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Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo residen en Araba Saudí, concretamente en la ciudad de Riad, desde que el delantero firmase un contrato para jugar en las filas del Al Nassr. Allí han vivido tranquilos y felices junto a sus cinco hijos, hasta ahora, que se han visto obligados a reforzar la seguridad de la familia. Hace ya un tiempo que, tras la exposición de sus pequeños en el docu reality de Netflix Soy Georgina, y los insultos y mensajes amenazantes que han recibido a través de las redes sociales, han llevado a la pareja a tomar todas las precauciones posibles.
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Tapar la cara a los niños en redes sociales, primera medida
A principios de este 2025, Georgina sorprendía a sus seguidores colocando un corazón encima de las caras de sus niños en las fotografías que compartía en sus redes sociales. De repente, había decidido preservar su identidad e intimidad. Según publica LOOK, tanto el futbolista portugués como su pareja han estado recibiendo mensajes alarmantes y peligrosos que amenazaban la integridad física de todos los miembros de su familia.
Momentos de "alerta máxima"
Además, la revista portuguesa Nove Gente ha publicado que la pareja está viviendo momentos de "alerta máxima" y que había decidido incorporar a su equipo de seguridad cuatro guardaespaldas y dos vigilantes más en el hogar familiar, además de los que ya tenían contratados. Sumado a este refuerzo está el cambio de domicilio. La nueva residencia de la familia en Riad, la capital de Arabia Saudí, cuenta con un bunker y un sistema de vigilancia avanzado.
Menos visitas al centro comercial
Según nos han dejado ver en el reality de la de Jaca, Georgina solía pasear por el centro comercial de Riad junto a sus hijos. Ir de compras, a merendar y a corretear por el mall era algo muy normal. Un espacio cerrado y completamente vigilado, de hecho la capital saudí es una de las más seguras del mundo. Hace un mes, el astro portugués cumplió 40 años y en esos días de celebraciones familiares, CR7 fue visto con sus primos, abuela y tíos paseando por el centro comercial con varios guardaespaldas.
Sin embargo, los más pequeños de la casa no les acompañaron esa tarde. Algo que sorprendió a sus seguidores. Ahora, tras nueve años juntos y mucho más seguros, confían en que sus hijos sigan creciendo tranquilos. Y es el jugador portugués, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, no deja de triunfar en el terreno de juego, pero también fuera de él, con todos los proyectos en los que se embarca. Lo mismo Georgina, que todo lo que toca lo convierte en oro. El imperio de la pareja crece cada día a pasos agigantados y no hay duda de que son imparables.