En el universo televisivo, donde las modas se desvanecen con la rapidez de un zapping, Pablo Motos se alza como un faro constante de éxito y conexión con la audiencia, convirtiéndose en el arquitecto del entretenimiento de nuestros días. El artífice de El hormiguero ha transformado las noches españolas en una cita imprescindible, uniendo humor, emoción y grandes invitados en un cóctel único. Como creador y rostro de este programa, ha liderado audiencias durante más de una década, combinando profundidad y espectacularidad, ligereza y trasfondo, en un formato único que ha traspasado fronteras. Además, triunfa como productor —con 7 y Acción— con otros formatos de éxito, como El desafío.
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Líder indiscutible con su ingenio y dedicación, no solo ha marcado hitos, sino que ha redefinido el entretenimiento y el arte de la comunicación, uniendo a espectadores de todas las edades. Su capacidad para conectar emocionalmente con el público y el poder de algo tan simple y complicado como la conversación, unido a su ímpetu de innovador incansable y su capacidad para ser el narrador de historias memorables, le han convertido en una de las figuras más influyentes de los medios y merecedor de la distinción de estrella en entretenimiento de ¡HOLA!, justo en el año en el que celebra dos décadas de su salto de la radio a la pequeña pantalla.
—¿Cuál es tu fórmula para mantenerte como líder en el panorama televisivo, cada día más complicado?
—Supongo que es una mezcla de trabajo, obsesión y suerte. Que tu forma de ser conecte con el público es suerte. Al principio, intentaba hacer las cosas como otros presentadores a los que admiraba, hasta que me di cuenta de que nadie me podía ganar a ser yo mismo.
—¿Qué momento recuerdas como un punto de inflexión en tu carrera televisiva?
—Sin duda, la COVID. Lo más importante que he hecho en mi vida es hacer compañía a la gente cuando todo el mundo estaba muerto de miedo en sus casas. Nosotros continuamos haciendo el programa en el plató para que la gente sintiese que no era el fin del mundo y que íbamos a salir. Me sentí muy útil.
—¿Cómo funcionan 'las tripas y el corazón' de El hormiguero? ¿Cómo decides qué temas o invitados resonarán mejor con tu público?
—Estas preguntas tienen dos respuestas. Por una parte, hemos creado un equipo lleno de personas increíbles que se dejan la vida en el programa y que son números uno en lo suyo. Por otra parte, y en cuanto al criterio, nos dejamos llevar por mi intuición. Yo vivo para El hormiguero, siempre estoy pensando en qué es lo siguiente. Diecinueve años son muchos años.
—¿Cómo es Pablo Motos, la persona detrás del 'personaje' que entra cada noche en tantos hogares?
—Pues soy tal cual me ves en la tele, aunque sin cámaras soy mucho más directo.
—¿Hubo algún momento en el que te sintieras tentado de tirar la toalla?
—Sí, en la temporada ocho sentí que quería dejarlo… Algunas personas de mi equipo me llevaban todas las semanas al lago de San Juan a hacer wake y eso me renovó y me enseñó que me reseteo estupendamente cuando estoy en contacto con la naturaleza, haciendo algo un poco peligroso.
—¿Qué entrevista o momento en el programa ha dejado una huella imborrable en ti?
—Es muy difícil quedarme con una: la primera a Will Smith, a Harrison Ford o a Tom Cruise, pero sería injusto, porque, hace nada, Dani Martín me dio una entrevista que me dejó loco y, al lunes siguiente, vino Robbie Williams y me remató. Para mí, el mayor regalo de El hormiguero es conocer a gente tan interesante, auténtica y valiente.
—¿Cómo has evolucionado en tu forma de dirigir y producir televisión desde tus inicios?
—Al principio, estaba muy obsesionado con el resultado, pero con el tiempo me he dado cuenta de que son más importantes las personas valiosas de mi equipo. En mi caso, me funciona dirigir con el corazón.
—¿Cómo manejas la responsabilidad de ser un referente en entretenimiento y comunicación? ¿Te ha llegado a afectar a tu salud mental?
—Me esfuerzo mucho y, a veces, sufro mucho, pero, básicamente, soy una persona feliz que se 'curra' cada día la salud en todos los sentidos. Medito, hago deporte, llevo una dieta sana… Prácticamente no bebo alcohol e intento dormir todo lo que puedo.
—¿Qué metas personales y profesionales tienes pendientes?
—En lo personal, me encantaría aprender inglés y algo de inteligencia artificial; en cuanto a lo profesional, el éxito del programa y lo que he vivido está por encima de lo que soñé.
—Si tuvieras que definir tu carrera en un lema de vida o una frase que te identifique, ¿cuál sería?
—Ojalá seamos lo suficientemente inteligentes como para ser felices.