Además de ser una de las corresponsales más prestigiosas de nuestro país, Almudena Ariza es una persona muy familiar y así lo demostró en La Revuelta. La periodista de Televisión Española, de 61 años, acudió al programa de David Broncano muy bien acompañada. En el patio de butacas se encontraban sus hermanos y su hija Paula, fruto de su primer matrimonio con el también periodista Juan Antonio Carbajo.
La joven, de 29 años, nació en Madrid, pero vive en Barcelona. Estudió Administración de Empresas y actualmente trabaja como diseñadora y profesora de yoga. Hace unas semanas, Paula fue la encargada de recoger el Premio Iris en nombre de su madre y sus palabras fueron de lo más emotivas. "Me preguntan mucho sobre cómo es tener una madre como ella. No tenemos una relación común de madre e hija por la distancia, por estar rodeada siempre de peligro constante, pero aún así, entre todas las catástrofes, siempre que la he llamado me ha cogido el teléfono. Hablamos por lo menos una vez al día, y realmente, respondiendo a la pregunta sobre cómo es tener una madre así, pues es un regalo", dijo muy nerviosa.
Tras divorciarse de Juan Antonio Carbajo en 2007, Almudena encontró de nuevo el amor en Luis Valdés, a quien conoció bailando salsa en Barcelona y con quien se casó en 2016 en Nueva York, según contó la propia periodista en el programa Madrileños por el mundo mientras recorría algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Ariza desveló entonces que tenía "dos hijos maravillosos", Adrián y Paula, con Juan Antonio Carbajo, a quien envió un beso demostrando así la excelente relación que mantienen.
Adrián, su primogénito, tiene 33 años, estudió Derecho y Políticas y desde hace más de dos años trabaja como responsable de políticas de la Comisión Europea. En su perfil de Linkedin, el joven se define como "un profesional de relaciones internacionales con más de siete años de experiencia en lucha contra el terrorismo, justicia penal, migración y gestión de fronteras".
Almudena aceptó la corresponsalía de Oriente Próximo a principios de 2024 tras ser corresponsal en Pekín, Nueva York y París y haber cubierto conflictos como las guerras en Ucrania, Afganistán e Irak. Desde entonces vive en Jerusalén y, aunque le apasiona su trabajo, echa mucho de menos a su familia. Por eso, cuando vuelve a casa después de informar sobre realidades tan duras, lo que necesita es "un abrazo" porque viene "con el corazón muy apretado".
Su paso por La Revuelta finalizó con un mensaje para su madre, de 92 años, que emocionó al público. "Mamá, te quiero. Gracias por todo lo que me has dado en la vida. Por tu comprensión, por apoyarme, a pesar de la preocupación que tienes, siempre estás ahí apoyando a tu niña".