Vinagre de manzana, la serie que acaba de aterrizar en Netflix, ha llamado rápidamente la atención de los espectadores con su premisa: dos mujeres decididas a curar sus enfermedades mortales a través de un estilo de vida saludable, mientras comparten sus experiencias con el mundo a través de las redes sociales. A primera vista, parece una historia inspiradora, un relato de superación ante la adversidad, pero detrás de la trama hay una verdad mucho más oscura.
La serie está inspirada en la figura de Belle Gibson, una joven australiana que, con la promesa de que había curado su cáncer mediante una dieta y hábitos "saludables", se convertía en una influencer conocida en los primeros albores de Instagram. Su historia, sin embargo, no solo atrajo a miles de seguidores, sino que también engañó a personas realmente enfermas, quienes confiaron en sus consejos, creyendo que podían salvar sus vidas.
Lo que no sabían es que Belle Gibson había inventado su diagnóstico de cáncer, construyendo una narrativa falsa que la catapultaba al estrellato dentro de la cultura del bienestar. Las recomendaciones de dieta, suplementos y tratamientos naturales que compartía eran, en realidad, un fraude. Lo más devastador de todo es que muchas personas, buscando respuestas en un momento de desesperación, siguieron sus pasos con la esperanza de encontrar la cura para sus graves enfermedades. Este es el caso Bella Johnston, quien estuvo a punto de perder la vida por seguir la indicaciones de Gibson y que ahora ha querido compartir su experiencia.
Bella Johnston, una niñera australiana de 29 años, era diagnosticada en 2009 con un paraganglioma, un tipo poco común de tumor endocrino. Tenía tan solo 19 años y, rodeada de pacientes mucho mayores que ella, se sentía aislada y vulnerable.
Presa de la desesperación, acudía a las redes sociales en busca de algo que le ayudara a sobrellevar la enfermedad. Era entonces cuando encontraba el perfil de Belle Gibson, una influencer de una edad similar a la suya, que contaba con 200.000 seguidores y aseguraba haber vencido un cáncer cerebral terminal sin recurrir a tratamientos convencionales. En su lugar, promovía una dieta estricta basada en alimentos orgánicos, sin gluten, sin lácteos y sin azúcar, junto con ejercicio y terapias alternativas, las cuales afirmaba que le habían curado, lo que despertaba en Bella una mezcla de interés y esperanza. En ese momento, la joven empezaba a perder la fe en la medicina tradicional y se proponía seguir los pasos de Gibson.
"Traté de hablar con mis padres sobre dejar de lado la medicina convencional y explorar la medicina alternativa, y usé a Belle Gibson como ejemplo", ha confesado Johnston en el documental Instagram's Worst Con Artist (La peor estafadora de Instagram) del canal británico ITV.
Bella quedaba fascinada con la idea que Gibson transmitía en sus redes y frecuentemente comentaba sus publicaciones, pidiéndole consejos o agradeciéndole por compartir su dieta y estilo de vida. En respuesta, Belle solía ofrecer recomendaciones "triviales", como por como ejemplo hacer batidos "detox". “Intenté incorporar todo lo que ella decía: zumos verdes, superalimentos, agua de coco”, ha contado Bella en varios vídeos de TikTok.
Sin saber en ese momento que Gibson, una joven que ahora tiene 32 años, nunca había tenido cáncer y que su historia de recuperación milagrosa era completamente falsa, Bella confiaba en sus consejos como si fueran la respuesta a sus problemas. Gibson se había convertido en una figura clave de la cultura del bienestar, pero su historia era, en realidad, una estrategia para promover su marca de estilo de vida.
"Creo que las redes sociales pueden ser tan adictivas como la cocaína o el crack porque me sentí muy atraída por la vida de Belle, creí que era muy valiente e inspiradora y de inmediato pensé: 'Vaya, no sé si quiero ser esta mujer o la mejor amiga de esta mujer'", ha explicado Bella. La influencia de Gibson, con su estilo de vida aparentemente perfecto, comenzaba a calar profundamente en Bella. El problema llegaba cuando empezaba a compararse constantemente con ella, cuestionándose, por ejemplo, por qué no tenía el mismo buen aspecto que la influencer.
"Al ver a Belle Gibson tan bien, tan feliz y saludable, comencé a comparar mi vida con la de ella", ha asegurado Bella. Este hecho, comenzaba a generarle una serie de inseguridades. En mitad de su tratamiento, Bella ya no podía ir al hospital sin aplicarse autobronceador para disimular su estado físico, lo que dada su debilidad le costaba un gran esfuerzo, o sin ponerse extensiones para ocultar las calvas que le dejaba la quimioterapia. “Simplemente no quería que nadie supiera que estaba tan enferma”, ha contado.
A medida que su aspecto no mejoraba, Bella empezaba a pensar que el problema residía en el tratamiento convencional. "Supongo que existía esa idea de que era la medicina la que te hacía lucir enferma, y ella tiene cáncer, pero se ve tan bien porque alimenta su cuerpo con esta comida increíble, y yo me veo fatal porque seguí el camino de la medicina moderna", ha explicado.
En 2014, Johnston se sometía a una cirugía mayor que le dejaba importantes secuelas, incluyendo parálisis parcial y pérdida auditiva. “Cuando el cirujano me abrió, dijo que el tumor parecía fruta podrida. Estaba en todas partes, era negro”, ha señalado. Años después, su tratamiento convencional daba resultados y su cáncer remitía. Cuando en 2015 se reveló que Belle Gibson había mentido, Bella sintió una gran indignación: “Estaba tan enfadada. Mi familia y yo habíamos estado dispuestos a creer cualquier cosa con tal de seguir con vida, y ella se aprovechó de la desesperación de personas como yo”.