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Su nombre es María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa, pero es conocida por su nombre artístico: Massiel. La icónica cantante que conquistó los corazones de generaciones con su inconfundible voz ha sido noticia recientemente debido a un anuncio que ha conmovido a todos sus seguidores: padece cáncer de pulmón. “Empecé a sentirme muy mal. Los médicos me hacen todo tipo de investigaciones y, efectivamente, cáncer de pulmón”, relataba en el programa De Viernes.
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Tuvo que ser operada y después inició el tratamiento de quimioterapia. “Un cáncer de pulmón al que no se llegaba por aquí y había que abrir por aquí y había que llevarse un trozo de pulmón”, contaba entre lágrimas. La artista, que se hizo famosa en los años 60, ha querido compartir su lucha, dejando claro que, como siempre, enfrentará esta nueva batalla con la misma fortaleza que la ha acompañado a lo largo de su carrera. Massiel ha sido portada de muchas revistas a lo largo de los años, y ¡HOLA! no ha sido la excepción. Repasamos sus portadas más icónicas.
Eurovisión
Massiel ganó notoriedad internacional en 1968 cuando ganó el Festival de Eurovisión con su emblemática canción La, la, la. Sobre estas líneas, la cantante posaba y concedía una entrevista horas previas a su debut en el festival, el 6 de abril de 1968. “Representar a mi patria, cantando, siempre es un orgullo. Lo de menos es el resultado final”. Tan solo tenía 21 años, y ante millones de telespectadores, se alzó con la victoria. Massiel se convierte en un símbolo de la música española.
La novia
A lo largo de las décadas, ha protagonizado algunas de las portadas más memorables de la revista, que reflejan no solo su éxito profesional, sino también su vida personal. Recordamos, por ejemplo, su portada 1969, donde posaba radiante con su vestido de novia, creación del modista Miguel Rueda. La artista se dio el ‘sí, quiero’ con el médico Luis Recatero, y las páginas de nuestra revista fueron testigos del enlace, celebrado en la iglesia de San Pedro Mártir de Alcobendas.
Massiel da la bienvenida a su hijo
Esta portada (1977) significó un nuevo capítulo de su vida: acababa de dar a luz a su primer hijo, Aitor Carlos, que vino al mundo el 1 de junio de 1977, en el Westminster Hospital de Londres. Su primogénito fue fruto de su relación con Carlos Zayas, pues su matrimonio con Luis Recatero no funcionó. Pero, ¿tuvo que huir a Londres para dar a luz a su hijo fuera del matrimonio?
“Yo necesito tener a mi hijo en Londres, no tenía otra opción. Tuve que buscar un sitio donde estuviese vigente la ley del ‘Ius solis’, el derecho de nacionalidad por nacimiento”, relataba en el programa Lazos de sangre. Esta decisión se debió a que según las leyes de la época, su hijo podría pertenecer legalmente a su primer marido. “O era hijo de Carlos Zayas de madre desconocida, a lo que no estaba dispuesta: o, si yo lo reconocía, como seguía casada por la iglesia con Recatero, él podría reclamar la paternidad”, explicaba.
La separación con Carlos Zayas
Más adelante, en 1982, Massiel contaba en las páginas de nuestra revista su separación de Carlos Zayas. La noticia fue publicada mediante un comunicado firmado por la cantante en el que explicaba que "he creído necesario hacer pública la para mí difícil decisión de poner término a mi relación sentimental con Carlos Zayas. Des pues de largos meses de dudas sobre la necesidad de dar a conocer mi nueva situación, he estimado oportuno manifestar públicamente el fin de mi convivencia con Carlos Zayas, para eliminar cualquier tipo de especulación al respecto".
En silla de ruedas...Y apunto de morir
A consecuencia de una grave caída de caballo, Massiel estuvo a punto de quedarse inválida. Por otro lado, en 2001 protagoniza una portada junto a su hijo, tras caerse por una ventana. La cantante se marchó a la casa que tiene en San Rafael (Segovia) y allí se cayó por una de las ventanas situadas a tres metros de altura. El resultado de ese accidente es una costilla rota y treinta puntos de sutura en la cabeza…
El golpe fue impresionante, como pudo verse en las fotografías de ¡HOLA! Ella misma contó que se precipitó al vacío cuando intentaba cerrar las contraventanas, y “gracias a Dios”, cayó al balcón de la primera planta, que terminó salvándole la vida. Meses después, apareció con un ojo morado tras sufrir su segundo accidente doméstico.