Adrien Brody ha vuelto a vivir una noche cargada de emoción 22 años después de ganar el Oscar por primera vez en su vida. Entonces lo ganaba por su trabajo en El pianista, también lo hacía como Mejor actor protagonista y en aquella ocasión se convertía además en el intérprete más joven en ganar este galardón, con 29 años, un título que aún ostenta. Esta vez Brody se ha hecho con la estatuilla por su trabajo en El brutalista, dirigida por Brady Corbet, en la que se pone en la piel del arquitecto László Toth, inmigrante judío que huye del Holocausto. El actor se ha mostrado supermeocionado cuando Cillian Murphy (vencedor del año pasado) ha pronunciado su nombre como ganador de la codiciada estatuilla dorada. Tras abrazarse a su pareja, Georgina Chapman, y a los miembros del equipo del filme, Adrien ha comenzado a subir la pequeña escalinata que le llevaba al escenario cuando se ha dado cuenta que llevaba un chicle en la boca y que tenía que pronunciar un discurso. Sin pensárselo dos veces, se ha girado, se ha sacado el caramelo de la boca y lo ha lanzado por los aires hacia su novia. ¿Quieres verlo? ¡No te pierdas el vídeo!