Este año, la Fundación Casa de Alba cumple 50 años coincidiendo con los 10 años de Carlos Fitz-James Stuart (que se cumplieron el pasado 20 de noviembre) como cabeza de la casa. Una efeméride de lo más significativa que han comenzado a celebrar con la inauguración hace unos días de la exposición Flamboyant, de la aclamada artista portuguesa Joana Vasconcelos.
Se trata de la primera vez que la reconocida escultora expone su obra en España y su presentación, hace tan solo unos días, congregó a un gran número de rostros conocidos tanto durante la visita guiada por la mañana, que contó con el Rey como invitado de honor, como la multitudinaria cena ofrecida por Dior en los salones y jardines del Palacio de Liria, que acoge la muestra.
Una celebración que la familia ha completado con un posado tan histórico como sorprendente. El duque de Alba, que en multitud de ocasiones se había fotografiado con su hijo mayor, Fernando y su nuera, Sofía Palazuelo –responsable en parte junto a su madre, Sofía Barroso, de la exposición– nunca lo había hecho con una escenografía tan oficial.
En esta ocasión, que sin duda lo merecía, el duque ha protagonizado una estampa para la posteridad tomada en uno de los salones más importantes de palacio: el presidido por los retratos de algunos de sus predecesores, como el que pintó Francisco de Goya de la XIII duquesa de Alba, ante el que en tantas ocasiones posó su madre, Cayetana de Alba.
Delante del cuadro y flanqueados por la izquierda por una de las imponentes obras creadas por Vasconcelos, han posado los tres, sobrios, perfectamente colocados, con el duque en primer plano, sentado y sus herederos, los duques de Huéscar, detrás, de pie, uno a cada lado. Sonrientes, guapos y jóvenes. Ella, vestida de marca España, como suele ser habitual en ella.
En esta ocasión, lleva un traje de chaqueta de tweed de lana de pata de gallo en tonos verdes firmado por Devota & Lomba y a la venta en Es Fascinante, la tienda de su íntima amiga Valentina Suárez-Zuloaga.
Una imagen para la posteridad que marca como nunca antes la sucesión del duque, perfectamente encarnada en su hijo mayor, quien ha heredado la responsabilidad de su padre para con el título y la Casa que representan, así como lo ha hecho Sofía Palazuelo, ejemplo de elegancia y saber estar en todo momento.