De un tiempo a esta, Marc Cucurella se ha convertido en uno de los mejores laterales izquierdos del fútbol mundial. Con su característica melena rizada como seña de identidad, su talento con el balón lo disfrutan en la Premier League del Reino Unido pero, también, cuando juega con España donde es uno de los ejes fundamentales que explican los éxitos recientes del combinado nacional. Pero, más allá del deporte, el defensa catalán de 26 años es, sobre todo, un padrazo.
El campeón de la última Eurocopa con nuestra Selección ha formado una bonita familia numerosa con su pareja Claudia Rodríguez, donde sus hijos les reportan, sin duda, su mayor alegría y felicidad. "Ellos son quienes viven el día a día conmigo y los que me apoyan en los buenos y en los malos momentos", nos contaba el jugador del Chelsea FC el pasado verano, en un fantástico reportaje desde su espectacular casa londinense para ¡HOLA!, tras ganar el título continental con 'La Roja'.
Sus tres soles son Mateo (nacido en 2019), que tiene cinco años y en octubre cumplirá los seis; Río, quien vino al mundo en 2021; y por último está la benjamina de la casa, Bella, que en menos de un mes soplará las dos velas. Tal y como ha contado el propio futbolista en una entrevista con la web La Media Inglesa, a su primogénito le diagnosticaron autismo y eso obliga a que tanto su crianza como su educación sea diferente a la de sus hermanos menores.
"Nadie te enseña a ser padre, pero al final vas viendo"
Antes de recalar en el club de 'Los Blues', quien pagó por él un excepcional traspaso de 65 millones de euros para ficharle, el que fuera canterano del Barça militó en el Brighton. Mientras vivían en esta ciudad de la costa sur de Gran Bretaña, cuenta que Mateo "todavía era pequeño" y "el médico no nos decía lo que tenía", por lo que en esa época tanto él como Claudia aún desconocían cómo actuar. Después, tras su mudanza a la capital británica, supieron cuál era la situación.
"Nadie te enseña a ser padre, pero al final vas viendo", reflexiona sobre los temores que les invadieron en un principio, pero que con el paso del tiempo se han ido disipando. "Un hijo autista no entiende las cosas como los demás, así que hay que aprender a entenderlo", señala con rotundidad. "En el colegio, digamos, normal, no le iba bien porque se ofuscaba y no era feliz", recuerda sobre aquella primera etapa de su niño en la escuela.
En este sentido, explica Cucurella que Mateo no terminaba de adaptarse ya que "hacía dos o tres horas y no le gustaba". Por ello, "se quedaba llorando todo el rato y teníamos que irle a buscar", se lamenta. Era un panorama complicado en la que "no ves bien a tu hijo y no sabíamos cómo ayudarle", lo que provocaba entonces que eso les afectara bastante en su vida familiar.
Afortunadamente, aquello quedó atrás ya que encontraron otro centro educativo en Londres y "hemos mejorado mucho", se felicita Marc. Un lugar donde "hacemos charlas" y, en definitiva, le enseñan pormenorizadamente lo que es la atención temprana en este tipo de casos. A partir de aquí, tras el crecimiento a nivel comunicativo que está experimentando su hijo, "mi mujer y yo le entendemos fácil. Él se hace entender, pero necesitas conocerlo un poco", afirma.
"Cuando consigues algo, un simple avance, da mucha más satisfacción"
"La parte negativa es que todo cuesta más y es más difícil, pero también tiene su parte buena y es que, cuando consigues algo, un simple avance, da mucha más satisfacción", reflexiona por último el crack nacido en Alella (Barcelona) sobre lo que se conoce científicamente con las siglas TEA, Trastorno del Espectro Autista. Unas palabras que, en definitiva, demuestran el profundo amor y cariño que tiene por los suyos, exactamente igual que lo suele hacer Claudia Rodríguez en su perfil público de redes sociales.
La bellísima influencer natural de Cataluña, quien tiene estudios en diseño de moda y se formó en ballet, acompaña a 'Cucu' -como le conocen afectuosamente sus allegados- allá por donde vaya desde que comenzó su relación en 2018. Siempre con sus tres 'peques' de la mano o en brazos, la también modelo disfruta como nadie de los triunfos del que es su compañero de vida, una persona con gran carisma que, además, siempre ha sido y es muy querida por todos sus compañeros de equipo.