José Antonio Morante Camacho, más conocido como Morante de La Puebla por el nombre de la localidad sevillana que le vio nacer hace 45 años, se ha sincerado como nunca sobre los problemas de salud mental que padece y que le fueron diagnosticados hace ya dos décadas. “Es un trastorno disociativo que, sinceramente, casi no tiene explicación. Una enfermedad muy compleja, triste y dolorosa”, cuenta el diestro en una entrevista para ABC.
Este complicado panorama al que se enfrenta le ha obligado en varias ocasiones a retirarse temporalmente de los ruedos, que él mismo explica de la siguiente manera: "No podía seguir así. No tenía fuerzas ni para vestirme de torero y me pasaba los días llorando". Casado desde 2010 con Elisabeth Garrido y padre de tres hijos de dos matrimonios diferentes, el maestro andaluz hace su confesión más dura e impactante cuando dice que incluso "he pensado en la muerte como alivio. Pero no me lo puedo permitir. Tengo una familia y una responsabilidad".
Esta situación tan límite en la que ha llegado a verse inmerso Morante viene provocada no solo por la enfermedad, que desconecta su cuerpo de sus emociones, sino por el cuadro depresivo severo, la amnesia y la agorafobia en la que desemboca. Para intentar curarse, en estos años ha seguido distintos tratamientos farmacológicos y, a finales de 2004, viajó hasta Miami (EE.UU.) para recibir sesiones de electroshock. "Te duermen entero y te las dan. La memoria me falla un poquito pero el doctor dice que es normal", relató tras volver a España en aquella época al informador taurino Carlos Crivell.
En estos momentos, el espada nacido en Puebla del Río prosigue con su recuperación en tierras portuguesas -entre Lisboa y Marinha Grande- mientras recibe medicación y se cita con su psiquiatra. Pese a ello, no está ni mucho menos dispuesto a cortarse la coleta y quiere seguir haciendo lo que le apasiona: "Una certeza sí puedo dar: estaré en Olivenza", ha dicho al diario de Vocento sobre la feria que se celebra el próximo fin de semana -del 7 al 9 de marzo- en este municipio de Badajoz. "Ya veremos después qué torero se van a encontrar. Lo que sí tengo claro es que voy con las mejores intenciones", apostilla.
Tras sus últimas revelaciones, Morante ha recibido un sinfín de mensajes de ánimo y solidaridad por parte de compañeros de profesión, ganaderos y aficionados, aunque son su mujer y sus tres hijos en los que este tiene sin duda su principal apoyo. El diestro se casó en 2005 con Cynthia Antúnez y tuvieron un niño, José Antonio, quien a sus 16 años es futbolista y juega en las categorías inferiores del Betis. En 2008, la pareja se separó y él rehizo su vida con su actual esposa, Elisabeth, con la que pasó por el altar en noviembre de 2010. Fruto de su amor nacieron sus hijas María (14) y Lola (11).
La familia reside en la finca llamada Huerta de San Antonio ubicada en su pueblo natal y, más allá de la tauromaquia, regentan un bar de copas llamado La Capilla. Además, para veranear tienen un chalet en Matalascañas (Huelva) frente al mar. La pareja de Morante, que también es de Puebla del Río, es amiga de Rosario Domecq, esposa de Julián López, el Juli, y se caracteriza por su discreción y elegancia siempre que la vemos en las plazas de toros arropando a su marido.