Siempre directo y sin rodeos, Frank Cuesta no iba a ser menos en esta ocasión. Conocido por su labor como naturalista, herpetólogo y defensor de los animales, el activista enfrenta una nueva etapa en su larga lucha contra el cáncer. Hace unos días, anunció que debía retomar un tratamiento contra esta enfermedad, con la que lleva batallando más de 20 años, y adelantó que, tarde o temprano, los efectos físicos del tratamiento serían visibles, algo que, efectivamente, ya ha comenzado a suceder.
Su cambio físico tras el tratamiento
Con su inconfundible sentido del humor, Frank Cuesta, de 53 años, ha compartido con sus seguidores un vídeo desde su santuario en Tailandia en el que muestra su notable cambio físico mientras presenta a los nuevos animales que han llegado a su refugio. Ataviado con una gorra blanca al revés, camiseta negra y pantalón corto beige, el activista bromea sobre su pérdida de cabello al presentar a un pato con una abundante melena de plumas que parece una peluca: "Ahora mismo este pato tiene más pelo que yo. Vaya tela", comenta el leonés con su habitual desparpajo.
En el vídeo titulado "Muchas cositas", Frank combina humor y sinceridad. Reconoce que los cambios físicos son inevitables, pero tranquiliza a sus seguidores con un mensaje claro: "Aunque veáis que bajo de peso o que se me cae el pelo, es normal. No es que me esté muriendo; a veces hay que pasar por momentos difíciles para estar mejor". A pesar del tratamiento, Cuesta no ha dejado de trabajar en su santuario, que se ha convertido en su mejor medicina, su refugio y su motivo de lucha.
Un incidente con ranas venenosas
Pero no todo ha sido fácil para Frank en los últimos meses. Además del cáncer, ha enfrentado otros incidentes, como un grave envenenamiento mientras trabajaba en el santuario. Según relató en un vídeo titulado "El domingo casi muero en el hospital", una rana venenosa lo expuso a un envenenamiento masivo que le afectó los riñones, el hígado y el bazo, llevándolo al hospital de urgencia. A pesar del susto, Frank continúa trabajando incansablemente para mantener y mejorar el Santuario Libertad, el proyecto de su vida.
Fin del conflicto con su exmujer, Yuyee
Tocado, pero no hundido, no todo han sido malas noticias para Frank, quien recientemente lograba resolver un conflicto de años con su exmujer, Yuyee, a quien llevaba años intentando comprar su parte del santuario y quien finalmente accedió a venderle su parte del Santuario Libertad por 165.000 euros. Este espacio, que ambos crearon para proteger animales en su hábitat natural, es ahora propiedad exclusiva de Cuesta y su familia. Este logro no solo le garantiza su hogar y trabajo, sino que también le permite planificar la ampliación del santuario, casi duplicando su tamaño.
Un videojuego para recaudar fondos
Para financiar esta ambiciosa expansión, Frank confirmó el desarrollo de un videojuego inspirado en el santuario. Este proyecto permitirá a los jugadores crear y cuidar su propio refugio para animales, mientras generan fondos a través de anuncios y patrocinadores. "Eso va a molar", afirmó Cuesta, entusiasmado con la posibilidad de usar este formato para dar a conocer su labor y recaudar los recursos necesarios.