Si algo ha demostrado la última gala de La isla de las tentaciones es que en este reality todo puede pasar. Lo que comenzó como una simple hoguera para ver imágenes terminó en una auténtica rebelión, con una fuga masiva que puso en jaque las normas del programa y obligó a Sandra Barneda a intervenir.
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El episodio arrancó con Montoya recibiendo un privilegio: la posibilidad de ver imágenes en directo de su pareja, Anita. Lo que no esperaba era ser testigo de un acercamiento entre ella y Manuel que lo llevó al límite. Desbordado por la rabia y la desesperación, Montoya no pudo contenerse y, contra todo pronóstico, salió corriendo hacia Villa Playa en busca de respuestas. “¡Me has destrozado! ¡Te vas a arrepentir toda tu vida!”, gritaba mientras los tentadores intentaban frenarlo.
Anita, que en ese momento se encontraba con Manuel, escuchó el alboroto y, sin dudarlo, salió corriendo para enfrentarse a Montoya. Lo que vino después fue un intercambio de reproches: “¡La has cagado como nadie! ¡Falsa! ¡Te va a explotar la bomba en las manos!”, le recriminaba él. “¡Sinvergüenza! ¡Que te has lucido!”, respondía ella.
Un reencuentro prohibido y un intento de fuga en masa
En plena tensión, Sandra Barneda logró alcanzar a Montoya y lo instó a calmarse, recordándole que había cruzado todos los límites. Pero la situación estaba lejos de terminar. Anita, tras discutir con sus compañeras, tomó una decisión impulsiva y, sin que nadie pudiera evitarlo, volvió a escapar en busca de su novio. “¡Sandra, que yo me quiero ir con él ya! ¡Que me quiero ir de aquí! ¡Me quiero ir a mi casa!”, exclamaba mientras abrazaba a Montoya.
La sorpresa fue aún mayor cuando Andrea decidió imitar a Anita e intentó salir corriendo hacia Villa Montaña para ver a Joel. “Lo quiero ver. Quería intentar que me viese, para que se dé un golpe de realidad”, explicó después. Sin embargo, sus compañeras lograron frenarla antes de que llegara demasiado lejos.
Con la situación descontrolada, Sandra tomó cartas en el asunto y reunió a todos los participantes en Villa Playa. “¿Pero os habéis vuelto locos? Esto es intolerable”, les recriminó, dejando claro que las reglas deben respetarse y que habría consecuencias.
Después de la caótica noche, la mañana siguiente trajo consigo una nueva sorpresa: la hoguera de los chicos. Como novedad, se les ofreció a las chicas la posibilidad de congelar a uno de sus novios para que no pudiera ver imágenes. Sin dudarlo, eligieron a Álvaro, el recién llegado, dejando su futuro en el aire.
El primer participante en ver imágenes fue Tadeo, quien quedó en shock al descubrir que Sthefany no solo hablaba mal de él, sino que además se besaba con Anita en el jacuzzi. “¡Estoy flipando, qué asco!” exclamó.
Con el reality alcanzando su punto más alto, queda por ver qué consecuencias tendrán las acciones de Montoya y Anita, y cómo afectarán a sus relaciones. Lo único seguro es que La isla de las tentaciones continúa superándose y regalando a los espectadores momentos que quedarán para la historia del programa.