Nicole Kidman ha sufrido un robo en su mansión de Los Ángeles. Según fuentes policiales, la casa de la actriz y su marido, el músico Keith Urban, sufrió un asalto el pasado 14 de febrero, Día de San Valentín, cuando ellos no se encontraban en su interior. Sin embargo, uno de los miembros del personal de la vivienda llegó a la residencia minutos después de que el intruso rompiera una ventana para entrar, según ha señalado TMZ.
La mansión, valorada en más de 4 millones de euros, sufrió una serie de desperfectos, entre ellos la rotura de la ventana, para acceder a su interior. Según informaron, el ladrón escuchó al empleado entrar y huyó inmediatamente del lugar. Por el momento, se desconoce el alcance del robo. Ni la policía ni los representantes de la pareja han confirmado la sustracción de objetos de valor.
La Policía señaló que el asalto está bajo investigación, ya que ha sido perpetrado en medio de una oleada de robos a nivel nacional por parte de presuntas bandas en residencias de lujo. De momento no hay ningún detenido, según ha informado TMZ. Las medidas de seguridad en la propiedad serán revisadas tras el incidente. La pareja compró esta magnífica propiedad de Los Ángeles en 2008. La casa cuenta con 370 metros cuadrados, cinco dormitorios, cuatro baños y una maravillosa piscina. En ella, el matrimonio vive con sus hijas, Sunday Rose, de 16 años, y Faith Margaret, de 14.
Los representantes de Kidman y Urban no han respondido a los comentarios tras el susto vivido. La actriz no atraviesa su mejor momento anímico. La protagonista de Babygirl se enfrentó a la inesperada muerte de su madre cuando iba a recoger el premio de mejor actriz en el Festival de Venecia, y atraviesa un proceso de duelo desde septiembre. A ello se suma que el cantante de música country está inmerso en una serie de conciertos en Las Vegas antes de su próxima gira, el tour High and Alive World, que comenzará el 22 de mayo en Alabama y concluirá en Nashville el 17 de octubre. Precisamente en esta ciudad de Tennessee, el cuatro veces ganador del Grammy y la estrella de Big Little Lies poseen una mansión de 3 millones de euros. La pareja, además, es propietaria de dos casas en Australia y un inmueble valorado en casi 10 millones en Nueva York.