Ale Capetillo tiene una magia muy especial. Prueba de ello es que casi un millón de personas, a través de sus redes sociales, son testigos de su día a día en Madrid, ciudad a la que se mudó en 2021. Parece que en la capital española se siente en su salsa y es aquí donde, también, conoció al que va a ser su esposo, Nader Shouery. A tenor de la química que derrochan en sus redes y en sus apariciones públicas, todo marcha viento en popa entre ellos y comienza la marcha atrás para que se juren amor eterno ante el juez. Buena prueba de ello es que Ale Capetillo acaba de subir unas imágenes en las que se la ve vestida de novia por el atelier de la diseñadora Lorena Formoso, la persona en la que Ale ha confiado para que la vista en su gran día. “Cuando tu amiga te hace tu vestido de novia las pruebas se ven así”, compartió en sus historias.
En un tiempo récord, Ale ha reescrito su historia lejos de su querida familia. Sin embargo, España no era un país ajeno para ella. Su abuela paterna, María del Carmen Vázquez Alcaide, nació en Sevilla, y hasta Sevilla viajó Ale, el pasado octubre, para buscar… su mantilla de novia en un claro homenaje a los orígenes de su Yeya, como la llama. En las siguientes líneas, ahondaremos más en estos lazos sentimentales que la unen con nuestro país, y también en su historia de amor como colofón a otras grandes historias de amor familiares.
EL DÍA QUE CRUZARON MIRADAS
Con el desparpajo que le caracteriza, Ale Capetillo compartió con sus seguidores cómo conoció a Nader: “Lo conocí en un bar, después él pensó que yo era de Marruecos y le dije: ‘No, hermano, soy latina, soy mexicana’. Luego nos vimos en la casa de un amigo que tenemos en común y después, por coincidencia, nos vimos en otro lugar. El chiste es que nos vimos muchas veces y el chico me pidió mi número”. De esa suma de coincidencias surgió una historia de amor que culminó con su compromiso, en julio de 2024. Desde ese momento, comenzaron a mirar hacia el horizonte hasta hallar la fecha de su boda, que se celebrará en mayo de este 2025.
Nader, que es doce años mayor que Ale Capetillo, hizo las cosas con mucho tacto para que sus futuros suegros le dieran el visto bueno. De hecho, ya tiene ganado a su suegro, el famoso actor mexicano Eduardo Capetillo, quien reveló recientemente que Nader, antes de pedir la mano de Alejandra, les solicitó una bendición: “Esos detalles son de un ser humano muy bueno”. Además, el famoso actor mexicano, padre de Ale, negó ante los medios tener ninguna suspicacia por la diferencia de edad entre ambos: “¡Cómo crees! Nader es un amor de muchacho. Ellos tienen que vivir sus procesos y yo realmente los amo. Tengo que dejar que vivan sus procesos. No puedo ser un papá metiche, porque entonces estoy interfiriendo en algo que no me corresponde”, reveló.
Con Eduardo Capetillo de su lado, ya tenían mucho conseguido. Ale Capetillo tiene una relación muy cercana con su madre, la actriz Biby Gaytán, toda una inspiración para ella en cuanto a estilo, y con sus hermanos: Eduardo, Ana Paula y los mellizos Daniel y Manuel, cuando Biby tenía cuarenta y tres años y su hijo mayor, veinte. Fue una gran sorpresa familiar, una alegría mayúscula que puso en evidencia que Eduardo Capetillo y Biby seguían siendo uno de los matrimonios más sólidos del panorama artístico mexicano. Con sus más y sus menos (¿pero qué matrimonio no?), ellos han logrado permanecer juntos por tres décadas; un espejo en el que, seguro, se quieren reflejar Ale y Nader.
