Angélica Rivera y Dieglo Klein © @diegokleinfranco

El turbulento regreso de Angélica Rivera, ex Primera Dama de México, a las telenovelas

Ha desmentido un romance con su coprotagonista, diecinueve años más joven que ella, y sufre un robo en su domicilio


22 de febrero de 2025 - 18:02 CET

La historia de Angélica Rivera merece, por sí misma, un biopic lleno de pasiones, corazones rotos, segundas oportunidades, poder y un largo etcétera de elementos que lo convertirían, sin ningún género de dudas, en un número 1. La actriz, de cincuenta y cinco años, triunfó en las telenovelas de su país en los años noventa y en los dos mil arrasó con “Destilando amor” y conquistó a millones de televidentes en su papel de Gaviota. En 2008, se separó de José Alberto Castro –famosísimo productor azteca y hermano de Verónica Castro–, el padre de sus tres hijas, después de diecisiete años de vida en común. Poco después, comenzó un rumor que alcanzó dimensiones épicas: Angélica Rivera, la aplaudida Gaviota que se había quedado instalada en el corazón de muchos, mantenía una relación con Enrique Peña Nieto, un político con aspiraciones presidenciales. Se casaron en 2010 y el 1 de diciembre de 2012 él fue elegido presidente de México y ella, de inmediato, asumió el rol de Primera Dama. Todo parecía miel sobre hojuelas, pero sorpresivamente el matrimonio se rompió y se produjo un misterioso divorcio en 2019. En los años posteriores, Angélica Rivera mantuvo un prudente silencio y un perfil bajo. Siguió alejada del mundo del espectáculo, aunque se sabía que deseaba volver a su hábitat. Finalmente, cuando accedió a incorporarse a una serie, “Con esa misma mirada”, y finalizó el rodaje de la misma, una revista de espectáculos, “Caras”, publicó la primicia de que la ex Primera Dama de México y el coprotagonista de la novela, Diego Klein, habían convertido la ficción en realidad y sostenían, según este medio, un romance. De inmediato, la noticia se divulgó por todos los rincones del país ante las dudas de unos, y las sospechas de otros. Finalmente, Angélica Rivera difundió un comunicado negando categóricamente su relación sentimental con Diego Klein. 

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Enrique Peña y Angélica Rivera el Día de la Independencia de México, en Ciudad de México© Getty Images

El comunicado

Angélica Rivera, quien siempre ha sido muy cautelosa sobre cómo proporcionar información de su vida privada a los medios, expresó en su escrito lo siguiente: “Respecto a la información publicada en la revista CARAS, deseo aclarar de manera categórica que lo que se ha difundido es totalmente falso. Como colegas, he tenido el honor de compartir con Diego un proyecto muy especial y formativo […] La mentira preocupa porque no entendiendo por qué un medio de comunicación se conduciría de esta forma tan poco ética, publicando información calumniosa, y utilizando fotografías sin autorización; violando los principios básicos del periodismo de calidad. Pero esto es algo que no me corresponde resolver a mí, sino a los propios editores y reporteros quienes probablemente esclarecerán esta falta de profesionalismo en su revista”.

© @angelicariverahoficial

La sorpresa llegó cuando la publicación, lejos de retractarse por lo publicado, corroboró su posicionamiento ante los hechos: “La revista Caras ha visto el comunicado de la sra. Angélica Rivera. Ante ello, informamos que mantenemos nuestra investigación periodística respecto de su noviazgo con Diego Klein. Mañana daremos una ampliación de las evidencias del caso”. Por el momento, no han sacado más datos al respecto ni pruebas que confirmen esa historia de amor de ficción que, según ellos, ha transcendido a la vida real. Publicaron unas imágenes de un “photoshoot” que, de inmediato, tuvo réplica de Angélica Rivera con otro comunicado fechado el día 20 de este mes: “¿Un photoshoot es igual a noviazgo? Si esas fotos profesionales son su evidencia de un romance, la verdad a hay muy poco que decir”. Y añadió: “Me dan ganas de reír porque es más que evidente que son fotos de dos actores haciendo su trabajo […] Incluso si hay personas que dicen que nos vieron ‘cariñosos’ y eso fuera verdad, eso no lo haría mi pareja, ni siquiera decir que mi amor le pertenece, porque ¡no somos propiedad de nadie, ni debemos dar explicaciones por vivir”. Diego Klein también lo ha desmentido tajantemente: “Esto no es verdad”, aunque no ha dudado en defender a su compañera: “Angélica Rivera es la mejor compañera de trabajo que he tenido en mi vida”.

