Son, además de dos leyendas del automovilismo mundial, dos de los deportistas de élite más atractivos e icónicos. El magnetismo de Carlos Sainz, de 62 años, y de su hijo Carlos, de 30, trasciende los circuitos de velocidad, lo que les ha llevado a convertirse en modelos de excepción de la nueva campaña primavera-verano de Hackett London. Por primera vez, el 'rey del desierto' y el piloto de Fórmula 1 posan juntos fuera de su ámbito profesional y sin su uniforme de "faena", el mono de competición.
Una mansión británica y sus idílicos jardines son el escenario en el que el considerado mejor piloto español de la historia (dos veces campeón del mundo de rallies, en 1990 y 1992, y cuatro veces campeón del Dakar en 2010, 2018, 2020 y 2024) y el nuevo fichaje de la escudería Williams han sido fotografiados, en un reportaje que simboliza el vínculo entre padre e hijo , la transmisión de valores y el equilibrio entre tradición y modernidad. Por primera vez también, Carlos padre y Carlos hijo nos hablan de sus retos, sus sueños, su familia y, por supuesto, de estilo en una entrevista única.
—Creo que es la primera vez que trabajamos juntos en un proyecto ajeno al mundo del motor. ¿Cómo os habéis sentido?
CARLOS HIJO. —Ha sido algo supernovedoso, diferente para nosotros, pero la verdad es que nos divertimos mucho y también nos reímos bastante el uno del otro, porque hay situaciones y momentos algo incómodos, que le ves al otro que tiene que posar de una manera o de otra... Nos lo pasamos bien, sinceramente.
CARLOS PADRE .—Sí, comulgo básicamente con todo lo que ha dicho Carlos. Hasta ahora, creo que nunca habíamos hecho nada así. Desde luego, ninguna campaña como modelos entre comillas. Lo recuerdo en los días anteriores con cierta tensión, pensando en qué nos íbamos a enfrentar, pero ahora, después, recuerdo un día muy agradable, muy simpático, muy fácil y donde al final disfrutamos y nos reímos.
—Carlos padre, ¿te sientes identificado con este estilo?
—Bastante, sí. Antes de hacer esta campaña, podías encontrar en mi armario bastante ropa de esta marca, que es tradicional y con la que siempre me he sentido a gusto. Además de esa tradición, es moderna, no te sientes vestido con ropa antigua. Me siento bastante identificado.
—¿Y Carlos hijo?
—Sí, yo también, la verdad, un poco desde siempre. A mi padre ya mí nos gusta el campo y Hackett London tiene muchas prendas para ir al campo. Creo que los dos tenemos un estilo relativamente clásico , aunque, obviamente, yo tengo un toque más moderno, pero sí, son prendas de ropa que llevo utilizando toda mi vida.
—¿Quién es más coqueto?
CP .—Yo creo que Carlos, aunque es probable que él diga que yo, ¿no? Pero creo que él un poquito más. Hoy en día, los jóvenes, y más en su caso con la exposición que tiene , creo que es normal que se preocupe algo más de su imagen, pero creo que ninguno de los dos caemos en esa situación de exceso de preocupación, de estar siempre pensando qué nos ponemos o no. Creo que buscamos mucha comodidad y sentirnos a gusto, con ropa que te identifica, que te la puedes poner en cualquier momento.
CH —Pues yo no estoy tan de acuerdo (risas). Tal vez la edad te vuelve más coqueto, no sé, porque sí que le veo preocupándose cada vez más de qué chaqueta, qué camisa o qué pantalón se pone. Le pregunta mucho a mi madre... No, soy de broma. Creo que ninguno de los dos somos coquetos, sino bastante simple en ese sentido. Tampoco nos gusta llevar ropa que llame demasiado la atención y no estamos una hora delante del espejo o en el armario , eligiendo la ropa. Vamos directos al grano, vamos siempre con prisa a todos lados y eso nos hace ser poco coquetos.
"En activo más de 40 años"
—Carlos, ¿qué es lo que más admiras de tu hijo?
—¡Hombre! Muchas cosas. En primer lugar, lógicamente, su talento, porque creo que tiene muchas cualidades deportivas. Pero diría que tiene mucha tranquilidad, es un hombre tranquilo a la hora de afrontar momentos difíciles. Suele meditar bien las cosas y creo que eso es una buena cualidad: pensar las cosas tiempo suficiente y afrontarlas con hombría, con capacidad y con decisión y para adelante.
—Y Carlos hijo, ¿qué cualidades son las que más admiras de tu padre?
