Jonathan Pérez, el que conociéramos en Gran Hermano 15, ha pedido responsabilidades por el atropello que ha sufrido su abuela en Catarroja, Valencia. La todavía persistente falta de iluminación en algunas calles del municipio valenciano, una de las zonas más afectadas por el paso de la DANA, continúa afectando a los vecinos 5 meses después de la catástrofe. La abuela de Jonathan sigue ingresada en el Hospital La Fe de Valencia, desde donde el exconcursante de GH ha denunciado lo ocurrido a través de sus redes sociales: "Aunque está estable, se ha roto la cadera y le tienen que operar".
'Podría haberse evitado'
El exconcursante de Gran Hermano no ha dudado en denunciar el lamentable estado de muchas de las calles del municipio: "Así están muchas de nuestras calles a día de hoy tras casi 5 meses después de lo sucedido con la DANA", denuncia el valenciano, que es papá de una niña, Valeria, fruto de la relación con Yolanda Claramonte, a la que conoció en la casa de Guadalix de la Sierra. "Por culpa de esta situación, han atropellado a mi abuela". Un accidente que Jonathan está convencido de que podría haberse evitado.
Jonathan sigue contando como se produjo el accidente: "Por desgracia, hoy tengo que vivir otra situación que me parte el alma y a la vez me enfurece lo más grande. Esta tarde/noche mi abuela ha sido atropellada tras cruzar sobre el paso de cebra por una de esas zonas en Avenida Rambleta, Catarroja...".
La conductora no pudo verla a tiempo
Ni Jonathan ni su familia pretenden culpabilizar a "esa pobre mujer que no pudo verla a tiempo" debido a la falta de luz que hay en las calles. Un problema ante el que busca y exige responsabilidades políticas mientras carga contra "todos aquellos responsables que siguen en sus puestos sin pagar por sus actos".
La DANA de Valencia, siempre en nuestra memoria
El trágico 29 de octubre de 2024 permanecerá en la memoria colectiva de los valencianos que vieron cómo el paso de una destructiva DANA cambiaba por completo sus vidas. Una riada imparable arrasó con todo a su paso, dejando una estampa de caos y destrucción que muchos no podrán olvidar. Cinco meses después, los vecinos luchan por volver a la normalidad, pero nada es como antes. La reconstrucción avanza lentamente, mientras las huellas de la tragedia permanecen en cada rincón, recordando el impacto de unas lluvias que se convirtieron en pesadilla.