Madrileña de 36 años, como muchos escritores y proyectos de escritores, Virginia Feito soñaba desde pequeña con publicar novelas y dedicarse a la literatura, pero, hasta la treintena, no tomó ese deseo en serio con su primera novela, La señora March. Hija del economista José Luis Feito —que fue director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional en los años 80 y embajador de España en París entre 1996 y 2000—, Virginia Feito se crio entre altos cargos y comidas elegantes, cursó toda la escuela y la universidad en inglés y centró su carrera profesional como publicista hasta que dio el paso de dejarlo todo para escribir. El tiempo sentenció que eligió bien.
Feito debutó en el 2021 con la historia de una mujer de clase alta preocupada por las apariencias hasta extremos enfermizos. La novela, escrita originariamente en inglés y publicada en Estados Unidos, se convirtió en un fenómeno transoceánico que ha continuado con Victorian Psycho, que se acaba de publicar. Feito no sólo ha logrado miles de lectores, sino que también ha cautivado a Hollywood: la actriz Elisabeth Moss compró los derechos de su primera novela, que protagonizará ella misma en el cine, mientras que la segunda también tiene una versión cinematográfica en marcha con Margaret Qualley, hija de Andie MacDowell, al frente.
-Acabas de publicar tu segunda novela, ¿qué te inspiró a escribirla?
-La voz. Yo acababa de vender los derechos de mi primera novela, La señora March, y estaba buscando un nuevo proyecto. Estaban rondándome por la cabeza muchas ideas por la cabeza y, de repente, una noche, se me ocurrió una frase, que está tal cual en en la primera página de la novela. Habla de una mujer que está en un carruaje y se le mueven los pechos en el corsé. Solo con esa frase, entendí la personalidad del personaje y un poco por dónde iba. A partir de ahí, construí ya la historia.
-El título sugiere una mezcla de lo clásico y lo perturbador. ¿Qué tipo de reacción esperas encontrar en los lectores?
-Yo, que soy bastante pesimista, pues siempre creo que todo es horrible y que todo el mundo me va a odiar, me va a tirar a la basura y que mi carrera se va a terminar. Si puedo soñar, espero que la gente experimente algo, una sensación al leerlo que perdure. Lo que más deseo es que esta novela te persiga, de una forma positiva, evidentemente. Y a los que no les gusten, que por lo menos se acuerde de ella. Lo ideal es que sea una experiencia para todos.
-¿Qué fue lo más desafiante al escribir una historia que juega con la psicología de una manera tan profunda y, como te decía, a veces perturbadora?
-Pues esta me costó mucho en general, la verdad, porque tenía la presión de la primera novela. Había expectativas de los equipos editoriales y de los lectores. Me costó encontrar el equilibrio entre el humor y la violencia y también enfrentarme a mis miedos y a la presión. El no autocensurarme pensando en la decepción de toda la gente que ahora conozco.
-¿Te influyó algún autor o autora en la escritura de esta obra en particular?
-Sí, sí, muchos. Bueno, aparte de Bret Easton Ellis, que escribió American Psycho, una novela que a mí me impactó muchísimo cuando la leí. Entrar en el cerebro realista de un psicópata fue algo que a mí me pareció muy poderoso. Y luego todas las referencias victorianas que llevo leyendo desde muy pequeñita, como Dickens. A mí, además, me encantan los autores oscuros.
-¿Qué es lo que te atrae de explorar la psicología de personajes tan complejos y oscuros?
-A mí lo que más me gusta es el estudio del personaje. Las dos novelas que he escrito hasta ahora y, seguramente, las futuras, van a ser de alguna manera estudios de personaje, porque la psique humana es lo que más me fascina. Y luego la oscuridad, como has dicho tú, ofrece más complejidad. Me parece un reto explorar grandes cuestiones filosóficas humanas como puede ser si una personalidad nace o se hace. Tengo muchas curiosidad por las personas y como se van formando las personalidades.
-Victorian Psycho se va a adaptar al cine, ¿cómo te sientes acerca de ver tu obra transformada en una película?
-Es un lujo. Para mí es un sueño llegar a hacer una película algún día. Eso sí, voy con pies de plomo porque Hollywood es un mundo muy difícil. Hasta que no esté sentada en la sala de cine, viendo la película, no me lo creo. Ojalá algún día consiga experimentar esa sensación. Estoy luchando para para llegar a eso. Que los grandes se fijen en mí, por un lado, te intimida, porque no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, pero, por otro lado, es un lujazo.
-¿Es algo que habías considerado o que te sorprendió?
-Fue una sorpresa total, pero es algo que siempre me ha atraído mucho. No puedo evitar escribir de una manera bastante visual, no sé hacerlo de otra manera y, cuando cuando estoy escribiendo una novela, me imagino que es una película. Creo que eso ha podido fomentar que los creadores de Hollywood, los directores y productores, entiendan cómo se podrían adaptar al cine mis novelas. No era algo que yo esperaba, pero sí con lo que soñaba
-¿Estás involucrada en los procesos de adaptación de tus novelas?