—Yo, seguro, lo que más admiro de mi padre es la tenacidad, la disciplina, la pasión que siempre ha demostrado por lo que hace y que le convierte en un deportista único a nivel nacional ya nivel internacional. Es un deportista que ha estado en activo más de 40 años y que sigue con la misma pasión, la misma disciplina y las mismas ganas que cuando tenía 20 . Tener en casa ese ejemplo, tan bueno, me ha ayudado a ver las cosas de esa manera. Preguntes a quién le preguntas, no solo a su hijo, todo el mundo que comparte ratos con él sabe lo disciplinado que es y las ganas que le pone.
"Aparte de su talento, Carlos tiene muchas cualidades deportivas, admiro su tranquilidad a la hora de afrontar momentos difíciles"
—Aparte de su pasión por el automovilismo, ¿cuáles de esas cualidades ha heredado?
—Más que heredarlas, creo que me he educado con esas cualidades. Al final, cuando tienes diez, quince años, creces viendo lo que hace tu padre y tu padre siempre va a querer transmitirte lo que le ha funcionado y lo que sabe. Yo observo y absorbo un poco lo que veo en casa y esas cosas me han ido nutriendo y he ido aprendiendo. Es verdad que cada uno tenemos personalidades distintas en cómo afrontamos ciertas situaciones, pero la manera en la que vamos a competir, en la que vamos a trabajar, es muy parecida.
Frenar y acelerar
— ¿Cómo afrontáis las derrotas?
CH— Un deportista nunca va a llevar bien una derrota. Si eres competitivo, a ninguno te gusta perder. Y yo soy el primero que se enfada y que pasa esa tarde cabreado y de mal humor. Al final, si nos gusta ganar más que a nadie, la derrota es algo que es difícil de lidiar. Sí que es verdad que el hecho de que yo tenga esa personalidad un poco más tranquila, igual me hace llevar un poco más por dentro. Me gusta llevármelo a mi habitación ya mi cama ya mi ducha, y no compartir esa decepción o esa rabia en público o con demasiada gente. Pero sí, creo que doler nos duele a los dos por igual.
CP— A ningún deportista le gusta perder, pero quizás lo más importante es aprender y saber perder con ciertos valores. A mí me transmite más un deportista por cómo encaja una derrota y cómo se levanta, que celebrando una victoria. Y he tratado de mostrarle a Carlos que, cuando llegan esos momentos difíciles, hay que encajarlos bien. Creo que es muy importante en la vida.
—¿En qué momentos de la vida pensáis que hay que ir cuanto más rápido mejor?
CP— Por supuesto, en las carreras, eso es muy fácil (ríe). Pues mira, creo que hay que analizar bien las cosas, pero hay que pasar página, no te puedes quedar constantemente en la victoria, ni en la derrota, ni en los momentos duros. Hay que pasar página rápido.
"Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa como abuelo. Espero poder ejercer y estar a la altura", nos dice Carlos, que ya tiene un nieto de nueve meses, de su hija Blanca, y otro en camino, de su otra hija, Ana.
—¿Y cuándo es mejor levantar el pie del acelerador?
CP— Los momentos buenos, cuanto más despacio pasen, mejor, ¿no? La veteranía te enseña a disfrutar más de esos momentos buenos, porque la vida va muy, muy rápida. Recuerdo cuando era mucho más joven, que pasaba por las cosas muy de puntillas, muy rápidamente, tanto por lo bueno como por lo malo, pero especialmente por lo bueno. Y ahora, con la edad, sí he aprendido a disfrutar más de esos momentos, porque te das cuenta de que no van a volver.
CH —Yo estoy aprendiendo a disfrutar el momento un poco más. Mi vida va tan deprisa (no paro de viajar de un lado para otro, 24 carreras en un año, un millón de eventos al año, entrevistas...) que, al final, de vez en cuando, sí que tengo que obligarme a mí mismo a parar y analizar también la suerte que tengo de poder estar haciendo lo que hago; de poder haber cumplido un sueño y de estar cumpliéndolo a medida que pasen los años y acordarme de disfrutar. Estoy aprendiendo a parar, a disfrutar y a analizar la situación que tengo, ya sentirme afortunado. Hay veces que, con las prisas, siempre vas estresado, atropellado y no disfrutas de las cosas . En eso estoy enfocándome estos últimos años.
Deber de padre
—Además de enfocarte en parar y analizar, ¿cómo evitas el estrés?
—Me gusta empezar siempre el día tomándome un café tranquilamente, y luego me gusta hacer algo de deporte por la mañana, eso ya me pone de buen humor. Una vez hago estas dos cosas, siento que el resto del día se me va a dar bastante bien; Puedo estar relativamente ocupado o estresado, pero voy a estar de buen humor. Aparte de eso, cuando tengo un par de días libres, para mí es fundamental disfrutar de mis amigos, de mi familia, jugar al golf con mi padre, un partido de pádel con mis amigos, ir a cenar con mi novia...
