Afra Saraçoğlu es una de las actrices más populares en Turquía y, gracias a su papel de Seyran en Una nueva vida, una de las más reconocidas y con mayor proyección internacional. Además de con su talento, la actriz se ha ganado el cariño del público por su naturalidad y su cercanía fuera de la pantalla. Aunque su nombre ha crecido a pasos agigantados, la intérprete sigue manteniendo la humildad. La protagonista de La señora Fazilet y sus hijas ha hablado como nunca sobre sus sueños, lo que significan para ella sus fans, además de desvelar algunas de sus creencias, supersticiones, e incluso algún pequeño ritual que hace y que le da seguridad, revelando un lado personal, hasta ahora desconocido.
Afra, de 26 años, se describe como una persona cercana y divertida, a la que le gusta disfrutar de la vida. A pesar de estar constantemente rodeada de luces y cámaras, la actriz se ve a sí misma como alguien muy normal, que disfruta de las cosas sencillas y de la compañía de sus seres queridos. “Me considero una persona que busca siempre la diversión. A veces la vida se pone seria, pero me gusta encontrar siempre un motivo para reír", ha reconocido en una entrevista con la revista GQ Turquía.
Precisamente, uno de los rasgos que mejor definen su personalidad es su capacidad para ser positiva y perseverante, incluso cuando las cosas no salen como espera. "Me considero como un niño al que le gusta divertirse. Caí, me levanté, pero siempre trabajé mucho, y ahora estoy más cerca de mis sueños”, ha señalado. Esta mezcla de humildad, sentido del humor y dedicación es lo que, según Afra, la ha llevado hasta donde está. "El equilibrio es clave. Me esfuerzo por ser la misma persona, tanto fuera como dentro del trabajo. No me tomo las cosas demasiado en serio", ha asegurado.
La intérprete de Öğretmen, como muchas otras personas, tiene algunas creencias que le acompañan en su día a día. Aunque pueda parecer algo personal o incluso peculiar, la joven actriz ha compartido con naturalidad una de sus supersticiones que consiste en que "no me gusta dejar mi bolso en el suelo, porque creo que trae mala suerte". Su truco para desconectar de la vorágine del trabajo consiste en ir a una ciudad en la nunca ha estado, escuchar nueva música o quedar con amigos a laos que hace tiempo que no ve.
La profesión de actor está llena de aprendizajes y desafíos. En su día a día, Afra tiene que lidiar con la presión de las críticas, pero, como ella misma cuenta, siempre prefiere analizar las emociones que dejan esas palabras. “No es fácil escapar de la voz interior que nos juzga, pero intento ser racional y centrarme en cómo me hace sentir, más que en el juicio en sí”, ha explicado. Este enfoque positivo es el que le permite seguir creciendo y mejorando, sin perder de vista su objetivo: "Lo importante es que cada vez soy más fuerte y me acerco más a lo que quiero", ha apuntado.
La protagonista de Yeşilçam tiene claro que las valoraciones públicas son parte de su trabajo, pero también que sus seguidores son un pilar fundamental en su carrera. Afra se siente muy agradecida por el apoyo constante que recibe y, en contraste con los comentarios que a veces la afectan, con sus fans se siente respaldada y comprendida. "La relación con mis seguidores es casi como la que tendría con mis amigos más cercanos", ha comentado. Esta conexión no se limita solo a las redes, sino también a la manera en que interactúa con ellos fuera de pantalla. Saraçoğlu ha aprendido a valorar este vínculo, que para ella no es solo una muestra de cariño superficial, sino una relación real que va mucho más allá de su éxito.
En muy poco tiempo, la fama de Afra ha crecido de manera arrolladora. Sin embargo, la actriz prefiere tomárselo con calma y subir peldaño a peldaño la escalera del éxito. “Cada paso que damos nos forma un poco más. Cuanto más valientes seamos, más fuertes serán los cambios”, ha explicado, recalcando que, “todo lo que he vivido hasta ahora me ha enseñado y me ha acercado a mi objetivo. Cada éxito y cada desafío me ha dado la oportunidad de crecer y mejorar”.
No es un camino fácil, pero Afra está enfocada en hacer su oficio lo mejor posible, convencida de que cada pequeño logro la acerca más a su meta. “Uno de mis mayores sueños es poder actuar algún día en Broadway o en el National Theatre. Son escenarios que me inspiran y en los que siento que podría llevar mi carrera a un nivel aún mayor”, ha asegurado.
A pesar de estar en el centro de atención, la también modelo sabe que el trabajo duro es la clave para alcanzar sus metas. Y, aunque ya ha logrado mucho en su corta carrera, no se conforma: más allá del éxito, lo que le gustaría sería dejar huella en el mundo de la interpretación. Afra quiere ser una actriz que inspire a otras personas, demostrando que todo es posible si trabajas con pasión y dedicación. Y, a pesar de haberse convertido en un espejo para muchos, ella también busca sus propias referencias: “Miro todo lo que puedo. Viajar, ver nuevos lugares, y cada inversión que hago en mi mundo visual, en realidad, nutre mi carrera”.