Dio vida a Lily Van der Woodsen en Gossip Girl y, como varias de las actrices que participaron en la serie, se convirtió en un icono de la moda y lo demuestra en cada aparición pública. Cuando se estrenó la serie, en 2007, Kelly Rutherford no solo conocía las mieles de la fama internacional, sino que también atravesaba un momento personal dulce. Acababa de casarse con su segundo marido, el empresario Daniel Giersch, y su primogénito, Hermés Gustaf Daniel Giersch, había nacido apenas un año antes. Sin embargo, la alegría duró poco: en diciembre de 2008, y embarazada de su hija Helena, solicitó el divorcio de Daniel. Apenas habían pasado juntos dos años. Aquella separación hizo que el posado juntos de madre e hijo en la Semana de la Moda de París se haya convertido casi en una hazaña.
Diez años sin posar juntos
La última vez que pudimos ver a Kelly junto a sus hijos (tiene una segunda hija, Helena, de 15 años) fue en el año 2015, en Los Hamptons. Entonces, Daniel era un niño que ni siquiera había cumplido los 8 años; hoy es notablemente más alto que su madre, que además llevaba tacones. Los dos se pasearon por varios de los front rows del evento parisino: Kelly, de negro para Chanel y con un traje chaqueta floral para Rahul Mishra; Hermés, con chaqueta y pantalón azules y camisa sin corbata, con el cabello peinado hacia atrás.
La presencia del joven en este evento trasciende el puro interés que ambos puedan tener por la moda. Es una manera de dar por finalizada, al menos moralmente, una ardua y dolorosa batalla legal contra su marido que supuso que la vida de Kelly diera un giro de 180 grados.
Una batalla legal de dieciséis años que pudimos ver casi en directo
Todo comenzó poco después del divorcio, que se inició, como sabemos, en diciembre de 2008. En junio de 2009 nació Helena y, en agosto, Daniel y Kelly llegaron en agosto a un acuerdo para compartir la custodia de sus dos hijos tras una disputa que había comenzado ocho meses antes. Pero en septiembre de ese mismo año, Kelly pidió una orden de alejamiento: al parecer, su ex la seguía a todas partes, así como a su madre y a la niñera de sus hijos, amenazante y con intención de asustar.
La tensión entre ambos no mejoró. Más bien al contrario: Rutherford informó al Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre cuestiones relacionadas con los negocios de su exmarido que llevó a aquel organismo a concluir que había suficientes pruebas para deportarlo. Y así ocurrió: en abril de 2012 se le revocó su visa estadounidense y tuvo que regresar a Europa. Se instaló en Francia y también en Mónaco. Dadas las circunstancias, y puesto que Giersch no podía pisar nunca más Estados Unidos, Rutherford solicitó la custodia exclusiva de sus dos pequeños.
Sin embargo, el Tribunal Superior de California dictaminó que la custodia compartida debía mantenerse, por lo que, dado que Daniel Giersch no podía regresar al país, debía ser ella quien se trasladara a vivir a Europa. Para no perjudicar a los niños, debían ser escolarizados en Francia. Kelly se opuso y solicitó una suspensión mientras apelaba, que le fue denegada. En 2014, dos años después, se reevaluaría la decisión. Pero para entonces la actriz vivía un infierno: ya se había declarado en quiebra y tenía deudas de alrededor de dos millones de dólares, consecuencia en su mayoría de su batalla legal durante el divorcio y la custodia.
Las apelaciones continuaron, y llegamos a 2015, donde se le dio a Kelly Rutherford amplios horarios para visitar a sus hijos y estar con ellos; sin embargo, la custodia se la quedó definitivamente el padre. Aquel año fue la última vez que la vimos posar con sus hijos. El mismo en el que, durante un breve periodo, a Kelly le fue concedida la custodia exclusiva temporal y los tuvo con ella dos meses, entre mayo y julio.
Una vida tranquila en Mónaco
Así pues, desde entonces Kelly se estableció en Mónaco, desde donde podía ver a sus hijos y pasar tiempo con ellos. Cuando le han preguntado al respecto, explicó que la vida que hace en el principado es realmente tranquila. "Simplemente paseo a los perros, paso tiempo con los niños y hago recados", declaró el pasado octubre a la revista Travel + Leisure. Además, confiesa que le encanta la historia de Mónaco, la de cómo un lugar tan pequeño se convirtió en uno de los núcleos del glamour, una especie de punto de encuentro entre la meca del cine y Europa gracias, precisamente, a una actriz de Hollywood: "Grace Kelly realmente creó este hermoso ambiente aquí", dijo. "Ella invitó a toda la gente de Hollywood a Mónaco desde el principio y lo hizo muy glamuroso".
También explica que, de vez en cuando, se escapa a ver alguna inauguración en una galería de arte. Y para Kelly, aunque Mónaco "sigue siendo un lugar muy tradicional, privado, hermoso, también se está convirtiendo en una especie de centro cultural". Aunque continúa vinculada a la interpretación (su último trabajo, The Tributaries, vio la luz en agosto de 2024), su conexión con el cine y la televisión se ha visto modificada debido a su cambio de residencia. Pero Rutherford parece feliz. Y más aún cuando ha podido mostrarle al mundo de nuevo que nunca ha dejado de estar ahí para sus hijos.