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Son incontables las celebridades que han aparecido en las páginas de ¡HOLA! en los últimos 80 años, pero, eso sí, ninguna ha sido capaz de levantar una pierna como Melanie Hamrick en esta entrevista, en la que, entre otras fabulosas fotografías, posa con una suerte de tutú y tacones de vértigo. Lo hace tras haber formado parte del elenco del American Ballet Theatre y haber abandonado la danza para dedicarse, ahora y de lleno, a la escritura. Acaba de publicar su segundo libro, The Unraveling, y queda claro que esta efervescente escritora de 37 años, de Williamsburg (Virginia), desborda talento, aunque su nombre se hiciera mundialmente conocido por otras cuestiones.
© David VenniOcurrió de la noche a la mañana, cuando su romance con Sir Mick Jagger, líder de The Rolling Stones, se hizo público, hace diez años, ocupando los titulares de medio mundo. Su nombre regresa hoy a la primera plana de la prensa internacional y es sinónimo de éxito. Todavía se pellizca cuando habla de su segundo asalto al mundo de las letras, donde se ha consagrado como autora de best sellers. "Es muy raro decir que ahora soy una escritora 'consagrada', porque no me siento así", nos confiesa tímida. "Siempre soñé con ser escritora, pero ha sido algo surrealista. Espero que cuando vea mis dos libros en las estanterías de una librería, me lo pueda creer un poco más".
"Mi casa está allí donde está mi familia", nos cuenta la exbailarina, quien, durante más de una década, ha mantenido su relación con Mick Jagger en un discreto segundo plano: "Para mí está blindada"
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Mientras posa para ¡HOLA! en esta sesión de fotos en exclusiva, en su estudio al noroeste de Londres, Melanie nos cuenta lo satisfecha que está de haber cambiado los calentadores y las zapatillas por el papel y la pluma, ya que le ha dado la posibilidad de pasar más tiempo con Deveraux, su hijo de siete años. "Me siento muy afortunada de haber elegido esta segunda profesión que me gusta tanto y me permite poder estar presente como madre en la vida de mi hijo", frente a la complejidad y dureza, dice, del mundo de la danza.
"Soy muy autocrítica", nos confiesa. Pero, a pesar de sus reticencias, permite que, antes que nadie, su pareja lea sus textos: "Actúa conmigo como una caja de resonancia. Es una suerte"
A pesar de sus muchos logros, Melanie reconoce ser muy exigente consigo misma, una actitud que, según ella, proviene de haber crecido "compitiendo" entre barras fijas y maillots, y ni siquiera el apoyo incondicional de Jagger ha aminorado la presión. El roquero, de 81 años, leyó antes de que se publicaran tanto The Unraveling como su "opera prima", de 2023, First Position, y no solo le dio ánimos para seguir esa senda, sino que le regaló algún que otro consejo. "Soy muy autocrítica", relata.
© Getty Images"Siempre que alguien lee algo mío, doy por sentado que va a tener un montón de correcciones, como me ocurría en el estudio de ballet”. "Pero a Mick —prosigue— le encanta leer mis textos. Y actúa conmigo como una caja de resonancia sumamente agradable y creativa. Es una suerte". Solo hubo una excepción en este proceso de escritura "compartido": "Mick tuvo que esperar a que pusiera el punto final para leer el desenlace de la novela. Y le pedí que no me dijera nada malo porque ya no podía cambiar nada".
La segunda novela
Su nuevo relato cuenta la historia de Jocelyn, una bailarina desconsolada por la muerte de su madre, una mujer fría y distante. Sintiéndose perdida, decide encontrar un puesto en una compañía de prestigio, pero necesita conseguir un patrocinador. Es entonces cuando entra en escena un carismático multimillonario, quien la guía a través de un atractivo mundo repleto de lujos. Una novela donde, como ya ocurriera en First Position, Melanie retrata el lado más oscuro del ballet, al estilo de la exitosa película Cisne negro, con Natalie Portman. Aunque Melanie no duda en compartir detalles de los complicados engranajes que mueven el mundo de la danza, se niega a incluir tanto historias personales como de sus amigos en su obra. No obstante, es consciente de que poner el foco en los recovecos de una esfera tan competitiva como es la de la danza es lo que más fascina a sus lectores. "Cisne negro —dice— fue maravillosa porque la gente confirmó algo que ya intuía. La gente cree que las bailarinas son perfectas y que vivir sobre los escenarios es maravilloso, pero soportar esa etiqueta es frustrante".
© David Venni"De la danza, echo de menos la camaradería y la sensación al terminar la función… Pero odiaba no tener una vida fuera del teatro. Me encanta estar con mi familia"
Melanie decidió hacer un alto en el camino en 2019, después de quince años en el American Ballet Theatre, pero especialmente porque le era difícil compaginar su trabajo y las giras con su papel de madre. ¿Echa de menos ese mundo?, le preguntamos. "Sí. La camaradería y la sensación que queda al terminar la función… Sin embargo, no echo de menos para nada no tener vida fuera del teatro. Me encanta tener tiempo para poder ir a un museo y, luego, charlar con una amiga".
