La vida de ‘ermitaño’ de Gene Hackman: por qué renunció a Hollywood y desapareció

A escasos días para la gran cita de los Oscar, Hollywood llora la muerte de una de sus figuras legendarias, el mítico actor Gene Hackman, a los 95 años, y de su mujer, Betsy Arakawa, de 63. La pareja, que llevaban 30 años juntos, fue encontrada sin vida en su residencia de Santa Fe, Nuevo México, el pasado miércoles por la tarde, acompañada de su perro. Allí vivía el dos veces ganador del Oscar, completamente alejado de los focos. Apasionado del campo, ocupaba su tiempo en tareas mucho más contemplativas que la interpretación, a la que dedico buena parte de su vida. Hackman llevaba dos décadas retirado; dar largos paseos con su mascota, pintar, leer, escribir libros e incluso pescar eran sus grandes pasiones.

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¿Por qué dejó Los Ángeles?

Según publica en Daily Mail, Hackman dejó de actuar en el año 2004 "debido al severo estrés al que estaba sometido, que se volvió demasiado difícil de manejar después de que comenzó a tener problemas con su corazón".  "La gota que colmó el vaso fue una prueba de esfuerzo que me hicieron en Nueva York", dijo sobre su retiro en una entrevista en 2009. "El médico me dijo que mi corazón no estaba en condiciones para someterlo a ningún tipo de estrés". 

Hackman ya se había sometido a una cirugía después de enfrentar problemas con su corazón. El actor tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital con dolor en el pecho y necesitaba que le insertaran un catéter con balón para ayudar a abrir una arteria que se había estrechado peligrosamente. El negocio del cine se convirtió en peligroso para su salud. 

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En 2011, GQ le preguntó si alguna vez saldría de su retiro para interpretar algún papel más, quizás el último de su carrera, a lo que el intérprete contestó tajante: "Si pudiera hacerlo en mi propia casa, tal vez, sin que molestaran a nadie y solo una o dos personas".

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Escritor de novelas

Gene Hackman apenas se ha dejado ver en estos últimos años. En alguna ocasión, montado en su bicicleta en el que era su refugio, Santa Fe. Allí disfrutó sus últimos años escribiendo novelas. En algunas de sus últimas entrevistas llegó a comentar que lo que más le gustaba de su afición era: "la soledad que implica. Es similar en algunos aspectos a la actuación, pero es más privado y siento que tengo más control sobre lo que intento decir y hacer".