Madre e hijas en la cocina... eso puede ir bien, ir mal, o como en este caso, resultar fenomenal. La madre es Lucía Dominguín, hija de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín, que demostró su talento delante de los fogones en la quinta edición de MasterChef Celebrity. Las hermanas Jara y Palito Dominguín, nacidas del segundo matrimonio de la hija de Miguel Bosé con el actor y empresario Carlos Tristancho, de quien se separó hace catorce años.
Las tres acaban de publicar Casa Dominguín. Recetas familiares (Libros Cúpula), un libro que han redactado juntas y en el que, con un estilo alegre y desinhibido, rinden tributo a la cocina tradicional de su familia (con recetas saludables, nutritivas y riquísimas) y a las dos matriarcas de la tribu, la abuela Rita y la abuela Azul, Lucía Bosé. Un proyecto muy especial, del que nos hablan en un lugar no menos especial para ellas. Si hay un rincón en su vida que les dé buenas vibraciones, ese es el Museo de los Ángeles, cerrado desde 2007, una peculiar galería que Lucía Bosé dedicó a los seres celestiales, con los que afirmaba comunicarse, y que ahora han reconvertido en su hogar. En él, con una foto de Pablo Picasso y Lucía presidiendo la estancia, no solo nos hablan de su libro, sino que nos dan ilusionadas, como no podía ser de otra manera, la noticia de la próxima llegada de un nuevo miembro a la familia, el segundo hijo de Jara, que ya es madre de un niño, Leonardo.
Jara: 'Lo estoy llevando peor que el primero'
—¿De cuánto tiempo estás, Jara?
—Estoy de cinco meses. ¡Creo! Es que me resulta muy complicado llevar la cuenta. Tampoco me aclaro con las semanas, que es como se suelen medir los embarazos. Nos han dicho que la fecha probable del parto será a mediados de junio.
—¿Ha sido algo inesperado, o es un bebé buscado?
—No, no ha sido buscado. En mi familia, no planeamos nada en la vida. Tampoco la decisión de tener a Leonardo fue premeditada.
—¿Cómo lo estás llevando, mejor o peor que el primero?
—Lo estoy llevando peor que la vez anterior. Con Leonardo, estaba más hiperactiva y dormía genial. Ahora duermo menos, pero creo que, más que por el embarazo, es por el hecho de tener un niño de año y medio y por los traslados. Estamos todo el día de arriba abajo y de abajo arriba. Nuestro grupo familiar de whatsapp se llama 'Compañía de Mudanzas' (risas).
"No ha sido un niño buscado. En mi familia, no planeamos nada", nos dice Jara, que ha escrito un libro de cocina con su madre y su hermana, Palito
—¿Sabéis ya el sexo del bebé?
—Sí, tendremos otro niño.
—¿Y qué preferías?
—La verdad es que pensaba que era una niña, pero, cuando nos dijeron que era un chico, respiré aliviada. Pensar en criar a una hija en los tiempos actuales, me hacía darle mil vueltas a las cosas. Tuvimos una conversación sobre el hecho de que fuera niña y terminé agobiándome un poco. Nos dijimos: "Qué bien que sea otro niño". Así nos da tiempo a ser más padres, que es algo que vas aprendiendo sobre la marcha, y cuando tengamos más práctica con dos hijos, igual vemos lo de la niña de otra manera. Independientemente de esto, siempre he querido tener una familia numerosa, porque me he criado en una así por la rama extremeña. Mi padre tiene nueve hermanos, somos veintitantos primos y ya hay catorce bisnietos. Nos hemos juntado siempre alrededor de la mesa y eso me hizo tener una infancia feliz. Una de las primeras conversaciones que tuve con Samuel es que yo quería tener una familia numerosa y que él tenía que estar al tanto desde el primer momento. Él también es de familia grande, tiene ocho hermanos, así que los dos estamos cómodos en esos ambientes familiares.
—¿Cómo va el 'príncipe' de la casa?
—Tenemos la suerte de que es un niño muy bueno, es una pasada. Recuerdo que el pediatra nos decía que es un 'niño trampa'. Aunque no deja de ser un chiquillo curioso y activo, es bastante tranquilo. Y si está solo, es superprudente y analiza todo. Tiene buen coco.
—¿Es consciente de que va a tener un hermanito?
—A ratos. A veces me ve la barriga, le da besos y empieza a decir: "¡Bebé, bebé!". De todos modos, es demasiado pequeño aún.
—¿A quién de los dos se parece?
—Tiene mucha mezcla de los dos, físicamente. Hay días en los que se parece muchísimo a su padre y otras veces en las que, recién despertado, se parece más a mí. Con el carácter, le ocurre lo mismo, porque ha heredado el dramatismo de uno y el genio del otro.
—Una curiosidad, Jara. ¿Ha influido tu embarazo en las recetas que has incluido en el libro?
—No. Lo que noto es que cocino mejor cuando estoy embarazada. Como que me inspiro más y me siento más creativa. También me ocurrió cuando esperaba a mi hijo, Leonardo.
—Al mirar el resultado final, ¿qué es lo que más te emociona o satisface de haber trabajado con tu madre y tu hermana?
