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Flora González es la 'chica del tiempo' por excelencia. Quien se cuela en nuestros hogares cada día anunciándonos la predicción meteorológica con su toque especial de profesionalidad, espontaneidad y dulzura. Apasionada por su trabajo, que, además de la meteorología y el medio ambiente, también engloba el mundo de la moda, vive un momento muy especial a sus 39 años junto a su marido, Carlos Dato, ya que se convertirán en padres el próximo verano.
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—Enhorabuena, Flora, ¿cómo están siendo estos primeros meses embarazada?
—Están siendo meses de muchos cambios. Tengo que admitir que las primeras semanas estuve en shock. Además, tenía muchísimo sueño (ríe), pero también están siendo unos meses preciosos. Al principio, por prudencia, decidimos esperar para contarlo a la familia, y creo que esas fueron las semanas más largas de mi vida.
—¿De cuánto estás?
—De tres meses y medio.
—¿Cuándo supiste que estabas esperando un bebé?
—Lo supe prácticamente al instante: empecé a encontrarme muy mal por las mañanas, con náuseas, vómitos y mucho sueño. Afortunadamente, esos síntomas duraron poco más de una semana
—¿Cómo se lo dijiste a tu marido?
—En cuanto tuve la sospecha, me hice un test de embarazo. En cuanto vi el positivo, no pude esperar ni un segundo y se lo envié al móvil. No es lo más romántico, me habría gustado hacer algo más especial, pero fue lo que en ese momento me salió de forma natural.
—¿Cómo te encuentras?
—Me considero afortunada porque estoy bien; lo que más me gusta es esta sensación de felicidad y tranquilidad, que no había experimentado nunca.
—¿Has tenido algún antojo?
—En general soy antojadiza, embarazada o no (reconoce entre carcajadas).
—¿Sabéis ya si es niño o niña? ¿Tenéis alguna preferencia?
—Aún no, pero vengo de una familia muy femenina, somos tres hermanas; siempre he trabajado rodeada de mujeres y me encanta. Reconozco que me gustaría un poco de energía masculina en mi vida. Aun así, viene a una casa en la que se le espera con muchísimo amor.
—Tienes un trabajo que te apasiona, pero al que dedicas mucho tiempo, ¿cómo tienes pensado organizarte cuando nazca el bebé?
—Tengo muchos trabajos, en realidad, y, como es el primer bebé, aún no sé cómo me encontraré, cómo estará mi cuerpo… Voy a fluir y a descubrir esta nueva faceta de mi vida.
—¿Tenéis pensado donde nacerá?
—Sí, en la Clínica Universidad de Navarra, de Madrid. Me están haciendo todo el seguimiento y me han transmitido tanto cariño y profesionalidad que confío plenamente.
—¿Ya te han regalado o le has comprado alguna cosa?
—¡Unos patucos! Estoy esperando a confirmar si es niño o niña para empezar con las compras; me encanta la ropa de bebé.
—Tú no tenías demasiado desarrollado el instinto maternal, pero te planteabas ser madre por tu marido. ¿Te costó mucho tomar la decisión de formar una familia?
—Es una cuestión de encontrar a la persona adecuada. Hasta que conocí a Carlos, no me había planteado formar una familia. Con él fue un flechazo instantáneo y desde el primer momento supe que era el indicado.
—¿Has tenido miedo o respeto en algún momento?
—Tuve más miedos antes de estar embarazada que ahora. Desde que estoy embarazada, leo mucho. Lo primero que he asumido es que las mujeres sabemos parir, es nuestra naturaleza, y no podemos dejar que se infantilicen procesos que son instintivos.
—También hablaste de que no siempre es fácil quedarse embarazada, y menos con cierta edad… ¿Crees que es necesario que se visualicen los problemas de fertilidad que muchas mujeres padecen?
—En mi caso, más que una cuestión de fertilidad, ha sido por la conciliación; no es fácil crear una carrera, luchar por tus sueños, estar presente… Me encuentro ahora mismo en un momento muy dulce en el trabajo.
—¿Cómo crees que serás en tu papel de madre?
—Con mis dos hermanas soy una especie de madre, estamos las tres en Madrid y las cuido mucho. Así que imagino que seré una madre muy cariñosa.
—Además de ser madre, que será el proyecto más importante de tu vida, ¿qué otros tienes próximamente?
—¡Nos mudamos! Cambiamos el centro de Madrid por una casa. Así que tengo que sacarme el carnet de conducir, ya que hasta ahora no lo he necesitado y se ha vuelto una prioridad.
—Vais a ser padres tras una historia de amor de siete años, ¿era el momento perfecto?
—Totalmente. Primero encontramos la casa y después vino la sorpresa del bebé. Hemos tenido que agilizar mucho los tiempos de la reforma para llegar, pero sí, tanto a nivel vital como profesional y de pareja, es el mejor momento. Siempre hemos estado bien, pero ahora, mejor que nunca.
—¿Cómo es Carlos? ¿Qué es lo que más te gusta de él?
—Lo que me enamoró de Carlos desde un primer momento fueron sus principios y su inteligencia emocional; con él he aprendido a querer bien, a querer de una forma sana, a que las relaciones son naturales y sin complicaciones.
—¿Cómo crees que será como padre?
—¡Pues un padrazo! De eso no me cabe duda. Él es la parte más metódica y organizada en la relación, nos complementamos muy bien.
