Jan Koum, el visionario cofundador de WhatsApp, es un claro ejemplo de cómo transformar la adversidad en oportunidad, convirtiendo las carencias en virtudes. Nacido en 1976 en Kiev, Ucrania, en el seno de una familia judía de escasos recursos, Koum creció bajo un régimen comunista que influyó profundamente en su visión del mundo. Desde su infancia en un modesto pueblo a las afueras de Kiev hasta su meteórico ascenso como multimillonario en el mundo tecnológico, su historia es una fuente de inspiración para emprendedores y soñadores de todo el mundo.
Una infancia difícil
En 1992, Koum y su madre emigraron a los Estados Unidos en busca de un futuro mejor, pero la transición no fue fácil. Se establecieron en un pequeño apartamento en Mountain View, California, donde dependían de cupones para poder comer y ayudas gubernamentales. Jan trabajaba como limpiador en un supermercado local para ayudar a su madre, quien enfrentaba serios problemas de salud. Estas dificultades marcaron su vida, enseñándole la importancia del trabajo duro y la perseverancia
Aprendió programación de manera autodidacta
Fascinado por todo lo que tenía que ver con la tecnología, Koum dedicaba el poco tiempo libre que tenía a estudiar. Aprendió programación de manera autodidacta leyendo manuales que compraba en tiendas de libros usados y luego devolvía para ahorrar dinero. Su talento lo llevó a unirse al grupo de hackers w00w00, donde perfeccionó sus habilidades y se relacionó con figuras clave del mundo tecnológico como Sean Fanning, cofundador de Napster.
Más tarde, trabajó en Ernst & Young como evaluador de seguridad y fue allí donde conoció a Brian Acton, quien se convertiría en su socio en futuras aventuras empresariales. En 1997, ambos comenzaron a trabajar en Yahoo, pero tras casi una década, decidieron renunciar en 2007 para buscar nuevas oportunidades.
El nacimiento de WhatsApp
En 2009, inspirado por las posibilidades que ofrecía la tienda de aplicaciones de iPhone, Koum concibió la idea de una aplicación de mensajería. Fundó WhatsApp el 24 de febrero de ese año, el día de su cumpleaños. Sin embargo, los inicios fueron difíciles: la aplicación tenía fallos y una base de usuarios limitada. A punto de rendirse, Koum recibió el apoyo de Acton, quien lo alentó a continuar y a mejorar la app que acabó convertida en una herramienta de mensajería instantánea que atrajo a millones de usuarios.
Desde 2011, WhatsApp experimentó un crecimiento explosivo. En 2014, la aplicación fue adquirida por Facebook por 18.000 millones de euros, consolidándose como una de las mayores transacciones tecnológicas de la historia. Curiosamente, años antes, tanto Koum como Acton habían sido rechazados en entrevistas de trabajo en Facebook.
Aunque Koum permaneció en Facebook como miembro de la junta directiva, finalmente renunció en 2018 debido a desacuerdos relacionados con la privacidad de los usuarios, un principio fundamental en la filosofía de WhatsApp.
Proyectos filantrópicos
Tras dejar Facebook, Koum se dedicó a proyectos filantrópicos. Ha donado cientos de millones de euros a diversas causas, incluidas la Silicon Valley Community Foundation y la FreeBSD Foundation. También estableció la Fundación de la Familia Koum para apoyar el desarrollo tecnológico y comunidades vulnerables.
Una exclusiva mansión y un superyate
Su éxito empresarial lo ha llevado a amasar una fortuna estimada en 16 mil millones de euros. De vivir en un modesto apartamento, ha pasado a ser dueño del lujoso Château de la Garoupe, una mansión de 1.300 metros cuadrados en Antibes, Francia, valorada en 67 millones de euros. Además, Koum disfruta de su superyate Moonrise, una imponente embarcación de 100 metros de largo, cuyo valor asciende a 220 millones de euros.
Paradojas del destino, Jan Koum firmó el acuerdo para vender WhatsApp en el mismo edificio al que, en su juventud, solía ir a recoger alimentos. Sin embargo, lo que nunca ha olvidado el multimillonario son sus principios y sus humildes orígenes.