Este lunes, 3 de febrero de 2025, ha dado comienzo en la Audiencia Nacional el juicio contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, acusado de agresión sexual y coacciones contra la futbolista Jennifer Hermoso. La Fiscalía solicita para Rubiales una pena de dos años y medio de prisión, mientras que otros tres implicados, el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda, el exdirector deportivo de la Selección masculina Albert Luque y el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera, enfrentan cargos de coacciones, por los cuales el Ministerio Público solicita un año y medio de cárcel para cada uno.
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'Me mancharon uno de los momentos más felices de mi vida'
El caso se centra en el beso no consentido que Rubiales dio a Hermoso el 20 de agosto de 2023, durante la entrega de medallas tras la final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol en Australia. La jugadora, que ha tenido que desplazarse desde México, donde juega para el club Tigres, ha sido la primera testigo en declarar ante el magistrado José Manuel Fernández-Prieto. En su declaración, Hermoso lamentó que el beso le "robó" el momento más feliz y esperado de su carrera. "Me sentí poco respetada. Me mancharon uno de los momentos más felices de mi vida", aseguró. Además, señaló que desde el primer día supo que debía denunciar los hechos, tras hablar con su familia y su agencia. "Me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir", afirmó.
'Sentimientos encontrados'
Durante el interrogatorio de la Fiscalía, Hermoso relató cómo sucedieron los hechos. Explicó que, tras saludar a las autoridades, se encontró con Rubiales, quien la abrazó, la sujetó por la cabeza con ambas manos y la besó en la boca. "Ni escuché ni entendí nada antes del beso", declaró, enfatizando que en ningún momento hubiera accedido a ello. "No tuve ningún tipo de capacidad de reacción", agregó. Hermoso también recordó que, aunque en el vestuario se mostró sonriente, su alegría se debía exclusivamente a la celebración del título mundial. "Estábamos celebrando ser campeonas del mundo, no me entraba en la cabeza estar llorando por las esquinas", explicó. Sin embargo, reconoció que tenía "sentimientos encontrados" al estar en una situación que nunca había elegido.
Además, Hermoso ha revelado que se sintió agobiada por la insistencia de Rubén Rivera y de otras personas en el entorno de la Federación, quienes trataron de presionarla. En Ibiza, Rivera, quien estaba a cargo de la organización del viaje, fue señalado como uno de los que la presionaron de manera constante. Hermoso mencionó que Rivera trató de involucrar a su círculo cercano, como su amiga Ecu, para convencerla de tomar ciertas acciones. "Le dije que me iba a enfadar con ella", relató Hermoso sobre los intentos de persuadirla para que colaborara en minimizar la situación. En cuanto a Albert Luque, Hermoso explicó que su relación con él era buena, pero que durante el incidente en Ibiza, se sintió incómoda cuando él intentó hablar con ella a solas. Hermoso no quiso bajar a hablar con él en el hotel, sintiendo que la situación no era apropiada dado el contexto.
'Recibí amenazas de muerte'
Hermoso también denunció que, tras el incidente, se sintió desprotegida por la Federación. "Nadie se acercó a preguntarme ni qué tal estaba", afirmó. "Me sentí desprotegidísima". Además, reveló que al regresar a España sufrió una gran presión mediática y social. "Desde el primer momento que pisé España tenía cámaras siguiéndome 24 horas. Recibí amenazas de muerte y nos tuvimos que ir de Madrid porque era insostenible la situación". Por último, la futbolista expresó que intensificó su tratamiento psicológico tras lo sucedido. "Siempre he dicho que para mí la salud mental es muy importante. Gracias a que juego en México encontré una forma de protegerme a mí misma y sí, allí he tenido muchas conversaciones con mi psicóloga".
Este juicio, que ha generado una gran expectación con más de 200 periodistas acreditados, se prolongará hasta el 19 de febrero. Mientras tanto, la FIFA ha inhabilitado a Luis Rubiales por un período de tres años, y su salida de la RFEF se produjo el pasado 11 de septiembre. A lo largo del proceso, se espera la comparecencia de 27 testigos que arrojarán más luz sobre el caso.