El mundo del cine se ha teñido de luto tras la impactante noticia del fallecimiento de Gene Hackman, legendario actor de Hollywood, a los 95 años, junto a su mujer, Betsy Arakawa, de 63. La pareja, que compartió más de tres décadas de vida, fue encontrada sin vida en su residencia de Santa Fe, Nuevo México, el pasado miércoles por la tarde, acompañada de su perro. A pesar del impacto de la escena, las autoridades no han encontrado indicios de un crimen. El sheriff del condado de Santa Fe, Adán Mendoza, aún no ha revelado la causa de los fallecimientos, rodeando de misterio la partida del dos veces ganador del Oscar.
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A sus 95 años, Gene Hackman llevaba décadas alejado de los focos y las alfombras rojas, habiendo puesto fin a su carrera cinematográfica en 2004 con su última actuación en Welcome to Mooseport. Su esposa, Betsy Arakawa, pianista clásica 32 años menor que él, se convirtió en su compañera inseparable en esta nueva etapa de su vida. Lejos del bullicio de Los Ángeles, Hackman había elegido la serenidad de Nuevo México, donde se dedicó a la escritura y a disfrutar de los pequeños placeres cotidianos, abrazando una existencia tranquila y apartada del mundo del espectáculo.
Su última aparición juntos
La última vez que Gene Hackman y Betsy Arakawa fueron vistos juntos fue en 2023, cuando una fotografía en un restaurante de Santa Fe capturó su primera aparición pública en más de dos décadas. Aquel día, Hackman, visiblemente frágil, se apoyaba en el brazo de su esposa mientras disfrutaban de una cena discreta. Las imágenes mostraban a un hombre frágil, pero aún con la inconfundible presencia de una leyenda. Para sus seguidores, que rara vez tenían la oportunidad de verlo, aquel instante fue conmovedor: el icónico actor, antaño imponente en la pantalla, se mostraba en un momento de calma y sencillez.
Desde su retiro, Hackman había encontrado refugio en la escritura, publicando varias novelas de corte histórico y de aventuras. "Me gusta la soledad que implica escribir", confesó en una entrevista en 2008. "Es similar a la actuación, pero más privado y con mayor control sobre lo que intento decir y hacer". Esta pasión lo mantuvo activo hasta sus últimos años, cuando su salud comenzó a debilitarse, alejándolo aún más del ojo público.
Un legado imborrable en la historia del cine
Gene Hackman comenzó su carrera de manera poco convencional. Nacido el 30 de enero de 1930 en California, se enlistó en la Marina a los 16 años tras mentir sobre su edad. Sirvió durante más de cuatro años antes de regresar a la vida civil y encontrar su verdadera vocación en la actuación. En los años 50, se formó en el Pasadena Playhouse, donde coincidió con otro futuro grande del cine, Dustin Hoffman.
El gran salto llegó en 1967 con Bonnie y Clyde, donde su interpretación de Buck Barrow le valió su primera nominación al Oscar. Sin embargo, fue en 1971 cuando alcanzó el estrellato definitivo con The French Connection, interpretando al detective Jimmy "Popeye" Doyle, un papel que le otorgó su primer premio de la Academia. La película, con su icónica persecución en coche, redefinió el cine de acción y consolidó a Hackman como uno de los actores más versátiles de su generación.
A lo largo de su carrera, Hackman interpretó personajes inolvidables, desde el despiadado Lex Luthor en Superman (1978) hasta el brutal sheriff Bill Daggett en Sin Perdón (1992), papel que le valió su segundo Oscar. En la década de los 90, su talento se mantuvo vigente con películas como Mississippi Burning, The Firm, Enemy of the State y la entrañable comedia The Royal Tenenbaums, por la que ganó un Globo de Oro.
El retiro y la vida lejos de Hollywood
En 2004, tras más de 100 créditos cinematográficos, Hackman decidió retirarse. La decisión sorprendió a muchos, pero el actor confesó que el estrés del oficio y problemas de salud, particularmente relacionados con el corazón, lo llevaron a dar un paso al costado. "Si pudiera actuar desde mi casa, sin molestar a nadie y con solo un par de personas alrededor, tal vez lo haría", bromeó en una entrevista en 2011.
Lejos de las cámaras, Hackman se dedicó a escribir novelas y a disfrutar de una existencia tranquila con Betsy, con quien se casó en 1991 tras su divorcio de Faye Maltese, madre de sus tres hijos. Aunque su retiro fue definitivo, nunca dejó de ser un referente en la industria cinematográfica. En 2003, cuando recibió el premio Cecil B. DeMille, el actor Michael Caine lo describió como "uno de los más grandes actores de nuestra era", mientras que Robin Williams, con su característico humor, añadió: "Gene Hackman no es solo un actor de actores, es un ser verdaderamente sobrehumano".