© @diegokleinfranco

Lo que ya es un hecho irrefutable es que el día que se estrene “Con esa misma mirada” en la plataforma Vix, cientos de miles de ojos estarán al pendiente de cada gesto de los actores, de cada rictus que pueda esconder un enamoramiento real entre las personas que se esconden tras sus personajes. Es decir, esta noticia justo ahora ha garantizado que el hecho de por sí sobresaliente de que Angélica Rivera regrese a trabajar como actriz, después de más de tres lustros sin hacerlo, provoque una mayor expectativa por la posibilidad de este atípico romance a la vista. Bueno, atípico para algunos, porque si de siempre ha sido aceptado que un hombre mayor mantenga una relación sentimental con alguien mucho más joven, en los últimos años el mundo del espectáculo ya no se rasga las vestiduras porque una mujer madura inicie un amor con un hombre más joven. Si no que se le pregunte a Cher, a Madonna o a Priyanka Chopra, Heidi Klum o Julianne Moore.

Mundo del espectáculo y poder

Además de tener que lidiar con estos rumores previos al estreno de “Con esa misma mirada”, Angélica Rivera ha pasado otro amargo trago, según se ha publicado en diversos medios mexicanos, porque se ha producido un robo en su casa de Lomas de Chapultepec, una de las áreas más exclusivas de la CDMX. Al parecer, un empleado de la ex Primera Dama de México –quien, por cierto, desde su divorcio de Enrique Peña Nieto se trasladó a Miami– fue sorprendido mientras robaba tres botellas de Vega Sicilia.

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Semana triste para la actriz quien había retomado con todo entusiasmo (alentada por sus tres hijas Sofía, Fernanda y Regina) su carrera artística. Cabe recordar que La Gaviota decidió abandonar su profesión cuando se cruzó en su vida Enrique Peña Nieto y le siguió hacia Los Pinos (la casa presidencial de México). Durante todo el sexenio que duró el mandato de su esposo, se mantuvo en su papel de Primera Dama sin mirar atrás. Sin embargo, tan pronto como acabó el sexenio concluyó también su particular cuento de hadas, su historia de amor con Peña Nieto, una relación de más de una década que le dejó el corazón roto y las dudas de por dónde debía seguir su vida. De ahí, su retiro a Miami.  

© Getty Images

En 2021, escribió un mensaje en sus redes sociales que fue el pistoletazo de salida de su regreso al mundo que, desde adolescente, le había cobijado y dado el sustento: el del espectáculo. Sus palabras fueron las siguientes: “Querido miedo: quiero decirte que lo nuestro se acabó. Ya he tenido suficiente. Ya me has frenado en demasiadas ocasiones, y no estoy dispuesta a aguantar esta situación ni un minuto más. Además, he conocido a otros mucho más interesantes que tú. Se llaman: Confianza, ilusión, esperanza, valentía, amor propio. Así que me despido porque me voy con ellos”. Sin embargo, sí han pasado unos años más hasta que, al fin, se ha materializado un proyecto. Lógicamente, no ha de ser fácil pasar de un papel a otro: del papel de Primera Dama de un país a regresar a las grabaciones de una telenovela con el rigor de los horarios y las jornadas de sol a sol. Tampoco es lo mismo protagonizar una novela hace diecisiete años que ahora, después de tanto tiempo retirada de las cámaras.  

© Getty Images

La historia particular de Angélica Rivera nos hace recordar otras historias de amor en las que espectáculo y política se han dado la mano. De las más recientes y de la que se ha hablado sobradamente ha sido la de Nicolás Sarkozy y Carla Bruni quienes, contra todo pronóstico, siguen juntos y profundamente enamorados. Ella sufrió su papel de Primera Dama, pero lo cumplió lo mejor que pudo, y tan pronto como salió del Elíseo regresó a su música, su pasión, con el respaldo de su marido. Peng Liyuan, la Primera Dama de China, es una artista e intérprete, especializada en canto, que se volcó en la carrera política de su esposo, y permanece a su lado, olvidándose, por un tiempo, de su pasión por la música. Una historia que alcanzó la inmortalidad –en parte, por la película protagonizada por Madonna– fue la de Evita, la actriz que conquistó el corazón de Juan Perón, con el que se casó y acompañó en su andadura política, hasta que un cáncer le arrebató la vida, a los treinta y tres años.  O, en el mismo Argentina, décadas después, el romance protagonizado por Carlos Menem y la ex Miss Universo chilena Cecilia Bolocco. ¿Y qué decir de Melania Trump? De las pasarelas a la Casa Blanca por un cruce de miradas con Donald Trump.

© @angelicariverahoficial

En 2010, Angélica Rivera aparcó sus proyectos profesionales para dedicarse a la familia numerosa que había formado junto a Enrique Peña Nieto (ella aportaba tres hijos y él, otros tres: Alejandro, Nicole y Paulina). "Decidí retirarme para dedicarme a esta gran responsabilidad al lado de él: dedicarme a mi casa, a mis hijos". Ahora, en su regreso, todo ha cambiado y nada parece haber cambiado, porque de siempre a Angélica Rivera le caían las sospechas de haber tenido un romance con su coprotagonista. Aunque pensara que en esta ocasión se libraría de ese sambenito, no ha sido así. 

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