Fernando Díaz de la Guardia, conocido presentador de Cuatro al día, reapareció en televisión el pasado mes de enero después de haber sufrido una parálisis facial que le hizo apartarse de la pequeña pantalla. Un esperado regreso, que protagonizó en el programa Fiesta, donde habló de la dolencia que había padecido hace un año. Meses después de su regreso, el periodista andaluz ha concedido una entrevista al periódico 20 Minutos, en la que se ha abierto en canal sobre todo lo ocurrido durante eses amargos meses y la confianza en su nuevo proyecto Imbatibles.
Una historia de superación
Fernando Díaz tuvo que apartarse de los focos televisivos el 6 de enero de 2024, abandonando su programa, Cuatro al día, que poco después dejó de ser emitido. Todo ello debido a una parálisis facial de origen vírico. El presentador granadino relató como el estrés acumulado durante años le causó primero un herpes zóster. Una enfermedad originada por un virus, comúnmente conocida como culebrilla, que le derivó en una enfermedad rara. "Como enfermedad rara he tenido diagnóstico, pero no pronóstico, por lo que he tenido que aprender a vivir con la incertidumbre de la recuperación", ha relatado el comunicador al informar de su estado de salud.
A pesar de no tener una predicción evolutiva concreta, su estado de salud avanza favorablemente. Todavía no ha recuperado del todo el parpadeo en el ojo derecho por falta de hidratación ocular, uno de los principales motivos que le impiden volver a ponerse delante de una cámara. "Me impide aguantar sin gafas oscuras la luz natural y, sobre todo, la luz artificial como los focos de un plató", señala. A pesar de todo, ha recuperado por completo la dicción y retiene líquidos en la boca sin ningún tipo de problema, una clara mejoría porque "al principio no tenía fuerza en la comisura y se derramaban todos"
Un proyecto nacido del optimismo
Durante el proceso de recuperación, el presentador de Canal Sur ha tratado de no dejarse llevar por la negatividad, llevando por bandera la esperanza y el optimismo. Para ello, el periodista se ha refugiado en pequeñas actividades como pasear o escuchar música, tratando de despejarse y no pensar en todo lo que ha supuesto para él esta enfermedad. Aun así, tras lo sucedido, no ha censurado ninguna de las emociones que ha sentido. "El monstruo te viene a visitar y te cuenta al oído cosas muy desagradables, en ocasiones te pilla muy flojo y debes permitirte quedarte en la cama y llorar", revela tratando de aceptar lo que le ha pasado.
Su motivación y ansia de superación ha derivado en un nuevo proyecto profesional, Imbatibles. Un programa que en un principio iba a ser temporal, pero que poco a poco va cobrando forma convirtiéndose en un espacio de conferencias de reflexión y motivación donde el periodista recoge las voces más apagadas. Una colección de crudos testimonios enfocados a la supervivencia y un bonito modo de hablar sobre las emociones, que surgió en Granada, su tierra natal, con el fin de poder poner voz a los sentimientos. "Me sentí tan bien que pensé que esto debía seguir", explica.
"Un círculo de amor que me ha salvado"
Además de su propia lucha interna, el periodista ha contado en todo momento con el apoyo de sus más allegados. Un espacio seguro de amor que él mismo ha definido como su propia tabla de salvación: "Ha sido mi suelo seguro por el que volver a caminar." Su mujer Lucía, sus hijos y sus padres han sido fundamentales en su proceso de recuperación. El presentador tampoco se ha olvidado de sus compañeros, ni del público que le sigue por "el cariño que me ha dado y me sigue dando".
Su confesión más íntima
Toda historia de superación y amor propio conlleva un proceso de adaptación y aceptación. Proceso durante el cual el periodista tuvo que aceptar, en un principio, la pérdida de su sonrisa, "una cosa que me dolió muchísimo" y que como presentador más anhelaba recuperar. "Fue de repente, un día llegué a mi casa, me miré al espejo y el reflejo me devolvió una sonrisa", ha confesado. Un final feliz, en el que el periodista se queda con la convicción de que, ante todo para salir adelante, hay que evitar el autoengaño.