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Son momentos difíciles para Paloma Lago, quien ha perdido a una de las personas más importantes de su vida: su padre. Federico Pérez-Lago murió la noche del 21 de enero a los 94 años, edad que había cumplido hace menos de un mes, el 31 de diciembre. Tanto la presentadora como el resto de su numerosa familia están recibiendo innumerables muestras de apoyo, y es que Quico (así era conocido) era una persona muy popular y querida en Galicia, donde será para siempre recordado por su trayectoria musical y por impulsar uno de los certámenes hípicos más famosos del país.
"Mis amores han sido mi familia, Los Zafiros, Ferrol... y los caballos", decía Quico meses atrás en La Voz de Galicia, una frase que sin duda resumen a la perfección su vida. Y es que era, ante todo, un hombre familiar que presumía de tener a su lado a "la mujer más hermosa", Chus Gómez Deaño. De ella decía que era más guapa que Grace Kelly y bromeaba contando que en Galicia los llamaban los Príncipes de Mónaco, también por la belleza de sus cinco hijos: Pauloska, Federico, Ana, Paloma y Cristina. Paloma es la más conocida gracias a su carrera como modelo y presentadora.
La última vez que vimos a la buena parte de los Pérez-Lago en un acto público fue el pasado mes de mayo, coincidiendo con la boda de Javier García-Obregón. El único hijo de Paloma, nacido durante su matrimonio con Javier, uno de los hermanos de Ana Obregón, contrajo matrimonio con Eugenia Gil Muñoz en la iglesia de San Fermín de los Navarros (Madrid) después de siete años de relación. Un romántico enlace del que ¡HOLA! mostró en exclusiva las imágenes de la celebración, que tuvo lugar en Soto de Mónico, una finca a las afueras de la capital.
© _palomalagoQuico era un hombre carismático que comentaba con humor que había vivido cuatro vidas en una, refiriéndose así a sus múltiples inquietudes, que marcaron su trayectoria vital. Estudió Aviación y descartó la idea de seguir los pasos de su padre y su hermano en el mundo de la banca, porque él tenía muy claras las ideas y tenía la valentía de luchar por ellas desde pequeño. De hecho, siendo un niño que iba al colegio Tirso de Molina de Ferrol, comenzó a tener una habilidad especial para el dominó, juego en el que comenzó a adentrarse en el bar Serafín de la localidad de Covas sin imaginar que llegaría a quedar quinto en campeonatos mundiales además de ganar campeonatos españoles y gallegos.
En la posguerra, mientras iba avanzando como jugador de dominó, empezó a germinar en él la semilla de la música. En los bares a los que iba todo el mundo estaba cantando, y aunque las cuerdas de la guitarra se hacían entonces con alambres, él ya se sintió atraído por el arte y empezó a aprender con diferentes maestros de la época. Todo cambió al cumplir 21 años, concretamente durante un verano en el que se trasladó, como siempre, a Covas. En esa etapa estival, su amigo Alberto Martín y él decidieron fundar Los Zafiros, grupo que completaron con Pepe Pazos, que fue vocalista de Saratoga.
© laquinta163Dos años después de la fundación, Los Zafiros comenzaron a ser conocidos en todo el país y también internacionalmente. Y es que hicieron giras internacionales que los llevaron por toda Europa. Entre sus hitos, la actuación en el Atomium de Bruselas, donde fueron invitados por Balduino y Fabiola de los belgas. Pero en medio de este reconocimiento, y cuando disfrutaba de una carrera cada vez más reconocida, Quico decidió dar un paso atrás para formar una familia al lado de su gran amor.
Fue en ese contexto donde decidió impulsar otra de sus pasiones, los caballos. De esta forma puso en marcha Equiocio, un concurso ecuestre que se ha convertido en un imprescindible de Ferrol y del que ahora está al frente su hijo Federico, que ejerce como director técnico de esta cita tan destacada en la vida social de esta ciudad que ahora se ha quedado sin una de sus personas más queridas.