Tiempo en familia
Le encanta poder estar con Deveraux. "Era muy dura conmigo misma cuando bailaba. Cuando estaba con mi hijo sentía que tenía que ser la madre perfecta, porque pasaba mucho tiempo fuera y lejos de él por trabajo. Esa es una de las razones por las que paré —cuenta—, porque no podía seguir así; me agobiaba a mí misma, trabajando hasta las diez de la noche algunos días, y, luego, intentando ser una supermujer en los días libres. Estaba cansada y no estaba siendo la mejor madre".
Hoy todo eso ha cambiado. Melanie disfruta de poder divertirse con su pareja y con su hijo, aunque sus días de "hacer el tonto" en la cocina con Sir Mick y Deveraux ya también han quedado atrás: "Cuando mi hijo era pequeño, de vez en cuando, bailábamos el hokey cokey, pero ahora me dice: “Mamá, no es cool". ¿Cuándo se convirtió en un adolescente?". Pero un adolescente con talento: "Estoy deseando ver lo que hace con él, pero no quiero presionarle, porque mi presión más la presión de Mick es “demasiada” presión. Cuando le oigo cantar en los espectáculos de la escuela digo cosas como: 'Oh, Dios mío, su voz es increíble'. Pero luego pienso: 'Melanie, ¡déjale seguir siendo un niño! No seas la típica madre ‘del artista'".
© @melhamrickSea como fuere, Deveraux parece seguir más los pasos de su padre que los de su madre. "Tiene más confianza y libertad que Mick, que ya es un ser único", nos desvela. "Dev te transmite algo así como: “Este soy yo y soy el mejor”. Si intento darle algún consejo sobre la posición de los pies o algo así me dice: “¡Mamá! ¡Déjame!”. Le encanta ver ballet y siente curiosidad, pero no tanta-tanta como para tomar clases".
La familia reparte su tiempo entre Francia, Reino Unido y Estados Unidos, el país natal de Melanie, aunque el hogar de la escritora es aquel "donde siento que está mi familia, donde estamos mi pareja y yo, donde está mi hijo, donde siento que está mi núcleo familiar". Ella y Sir Mick han sabido salvaguardarlo. Han mantenido su relación en privado desde el principio. Y tienen una buena razón para ello: "No me importa compartir algo de vez en cuando en Instagram, pero para mí la familia está blindada", asegura. "Es un espacio seguro. Y quiero que permanezca así, que sea nuestro refugio. Siento que si, un día, se me ocurre abrirlo y dejar entrar a todo el mundo, perderé la intimidad que tanto apreciamos"
El hijo de la pareja, Deveraux, ha heredado su talento. "Estoy deseando ver lo que hace con él", nos cuenta Melanie, quien no tiene entre sus planes convertirse en "madre del artista"
En marcha
Es increíble cómo esta mujer puede con todo: casas, viajes, familia y que tenga aún tiempo para avanzar en su carrera de escritora. Recientemente, ella y su hijo se unieron a Sir Mick en la gira mundial de su banda, el tour Hackney Diamonds, pero, incluso entre guitarras, Melanie es capaz de escribir. "Me ha gustado desde pequeña. De niña escribía diarios. Hoy, con la agenda tan apretada, escribir encaja muy bien en mis tiempos muertos. Menos mal que, luego, también mis libros se publican fácilmente", dice entre bromas para adelantarnos después que ya está trabajando en su tercer volumen.
Es más, que le encantaría emular a una de sus autoras favoritas, Philippa Gregory, y abordar la ficción histórica. No obstante, pese a lo que pudiera parecer, Melanie no se ha desvinculado por completo del showbiz. De hecho, está inmersa en la adaptación cinematográfica de First Position y produciendo espectáculos de danza. "Es una forma estupenda de mantenerme en contacto con el mundo del ballet y de dar a mis colegas nuevas oportunidades para actuar", explica. En 2019, trabajó en Porte Rouge, una coreo con música de los Rolling. Por cierto, ¿estaría dispuesta a repetir la experiencia?
© David Venni"Supimos que aquello era algo puntual y que, además, no trabajaríamos juntos todo el tiempo. Y nos lo pasamos muy bien. Sabía qué canciones quería y le decía: “¿Puedes cortarla por aquí?”. Y él me contestaba: “¡No, no puedes cortarla justo ahí!”. Fue interesante aprender y reírnos del trabajo en común. Estuvo bien que él confiara en mí y que yo confiara en él para crear algo que fuera de los dos. Pero tengo que confesar que trabajar juntos a tiempo completo hubiera sido muy aburrido. En definitiva, volvería a colaborar con él, pero no es algo que quiera hacer todo el rato".
