estamos en una edad, sobre todo yo, que o tengo hijos ahora o ya nada... Entonces está todo el asunto de la maternidad, paternidad, de formar una familia... En este caso, el que está obsesionado es él y yo llevo 5 años viéndome metida en esa rueda. Todo esto, que es muy dramático y que genera una crisis grave en nosotros que va a afectar a todo el mundo, provoca situaciones que son muy cómicas, pero claro, las trabajamos con todo el dolor de verdad.