Buffy, cazavampiros fue una de las series más populares de finales de los 90 y principios de los 2000. La ficción seguía a una adolescente, la última de una línea de mujeres llamadas para luchar contra vampiros, demonios y otras fuerzas de la oscuridad. Bajo la piel de esta joven heroína se metía la actriz Sarah Michelle Gellar, un personaje que la lanzaba a la fama y que marcaba a toda una generación. En plena fiebre por los reboots, han sido muchos los rumores que han apuntado a una posible vuelta de este drama sobrenatural. De ser cierto, ¿estaría dispuesta su protagonista a retomar el papel que interpretó hace más de dos décadas?.
El personaje de Sarah Michelle Gellar como Buffy Anne Summers se ha quedado grabado en la memoria de los espectadores y son muchos lo que desearían verla de nuevo en acción luchando contra las fuerzas del mal. En unas recientes declaraciones recogidas por ¡HELLO!, al ser preguntada sobre cómo encararía este papel después de más de dos décadas, la protagonista de Scooby-Doo respondía con humor: "Han pasado 20 años, ¡así que necesitaría mucha cirugía plástica!", comenzaba diciendo entre risas. Después, aclaraba que "no sé si abordaría su interpretación de otra manera. Buffy es un personaje tan hermoso, eso nunca cambia".
Pese a que gran parte del éxito de su personaje se debe a la personalidad de la que la Sarah supo dotarla, la actriz, de 47 años, piensa que, en el caso de que la serie regrese, "creo que contratarán a alguien más joven". No obstante, asegura que estaría encantada de poder volver a meterse en la piel de la cazavampiros si el público la sigue viendo en el papel. "Si la gente piensa que todavía puedo salvar el mundo y patear traseros, estoy de acuerdo con eso", afirmaba.
Sobre lo que podría estar haciendo Buffy en la actualidad, la estrella de Cruel Intentions revelaba que le gusta pensar que "está llevando una vida buena, tranquila, sin tener que hacer toda la caza que hacía antes. Pero estoy feliz con cómo terminamos las cosas". Este icónico personaje marcaba en punto de inflexión en la carrera de Gellar y se siente agradecida de haber podido darle vida por todo lo que ha supuesto para ella. "Me encantó interpretarla y me siento orgullosa de lo que ella representaba, y de lo que aún representa", aseguraba la artista.
No es la primera vez que la protagonista de Wolf Pack aborda la posibilidad de un regreso de la serie que la lanzaba a la fama. Aunque en un principio se mostraba algo reticente ante la idea, en diciembre, durante una entrevista en The Drew Barrymore Show, reconocía que, aunque "siempre solía decir que no, porque está en su burbuja y es tan perfecta", al ver And Just Like That… y Dexter: Pecado original, fue consciente de que hay muchas formas de hacerlo, lo que "definitivamente te hace pensar, ‘Bueno, quizás’". Además, añadía que el regreso de Buffy, cazavampiros no tendría que limitarse necesariamente a una "precuela", sino que "podría ser cualquier cosa. Es un universo. Me hace darme cuenta de que en este mundo necesitamos esos héroes, creo, más que nunca". Con estas palabras, dejaba la puerta abierta a un posible retorno.
Sarah, quien comparte su vida con el también actor Freddie Prinze Jr., a quien conocía en el rodaje de Sé lo que hicisteis el último verano y con el que volvería a trabajar en Scooby-Doo, está considerada como una de las intérpretes más versátiles y exitosas de Hollywood. Actualmente, triunfa protagonizando la serie precuela de Dexter, Dexter: pecado original, en la que interpreta a Tanya Martin, la mentora del personaje principal. "Me encanta. Estoy acostumbrada a interpretar a mujeres formidables y Tanya es una de las más formidables que existen", señalaba sobre su papel, enfatizando en que "tiene que serlo porque estamos en los años 1990 y ella dirige el departamento de ciencias forenses del Departamento de Policía Metropolitana de Miami como prácticamente la única mujer".
A pesar de estar centrada en nuevos proyectos, Gellar sigue vinculada a Buffy y deja abierta la posibilidad de un regreso, dejando claro que, aunque no sea algo inminente, nunca se sabe qué puede pasar en el futuro.