EDUARDO Y BIBY, HISTORIA DE UN AMOR
Se conocieron mientras formaban parte de una de las bandas juveniles más famosas de México en los años ochenta y noventa. Cuando Biby entró en 1989, surgió la química. Según revelaron recientemente a ¡HOLA! México, en cuanto Eduardo la vio pensó: “¡Qué mujer tan guapa, qué mujer tan hermosa! Y eso que nada más la había visto físicamente, porque nunca me imaginé que fuera más hermosa por dentro que por fuera”. Biby fue más comedida al recordar la primera impresión que le causó Eduardo: “La primera vez… lo vi como el artista”. Pero de admirar al artista a admirar al hombre quedaba un paso. Coincidieron en la grabación de una novela, Baila conmigo, y ahí ya confirmaron que había surgido el amor entre ellos. Como ambos eran ya muy famosos y queridos en el medio artístico, la historia de su noviazgo se siguió con un gran interés. Corría el año 1992, y ambos deseaban pasar por el altar. Según contó años después Eduardo, muchas personas cercanas trataron de disuadirle porque eran muy jóvenes (ella tenía veinte años y él, veintidós), pero hicieron oídos sordos y decidieron seguir adelante.
… Y llegó la boda, el 25 de junio de 1994, en el Palacio del Marqués, en el estado de Morelos. Esta fue una de las primeras bodas televisadas, en México, y causó verdadero furor. De hecho, se convirtió en uno de los programas más vistos en los noventa. Fue seguida por millones de espectadores en toda América Latina y recibió los apelativos de “boda mexicana” y “boda del año”.
En ese 1994, nació su primer hijo, Eduardo, y después le siguieron Ana Paula (1997), Alejandra (1999) y los gemelos, en 2014. Por lo tanto, Eduardo Capetillo y Biby Gaytán han creado una familia numerosa, han seguido trabajando en sus respectivas carreras –en 2019, Biby Gaytán regresó a los escenarios con una valiente puesta en escena de Chicago–; y han capeado con elegancia todos los rumores que hablaba de la enésima crisis de pareja. Los demás hablaban y ellos vivían su amor lo más lejos de los reflectores posible.
MANUEL CAPETILLO, EL MONARCA
Si los padres de Biby Gaytán tuvieron unas carreras profesionales exitosas, pero discretas –Daniel, su padre, era arquitecto; y su madre, Silvia, maestra de ballet clásico–, el padre de Eduardo Capetillo, Manuel Capetillo Villaseñor, tuvo mucha fama no solo como torero –se ganó el apodo de El Mejor Muletero del Mundo–, sino también como actor de cine y televisión, y cantante de rancheras. Siempre parecía estar dejando los toros y nunca los dejó del todo, aunque a lo largo de su carrera sufrió doce cornadas. Una de ellas, en la Plaza de Toros Monumental de México, ocurrida en marzo de 1959, estuvo a punto de costarle la vida, pero se repuso y siguió adelante en los ruedos de México y España.
En cuanto a su corazón, Manuel Capetillo se casó con la modelo Sara de Flórez, hija la la actriz Marilú Elízaga. Con Sara, Manuel tuvo dos hijos que han seguido la senda de su padre en el mundo de la tauromaquia, Manuel y Guillermo. La pareja se divorció en 1966. Tras este divorcio, Manuel Capetillo sorprendió a todos al casarse con la viuda del también torero Carlos Arruza, quien había muerto en mayo de ese año tras sufrir un terrible accidente automovilístico. Carlos Arruza y la sevillana María del Carmen Vázquez se casaron en junio de 1950 ante el Jesús del Gran Poder, y tuvieron cinco hijos. La muerte de Arruza, conocido como El Ciclón, unió a su viuda con su compadre, y fruto de ese amor nació Eduardo Capetillo.
Como curiosidad y enredo familiar, que también confirma los sólidos lazos entre México y España en esta familia cabe recordar que Encarna Vázquez, la hermana de María del Carmen, se casó con el torero mexicano Antonio Toscano de la Torre, por lo que este doble lazo de amores entre los dos lados del océano podría ser un buen ejemplo para Alejandra quien, el próximo mayo, contrae matrimonio con el amor de su vida, al cual conoció en Madrid, pero de ascendencia libanesa, mientras ella es mexicana de abuela sevillana.