—Yo sabía que podíamos hacer muchas cosas, pero nunca acabábamos ninguna en conjunto. Esta ha sido la primera vez que hemos tenido una idea, la hemos desarrollado, la hemos producido y la hemos terminado. Todo lo que se ve en el libro ha sido cien por cien producido por nosotras, desde la comida, aunque unas han cocinado más que otras, al vestuario, el maquillaje y las fotos. Es muy reconfortante.
Habla Lucía Dominguín
—Lucía, ¿qué te inspiró a escribir un libro de cocina junto a tus hijas?
—Como ha dicho Jara, las tres teníamos ganas de trabajar juntas y hacer algo nuestro, desde el principio hasta el final. Y lo hemos conseguido. Se trata de un viaje a nuestro fantástico mundo, con nuestra forma de ver la cocina desde un prisma divertido y en un ambiente desenfadado y de complicidad contagiosa.
—Además de recetas, ¿qué esperáis que encuentren vuestros lectores?
—Queremos inspirar a todo el que lo lea. Comunicarles que pueden crear algo maravilloso con lo que tienen por sus casas, que no hay limitación alguna en cuanto a la creatividad. También los invitamos a que hagan un buceo en el interior de nuestras vidas. Muy cortito, eso sí, porque a lo mejor hacemos siete libros más como este. Por otra parte, yo diría que, más que un manual de cocina, es un libro de arte. Ponemos que son recetas familiares, pero, en realidad, son recetas para la vida, recetas de estilo, recetas de comportamiento...
—Rendís tributo a las dos abuelas de la familia, a la abuela Rita y a la abuela Azul, Lucía Bosé. ¿Qué las hace tan especiales?
—Que nacieron el mismo año, con tan solo cinco días de diferencia. Las dos son muy diferentes y, a la vez, muy iguales. Mami Rita ha cocinado siempre y, a sus 94 años, sigue haciéndolo. Mi madre, por su parte, cocinó bastante durante una época y, después, fue tertuliana de mesa. Hablaba muchísimo y contaba unas historias que creaban un ambiente fantástico.
—A tu hija, Bimba, la tenéis siempre en el corazón. ¿También está presente en las páginas de vuestro libro?
—Bimba forma parte de nuestras vidas como hija y hermana y aparece en algunas de las anécdotas que cuento, igual que mi hijo, Olfo, y mi ex. Pero no está tan presente porque, como dices, se lo hemos dedicado a las 'mamis', que son las más cocineras.
—¿Qué os ha dicho Miguel Bosé de vuestras recetas y de la obra en general?
—Sabemos que le ha llegado el libro, pero no nos ha dado su opinión. Pensamos que no lo ha visto todavía. Yo creo que por eso nos llevamos tan bien en la familia. Si me dan su opinión, la escucho, y si no, me da igual. Es mi hermano y le quiero por lo que le quiero.
"Lo que noto es que cocino mejor cuando estoy embarazada. Como que me inspiro más y me siento más creativa. También me ocurrió cuando esperaba a mi hijo, Leonardo", nos confiesa Jara
—Hace tiempo que no lo vemos, ¿está bien?
—Está fenomenal, ahora mismo preparando su nueva gira en México.
—¿Cómo crees que ha influido en tu relación con tus hijas este trabajo y qué has descubierto en ellas?
—Ha sido una experiencia superpositiva, que me ha permitido conocerlas mejor, y he descubierto que mis hijas son muy divertidas y resolutivas. Saben resolver los problemas y afrontar las dificultades con una sonrisa.
—Este libro nace con la próxima llegada de un nuevo miembro a la familia. ¿Qué emociones sientes?
—Lo que siento es que no me ha dado tiempo a recuperarme de la llegada del primero y ya viene otro en camino (ríe).
—¿Ejerces mucho de abuela en la vida diaria?
—Con Dora y June, las hijas de Bimba, menos, porque ya son mayores y tienen su vida en Madrid. Están con mil cosas y yo de aquí para allá. Y a Leonardo creo que le voy a disfrutar cuando sea un poco más mayor. Me gustan los niños pequeñitos, pero son una responsabilidad.
—Ahora te has instalado con Jara, Palito, sus respectivas parejas y tu nieto en el Museo de los Ángeles de tu madre. ¿Por qué?
—Nos hemos venido a vivir aquí porque me lo ha dejado mi madre a mí, y soy la única que quería estar. Como decía ella, yo era la más artista de la familia y, además, ya estuve viviendo aquí hace mucho tiempo.
Palito: 'Mi madre es superpositiva'
—Para ti, Palito, ¿qué ha sido lo más divertido de trabajar en familia?
—Las fotos, disfruto haciéndolas.
—¿Y qué es lo que más te gusta de tu madre?
—Lo primero de todo es que es superpositiva. Ella es la que me saca siempre de mis bloqueos artísticos.
—¿Qué otros proyectos tienes a partir de ahora?
—Estoy pensando en instalarme en Madrid para montar varias exposiciones, y que la gente vea lo que estoy haciendo. Este año estoy creando mucho arte, pintando y haciendo esculturas más que nunca en mi vida.
—Después de ocho años juntos, ¿cómo ves tu relación con Harry James en el futuro? ¿Habéis hablado de casaros o formar una familia?
—No, no. La verdad es que, de momento, no me ha pasado por la cabeza ser madre. Si me quedara embarazada ahora mismo, creo que se me cae el mundo encima. Ya tengo a los hijos de mi hermana, que también son mi familia.