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Aunque La Moderna ya ha finalizado sus grabaciones, la emoción sigue intacta en los episodios que quedan por emitirse. En los últimos capítulos, la trágica muerte de César Morel (Miguel Ángel Muñoz), quien recibe dos disparos desde la ventana de su casa, marca un punto de inflexión que cambia la vida de los protagonistas para siempre. Además, para refrescar las tramas y darles un nuevo impulso, a partir de este jueves 23 de enero se incorporan tres nuevos personajes: el Capitán Dávila, Ramallo y Marcelina, interpretados por Juli Fábregas, Roberto Enríquez y Meritxell Calvo, respectivamente. Estos personajes tendrán mucho que decir en la recta final de la serie diaria de La 1.
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El Capitán Dávila es el nuevo jefe de policía del distrito centro de la ciudad. Un hombre noble, de modales pulcros y refinados, que destaca por su férreo sentido de la justicia. Su pasado militar, marcado por una carrera que se truncó tras una serie de discrepancias con sus superiores, le lleva a cambiar de rumbo y acabar en el cuerpo policial. A pesar de la severa sanción que puso fin a su etapa en el Ejército, conserva una disciplina impecable y un carácter imperturbable. Ahora, llega a La Moderna con un claro objetivo: resolver una serie de crímenes que han afectado directamente al personal del salón de té y que se están convirtiendo en un problema cada vez más complejo. Su presencia promete traer orden, pero también podría desatar tensiones en un entorno lleno de secretos.
Juli Fábregas es un actor y productor catalán nacido en Calella en 1972. Con una amplia trayectoria en cine, teatro y televisión, el actor, de 53 años, se ha ganado un lugar destacado en la ficción española, participando en algunas de las series más populares como Amar en tiempos revueltos, El secreto de Puente Viejo y La que se avecina, entre otras. Además, ha dejado su huella en la gran pantalla con trabajos en películas como El árbol de la sangre y Rec 2. En su vida personal, Fábregas comparte su vida con Rocío Vidal, con quien tiene dos hijas.
Por otro lado tenemos a Ramallo, que es todo lo contrario al Capitán Dávila. Este matón reconvertido en contable es la mano derecha de don Bernardo, un peligroso prestamista que se ha encargado de financiar la secuela de La espía intrépida. Duro e implacable, su única misión es asegurar que se recupere cada céntimo invertido en la película, intereses incluidos, y no dudará en recurrir a los medios que sean necesarios para conseguirlo. Su carácter intimidante y su falta de experiencia en el mundo del cine generan desconfianza, tanto en Agustín (Alberto Amarilla) como en las hermanas Valbuena (Alba Gutiérrez y Berta Galo). Sin embargo, quizás la magia del séptimo arte sea tan poderosa como para hacer cambiar incluso a un hombre como él.
Este personaje está interpretado por Roberto Enríquez, de 56 años, uno de los rostros más populares de la ficción española. A lo largo de su carrera, ha formado parte de algunas de series tan destacadas como 7 Vidas, Hospital Central, La Señora, Hispania o Isabel. Más recientemente, ha participado en títulos de gran éxito como Montecristo, La cocinera de Castamar, El desorden que dejas y Vis a vis. En 2012, Enríquez vivió uno de los momentos más importantes de su vida: se convirtió en padre por gestación subrogada de mellizos, un niño y una niña llamados Manuel y Martina, que ahora tienen 12 años.
Por último, pero no por ello menos importante, está Marcelina, una joven llena de desparpajo, con una personalidad alegre y abierta que no duda en lanzarse a ayudar a su amiga de la infancia, Trini (Bárbara Mestanza), cuando se entera de que está atravesando un mal momento. Con buenas intenciones, llega a la corrala dispuesta a animarla y ofrecerle su apoyo. Sin embargo, la relación entre ambas no será tan idílica como parece a simple vista. Las cosas se complicarán cuando Marcelina, además de alargar indefinidamente su estancia, empiece a plantearse trabajar en el salón de té. Si logra conseguirlo, su puesto podría marcar un antes y un después en la sociedad del momento.
Este personaje está interpretado por Meritxell Calvo, una actriz catalana de 32 años cuyo rostro te resultará familiar por su trabajo en series como Pulsaciones, la serie dirigida por Emilio Aragón, Amar es para siempre, Beguinas, Smiley o El cuerpo en llamas y que ahora aterriza en La Moderna dispuesta a revolucionarlo todo.
