El conflicto entre Blake Lively y Justin Baldoni no para de escalar. Casi cada día tenemos noticia del nuevo paso que ha dado alguna de las dos partes, y parece que la actriz de Gossip Girl ha decidido reforzar su imagen pública con una contratación potentísima: nada menos que un ex agente de la CIA como gestor de su crisis de relaciones públicas y para ayudarla a mejorar su defensa en el cruce de demandas interpuestas por parte de la intérprete y el director de Romper el círculo.
¿Quién es este nuevo colaborador de Blake Lively?
El nombre de este prestigioso profesional es Nick Shapiro. Fue subdirector de gabinete de la CIA, el servicio de inteligencia de los Estados Unidos y el principal asesor de John Brennan, exdirector de la mencionada agencia. Su impresionante currículo incluye más de 15 años de experiencia en gestión de crisis, seguridad nacional y comunicaciones estratégicas en la Casa Blanca, tal como reza la web de la ONG de la que forma parte, All Hands and Hearts, cuya misión es la de ayuda a ciudadanos en caso de catástrofe.
Además de haber sido agente federal, Nick Shapiro también trabajó en la Casa Blanca como asistente principal de contraterrorismo y seguridad nacional. De hecho, llegó a ser el portavoz de esta área en el gobierno de Barack Obama.
Tal como expresó el equipo legal de la actriz, de la firma Willkie Farr & Gallagher, al medio Page Six, dicho equipo "contrató al señor Shapiro para que la asesore sobre la estrategia de comunicaciones legales en la demanda en curso por acoso sexual y represalias que se lleva a cabo en el Distrito Sur de Nueva York”. Se prevé que el juicio contra Baldoni tenga lugar en un año (en marzo de 2026).
Lo que sabemos hasta ahora en el asunto Lively-Baldoni
Todo comenzó para el público cuando el pasado mes de diciembre, poco antes de que comenzaran las fiestas navideñas, Blake Lively anunciaba que había presentado una demanda contra Justin Baldoni, director y coprotagonista de Romper el círculo, por acoso sexual y tratar de destruir su reputación. Dicha información aparecía en el diario The New York Times. Baldoni reaccionó demandando primero al diario por difamación; más tarde presentó una contrademanda contra Blake, que extendió al marido de esta, Ryan Reynolds, de 400 milones de dólares, por difamación y extorsión.
Justin Baldoni acusó a la coprotagonista de su película de recibir presiones para que fuera ella quien tomase las riendas de la dirección de la película, que ambos protagonizan y que está basada en la novela de Colleen Hoover.
La historia cada vez se enreda más con todo tipo de detalles. Justin, que fue expulsado de su agencia de representación a raíz del escándalo, comentaba a principios de febrero que estaba pasando por momentos muy duros y que este año había sido tan estresante que le había procurado episodios de ansiedad. Su abogado, Bryan Freedman, ha llegado a declarar que la batalla legal que se lleva librando desde hace más de dos meses ha dejado a su cliente devastado tanto en el plano financiero como en el emocional.
También comenzaron a correr rumores sobre el ambiente tóxico que se respiraba en plató. Al parecer, hubo fuertes discusiones entre Lively y Baldoni sobre qué escenas debían ir o no en el montaje final. Y, en medio de todo ello, Blake fue criticada por promocionar productos de belleza y moda en paralelo a la película, que habla de violencia doméstica. Es decir, de algún modo se la acusaba de frivolizar el mensaje del filme.
Y, por si eso fuera poco, las personas que se han situado de un lado y del otro han sumado estrés y preocupación a ambas partes. Recientemente, os contábamos cómo los apoyos públicos con los que cuentan tanto Baldoni como Lively se han ido moviendo desde que todo saltó por los aires. Al lado de Blake permanece, cómo no, su marido, Ryan Reynolds, pero también varias de sus amigas y compañeras de rodaje del pasado y Michelle Morrone, actor con el que aquella trabajó en Otro pequeño favor. Sin embargo, hemos podido ver cómo algunas personas se han ido desvinculando de la intérprete. Una de las pérdidas de apoyo más sensibles en este sentido ha sido la de Taylor Swift, una de las grandes amigas de Blake hasta hace poco.
Con la llegada de Shapiro al equipo de Blake Lively, se espera suavizar el terreno para la actriz a lo largo del año que le queda para subir al estrado. Un movimiento sensible que puede hacerle ganar apoyos (y, con ello, contratos) o perder la batalla mediática y quién sabe si también la legal. El tiempo dirá si fue un acierto o no.