— ¿Qué os quita el sueño en estos momentos?
CP— Aparte de mi siguiente reto, los problemas de la gente cercana, de tus amigos, por supuesto, de tu familia, sobre todo, si son de salud. Es un denominador común de todo ser humano. Con la edad, creo que aprendes también a hacerte esa escala de valores con los problemas , a darle importancia a lo que realmente la tiene ya pasar más por encima de otras pequeñeces o tonterías. Te das cuenta también con tus hijos: ves cómo se preocupan por una cosa y tratas de transmitirles que eso, con el tiempo, no va a ser ningún problema, que es algo superficial que no va a influir en su vida . Que no se estresen, que no se preocupen. Creo que es un deber tanto de padre como de ser humano , elegir preocuparse de los problemas importantes.
—Carlos hijo, ahora que estás en una nueva etapa de tu carrera con Williams, ¿cómo las afrontas?
—Ha sido un cambio bastante grande en mi vida. Al final, me estoy yendo de un equipo italiano a un equipo inglés y es un cambio cultural. Sinceramente, con muchísimas ganas de empezar y de ver hasta dónde podemos llegar. Es un desafío importante, que llega también en el momento justo de mi carrera, con 30 años y con diez de experiencia en la Fórmula 1, y que voy a aprovechar al máximo. Tengo muchísimo trabajo por delante , no nos tenemos que engañar, pero me motiva, tengo ganas y voy a darlo todo por ver hasta dónde podemos llegar.
—Carlos padre, ya has llevado a tus dos hijas, Blanca y Ana, al altar. ¿Te gustaría celebrar pronto la boda de Carlos?
—Bueno, creo que casarse y formar una familia es una decisión muy difícil para todos . Hay que pensarlo bien. Tienes que elegir quién va a ser la madre de tus hijos. Tienes que meditarlo. Yo ya he estado con mis dos hijas, en esta ocasión no me toca a mí, le tocaría a Reyes (risas)... En serio, confío en que, cuando lo decida, será porque lo tiene claro.
"Me gustaría aspirar a una relación como la de mis padres. Mi padre y yo siempre ponemos en valor lo que ha hecho mi madre por la familia, con mi padre algún año hasta 300 días fuera"
Familia exitosa
—Y a ti Carlos, ¿te gustaría que tu historia de amor fuera como la de tus padres?
—Hombre, teniendo ese ejemplo en casa, creo que es lo mínimo a lo que cualquiera puede aspirar, a formar una familia de una manera tan exitosa también . Que mi madre fuera capaz de ocuparse de la educación de tres hijos, es complicado, por haber criado tres niños en una casa con una situación un poco particular, por la cantidad de días que pasaba mi padre fuera de casa... Me acuerdo que había años que estaba 250 o 300 días fuera de casa... De ahí que siempre, tanto mi padre como yo, intentamos poner en valor lo que ha hecho mi madre por la familia Sainz. Entonces, sí, teniendo ese ejemplo en casa, obviamente, es mi referencia ya lo que me gustaría aspirar.
—Carlos padre, el año pasado te estrenaste como abuelo. ¿Cómo está siendo la experiencia?
—Sí, ¡y voy a serlo por segunda vez , si Dios quiere! Ahora es mi hija Ana, la pequeña. Realmente muy ilusionado, es una etapa nueva y, aunque Guillermo —el niño de su hija Blanca— es muy pequeño, solo tiene nueve meses, haces cosas y piensas en cosas que hasta ahora no te planteabas. Que lleguen niños es una alegría y espero ejercer del abuelo. He tenido un buen ejemplo con mis padres y espero estar a la altura y ser un abuelo como se merecen.
— ¿Te gustaría que Guillermo siguiera tus pasos?
—Si veo que le gusta, que tiene cualidades, que quiere ser piloto, por supuesto le apoyaré, igual que él apoyó a mi hijo o a mis hijas en otras cosas. Pero será su decisión.
"Mi retirada está muy cerca"
—Dijiste, en otoño pasado: "Es un poco raro correr siendo abuelo, pero mi fecha de caducidad está cerca". ¿Estás pensando en la retirada?
—Ahora pienso en el siguiente reto, que es el Dakar del año que viene , pero cuando me retiré del Mundial de Rallies, lo decidí de un día para otro. Está claro que mi retirada del automovilismo profesional está muy cerca , porque no eres eterno. Pero he ganado el Dakar del año pasado, este año no ha salido bien y estoy en un nuevo proyecto, que es intentar ayudar a Ford a ganar el Dakar con un coche nuevo. Soy cabezota y me gustaría intentar ganarlo, y si no lo gano yo, que lo haga algún compañero de equipo.