Miguel Ángel Garzón y Julián González se han reencontrado ante las cámaras 30 años después del final de Farmacia de guardia, una de las series más recordadas de Antena 3. Los "hermanos" han recordado algunos de los mejores momentos del rodaje como "hijos" de Concha Cuetos y el fallecido Carlos Larrañaga, que daban vida a Lourdes Cano y Adolfo Segura. "Pasábamos más tiempo con ellos que con nuestros padres, unas 32-36 horas a la semana, de lunes a jueves, de dos a diez de la noche", ha contado Miguel Ángel en Y ahora Sonsoles, el programa de Sonsoles Ónega.
Julián, por su parte, ha recordado uno de los días más surrealistas de la grabación, cuando Antonio Mercero, director de la serie, se presentó en el rodaje con un tigre de bengala de más de 300 kilos. Antes de que el animal se paseara por la farmacia más famosa de España, los actores pensaron que sería buena idea acercarse al descampado donde se encontraba sujeto por unas cadenas. "Nosotros queríamos ir a verlo y a Mercero no le hacía mucha gracia por si pasaba cualquier cosa. Entonces Carlos (Larrañaga) le dijo que no se preocupase, que él nos llevaba", ha contado el inolvidable Guille.
Lo que parecía una simple aventura se convirtió en un gran susto, sobre todo, para Julián, que en aquel momento tan solo tenía 9 años. "El tigre saltó a por mí, me dio con la zarpa, me tiró al suelo y se me puso encima. Carlos y Miguel Ángel se fueron corriendo y me dejaron allí solo", ha señalado. De hecho, Miguel Ángel ha contado entre risas que mientras corrían para ponerse a salvo escucharon gritar a Julián y Carlos le dijo: "Quieto, se lo ha comido". Aunque el "ataque" tuvo un final feliz, Julián se quedó sin habla durante un tiempo hasta que se recuperó del shock.
Anécdotas aparte, ambos han compartido que siguen teniendo relación con Concha, que actualmente tiene 81 años. "Es como una madre total. Seguimos escribiéndonos. Tanto Carlos como ella eran estupendos, daba alegría trabajar con ellos. Aprendimos mucho".
A sus 50 años, Migue Ángel sigue trabajando como actor, eso sí, de doblaje, mientras que Julián, de 44, está totalmente desvinculado del mundo de la interpretación. "Yo he estado un tiempo con la familia y he hecho de todo, recogiendo vasos, camas… Si me llamara alguien, lo cogería pero no es una cosa que me muera de ganas", ha reconocido.