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No ha podido ser. Susanna Griso e Íñigo Afán de Ribera han puesto fin a su relación sentimental. Se conocieron de forma casual mediante una amiga común y conectaron inmediatamente, pero después de más de dos años juntos en los que han apostado por la máxima discreción, la periodista catalana y el empresario sevillano decidieron hace meses tomar caminos separados. Según ha podido saber ¡HOLA!, la ruptura se produjo de manera amistosa y en buenos términos.
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Sandra García-Sanjuán, fundadora del famoso festival Starlite de Marbella, fue la Celestina de la pareja, cuyos caminos se cruzaron en mayo de 2022. La empresaria organizó por su 50 cumpleaños una impresionante fiesta en Malta a la que acudieron numerosos rostros conocidos como Paloma Cuevas, Paula Echevarría, Cayetana Guillén Cuervo, Silvia Gómez-Cuétara, Anne Igartiburu, Alejandra Alemán, hija del expresidente de México y un largo etcétera.
Primero hicieron una fiesta de disfraces con temática Piratas del Mediterráneo a bordo de un barco. Después la celebración continuó en La Fortaleza, el palacio reconvertido en estudio de arte que el compositor José María Cano tiene en La Valeta. También hubo una misa de agradecimiento en la iglesia de San Pablo y una recepción por parte del embajador de Malta en España, Daniel Azzopardi, y el ministro de Asuntos Exteriores, Ian Borg. Allí surgió la chispa entre Susanna e Íñigo, que es nieto del marqués de Diezma, está emparentado con la familia Ybarra y se dedica al sector bodeguero.
Después de su conexión en Malta, se volvieron inseparables y ese mismo verano fueron fotografiados juntos compartiendo planes. La periodista apenas ha hecho referencias públicas a su pareja, pero al recoger el Premio de Comunicación, Manuel Alonso Vicedo sí quiso compartir una divertida anécdota del inicio de su relación con Íñigo, que estaba entre los asistentes. "Lo de los nombres repetidos tiene mucho peligro. A mí me ha pasado con mi chico, que está aquí. Él tiene el mismo nombre que un tío suyo y cuando comenzamos a quedar de repente decían que yo salía con un señor casado, con tres hijos y una vida asentada. Pero, yo salía con su sobrino, que también estuvo casado y tiene hijos. Fue algo muy comentado hasta que se dieron cuenta", dijo con gran sentido del humor.
El verano pasado también quiso compartir detalles de su ámbito privado en conversación con ¡HOLA! La presentadora de Espejo público, programa que lleva casi dos décadas en emisión, nos explicó que estaba disfrutando junto a Íñigo de la etapa más dulce de la vida: "Cuando has cumplido tu proyecto vital, has tenido a tus hijos y ya los tienes crecidos, la relación de pareja es una relación sin ataduras". También nos contó no convivían, pero sí vivían cerca el uno del otro y explicó que prefería no dar detalles de la personalidad de Íñigo porque "no le gusta ser protagonista y lo pasa fatal cuando hablo de él.
Aunque breve, la relación ha sido intensa. "He encontrado a mi propio Indiana Jones", confesaba Susanna, que nunca tuvo planes de boda. Añadía entonces que con Iñigo "me apetece divertirme, recuperar el tiempo perdido, salir, viajar...". La presentadora admitía también que el empresario, además de muy diferente a ella, tenía "un interés relativo en lo que yo hago y eso me gusta".
La expareja tenía en común sus respectivas familias numerosas. Ella tiene tres hijos, Jan, Mireia y Dorcette, fruto de su matrimonio con el también periodista Carles Torra, del que se divorció a finales de 2020 después de 27 años juntos, 23 de ellos casados. Por su parte, Íñigo, de 54 años y al que sus allegados llaman cariñosamente Iggy, es padre de cinco hijos, dos de su primera mujer y tres de otra relación anterior. Ahora han tomado caminos separados, pero, según hemos podido saber, la ruptura no afectará a su buena amistad.