-Dejó hacer, por supuesto, porque hay un equipo de gente que sabe mucho más que yo y nadie puede abarcarlo todo. Pero sí que estoy escribiendo yo los guiones e ambos casos a priori. Y digo a priori por si luego me despiden.
-¿Cómo te imaginas que el público experimentará la historia en la pantalla grande? ¿Qué sensación te gustaría que los espectadores se llevaran al salir de la sala?
-Supongo que la misma que con el libro, pero de otra manera diferente. Van a cambiar muchas, obviamente, pero eso no me da ningún miedo. Al revés. Mejor que no sea exactamente un calco del libro, porque eso sería muy aburrido y son experiencias diferentes. Pero que sientan lo mismo en el sentido de que se lleven una experiencia que recuerden y que, en el momento, les haga sentir cosas.
"A Margaret (Qualley) le diría: 'tuya ahora, hazla tuya'. Yo ahí no entro, no dirijo. Yo creo que le diría: 'Pregúntale al director", nos dice entre risas
-¿Cómo te sientes al saber que Margaret Qualley interpretará al personaje principal? ¿Es algo que te sorprendió o esperabas ver a una actriz de su calibre en este papel?
-Bueno…me hace mucha ilusión. Cuando le doy el 'bebé' al director, tengo fe en que va a conseguir hacer una película maravillosa. Y el hecho de que pudiera conseguir a Margaret, pues es prueba de ello. Estoy muy emocionada con todos los nombres. Estaría encantada de que me traigan incluso a Robert De Niro.
-Cuando escribías Victorian Psycho, ¿habías pensado en otra actriz para el papel?
-No, no había pensado en ninguna actriz específica. Creo que es mejor así. Lo que prima es el personaje más que una actriz en particular. Creo que cada actriz podría aportar cosas emocionantes y sorprendentes, cada uno con su personalidad.
-¿Has tenido la oportunidad de conocerla personalmente o solo has seguido su carrera desde lejos?
-Sí, exacto. Solo la admiro como una acosadora en la lejanía. No, todavía no la he conocido.
-Si viniera a ti en busca de consejo para interpretar a su personaje, ¿qué le dirías?
-Le diría es: 'tuya ahora, hazla tuya'. Yo ahí no entro, no dirijo. Yo creo que le diría: “Pregúntale al director” (risas). Sería un error pensar: “¡Uy! Ha dicho esta frase de una manera que no me imaginaba”. Lo mío es distinto, es escritura, y ellos tienen que interpretarlo. O sea, que yo creo que le diría que nos fuéramos de fiesta o a ver La isla de las tentaciones.
-¿Te ha sorprendido que se hayan interesado tanto por tu trabajo en la meca del cine? ¿Qué factores crees que han influido en este interés por tu obra?
-Sí, me ha sorprendido, pero, como ha pasado dos veces, supongo que algo hay. Habrá algo visual en mis obras que les permite imaginar la adaptación, porque algunas novelas que son maravillosas, ganadoras del Nobel, no son adaptables o no son fácilmente adaptables al cine. Entiendo que han visto algo visual en las mías que les facilita ese proceso. La verdad es que a mí me encanta el cine y me cuesta mucho separarlo de la literatura. Son mis grandes amores y creo que entiendo el lenguaje cinematográfico también.
-Desde que tu trabajo ha comenzado a llamar la atención en Hollywood, ha habido una fascinación por tu talento como escritora. ¿Cómo te sientes al ser vista de esa manera dentro de una industria tan prestigiosa?
-Feliz. Todo lo que me permita que siga trabajando en esto, que creo que es lo que tenía que hacer, me provoca mucha felicidad. También alivio, porque, al fin y al cabo, me fui de una manera arriesgada de mi trabajo como publicista para intentar dedicarme a lo que realmente creo que que me llena. Y no hay nada que me llene tanto.
-¿Te has arrepentido de alguna decisión que tomaste al cambiar tu carrera? ¿O sientes que cada paso, incluso los momentos de duda, te han llevado exactamente a donde querías estar?
-Hasta ahora, no. Pero nunca digas nunca jamás. Yo sigo manteniendo el email de la empresa por si acaso, pero, por suerte, hasta ahora no. La decisión me está llevando hasta donde quería estar. Yo tenía dentro un vacío, por así llamarlo, que no podía llenarse. Probé otras cosas y otros trabajos más realistas, por así decirlo, y no se llenaba.
-Con este gran momento que vives, ¿qué proyectos futuros tienes en mente? ¿Te gustaría seguir explorando el cine o te ves más enfocada en tu carrera como escritora?
-Sí, sí que me gustaría seguir explorando el cine. A lo mejor con algún proyecto original que no sea una adaptación. Pero tampoco soltar nunca la novela, que es la razón por la que estoy aquí. O sea que me encantaría seguir avanzando con ambas, si se puede. Suena un poco avaricioso, pero me encantaría.
-En tu vida personal, ¿hay algún tipo de actividad o pasatiempo que te ayude a relajarte o desconectar de la escritura y que, al mismo tiempo, te inspire a seguir creando?
-Una buena copa de vino tinto por las noches. Está mal decirlo, pero es así. Y también me encanta comer bien. Eso es lo que más me relaja.