Descubre a Sara García Alonso: la única astronauta española de la Agencia Espacial Europea

Esta semana, La Revuelta arrancó con una invitada estelar: Sara García Alonso, la primera mujer española seleccionada como astronauta de reserva por la Agencia Espacial Europea (ESA). La leonesa de 35 años, científica de vocación y exploradora por naturaleza, visitó el programa de David Broncano para compartir su trayectoria, hablar sobre su preparación en el centro espacial de la ESA y presentar su primer libro, Órbitas. Apuntes de una vida en continua exploración.

© larevuelta_tve

Un viaje hacia las estrellas

Nacida en León en 1989, Sara García siempre soñó con encontrar soluciones para mejorar la vida de las personas, lo que la llevó a estudiar Biotecnología en su ciudad natal. Su interés por la investigación biomédica la impulsó a especializarse en Biología Molecular del Cáncer, doctorándose cum laude en 2018 por la Universidad de Salamanca, donde recibió el premio extraordinario. Desde entonces, lidera investigaciones sobre tratamientos oncológicos en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), especialmente en el ámbito del cáncer de pulmón y páncreas.

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Aunque su carrera parecía centrarse en la biomedicina, en 2021 se encontró con una convocatoria inesperada: la ESA abría un proceso de selección de nuevos astronautas tras más de una década. Decidió presentarse. Un año y seis exigentes fases de selección después, Sara recibió el correo que cambió su vida. De entre más de 22.000 solicitudes, ella fue elegida como astronauta de reserva, convirtiéndose en la primera mujer española en lograrlo.

© astro_sarag

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Desde octubre de 2024, Sara se entrena en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia, Alemania, donde realiza pruebas de supervivencia en condiciones extremas, entrenamiento médico y prácticas diseñadas para adaptarse a la vida en el espacio. Durante una de estas pruebas, logró encender fuego a temperaturas de -15 °C en Val d’Aran, una experiencia que compartió con Broncano en La Revuelta mientras mostraba algunos de sus curiosos regalos: una molécula de ADN tejida a mano, polvo lunar simulado y un ferrocerio.

Divulgadora, escritora y una inspiración para millones de niñas 

Además de su carrera científica y espacial, Sara García dedica tiempo a la divulgación científica, con la misión de inspirar a las niñas y jóvenes a apostar por las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Reconocida como una de las 35 mujeres líderes en tecnología y entre las 100 personas más influyentes de España según Forbes, Sara aboga por romper barreras de género en campos tradicionalmente dominados por hombres.

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"Ser la primera mujer en algo es un orgullo, pero también una gran responsabilidad", ha afirmado la leonesa. "Sueño con que llegue un día en el que no haya más 'primeras mujeres', porque habremos alcanzado la igualdad real".

Recientemente, Sara cumplió otro sueño de infancia: escribir un libro. En Órbitas, la astronauta comparte experiencias personales, reflexiona sobre el valor de la curiosidad y explora cómo ha superado desafíos como la ansiedad social, el bullying en su adolescencia y la timidez, que definió como una "terapia de choque" tras convertirse en figura pública.

Una exploradora sin límites

Deportista certificada en buceo, paracaidismo y Krav magá, Sara define su vida como una constante búsqueda de conocimientos. Aunque ha enfrentado obstáculos personales, como inseguridades y límites autoimpuestos, ha aprendido a transformarlos en fortalezas.

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"Siempre me ha definido la curiosidad. Desde niña, he explorado todo lo que me ha apasionado. Eso me ha permitido llegar hasta aquí, pero también aprender que lo más importante es priorizar lo que te hace feliz", señalaba recientemente en una entrevista para el diario 20 minutos. 

A pesar de su apretada agenda, no descarta seguir ampliando sus horizontes: estudiar Medicina, aprender Astronomía en profundidad o incluso escribir novelas y libros infantiles. Mientras tanto, se prepara para un futuro donde su conocimiento en biomedicina podría marcar una diferencia, incluso en el espacio, investigando el comportamiento del cáncer en microgravedad.