La Promesa sigue regalando grandes momentos a sus seguidores. Hace unos días, se vivía un mágico instante que los espectadores llevaban esperando desde el principio de la serie: la boda entre Jana (Ana Garcés) y Manuel (Arturo García Sancho). Este acontecimiento ha marcado un antes y un después, dando paso a una nueva etapa que, al parecer, será más oscura. Ahora, un nuevo personaje está a punto de dejar su huella en la historia de la serie y en la mente del púbico. Si la llegada de Leocadia (Isabel Serrano) ya había generado expectación, el aterrizaje en el palacio de los marqueses de Luján de Ángela, un personaje ligado tanto a su pasado como a su presente, promete revolucionarlo todo.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Ángela, aunque nadie lo sabe todavía, es hija de Leocadia y su presencia va a marcar el curso de los acontecimientos a partir de ahora. Además, la chica va a volver loco a Curro (Xavi Lock), quien, después de haberla confundido con una enfermera que debía atender a Catalina (Carmen Asecas), empieza a notar algo extraño en ella, lo que activa sus alarmas. Es uno de los personajes más enigmáticos que han pisado La Promesa, aunque aún tendremos que esperar para conocer más detalles sobre ella.
Bajo la piel de Ángela se encuentra la joven actriz gallega Marta Costa, quien, tras haber trabajado en Clanes, la exitosa serie de Netflix junto a Clara Lago y Tamar Novas, y en Ghuassap y A Lei de Santos, ambas en el canal autonómico gallego, entra por la puerta grande en la serie ganadora del premio Emmy Internacional a la mejor telenovela.
Para Marta, entrar a formar parte de La Promesa ha sido un regalo, al igual que interpretar a su personaje, una joven que estudia abogacía en Suiza en una época como 1915, cuando solo cuatro mujeres cursaban Derecho en España. Un reto dar vida a una mujer adelantada a su tiempo, que llega para romper moldes, tópicos y aportar un toque de modernidad a los Pedroches. "Es un personaje muy atractivo, porque es una propuesta bastante actual y eso es muy divertido. Ella es superbuena y lo que busca es justicia", ha comentado en una entrevista con La Voz de Galicia.
La joven intérprete no podía contener su emoción este miércoles cuando su participación en la ficción de época se convertía en una realidad que ya podía gritar a los cuatro vientos. "¡Por fin es oficial! Ángela ha llegado a palacio y yo no puedo estar más feliz de participar en este pedazo de proyecto de La Promesa. Gracias, gracias, gracias a esta gran familia técnica y artística por hacerme un huequito y acogerme tan bien. Han sido meses de mucho trabajo que por fin van a ver la luz, yo solo espero que disfrutéis de Ángela tanto como lo hago yo", compartía en su perfil junto a un carrusel con varias imágenes en el set de rodaje.
Desde pequeña, Costa, de 20 años, tenía claro que quería ser actriz. Su determinación por alcanzar su sueño la llevaba a Madrid, aunque ha asegurado que habría ido donde hiciera falta para logar su objetivo. Nunca tuvo dudas, aunque se sentía algo perdida viviendo en un pueblo pequeño como Cambados y no sabía qué paso debía dar, tenía claro que tenía que intentarlo.
Con 10 años, comenzaba a hacer teatro como aficionada. A los 18, decidía completar su formación y se marchaba a Coruña para estudiar Comunicación Audiovisual, para después, hacer un curso con Fernando Tato en Santiago de Compostela. Tan solo tres meses después de cumplir la mayoría de edad, se presentaba a su primer casting sin saber lo que se iba a encontrar. Los nervios, que incluso llegaban a provocarle un orzuelo, no impidieron que hiciera una gran prueba y lograra un debut por todo lo alto en Clanes.
Una serie en la que aprendió mucho y que supuso para Marta "un proceso de humanizar a los actores, no me sentía parte de eso todavía. Me sirvió para aceptar que sí puedo serlo, que, aunque tengas una cámara delante, es como estar en una clase de teatro, que tienes que dar lo mejor de ti. Y aprendí a vencer los miedos", ha explicado en el citado medio.
Lo que más sorprende en un plató a esta hija de dos periodistas, a los que asegura que les debe su perfecta dicción, es que "yo me siento en el combo a ver las escenas y es como si estuviera en el cine y me faltaran solo las palomitas. Pero hay algo que le llama todavía más atención: la capacidad de sus compañeros para hacer magia. "Los veo actuar y se me olvida quiénes son; a lo mejor acabamos de tomar un café, y ya no sé ni su nombre. Esa transformación es maravillosa, me creo sus personajes totalmente. Yo pensaba que como actriz a lo mejor me resultaba más difícil sentarme a ver la película. Pero cuando un actor es bueno, te olvidas hasta del nombre de esa persona que conoces", ha explicado.
Marta está disfrutando de un gran momento. Sabe que en el mundo de la actuación nada es eterno y, como aficionada del Atlético de Madrid que es, sigue la filosofía del entrenador del equipo colchonero de ir partido a partido, o en su caso, paso a paso. Por este motivo, no descarta poder retomar su carrera cuando los proyectos se lo permitan porque sabe que en este oficio no se pueden echar raíces.
Sus actores favoritos son Maribel Verdú, Melania Cruz y Tamar Novas. Más allá de la interpretación, Marta tiene nociones de canto y de baile. Entre sus aficiones están la equitación, el patinaje, el patinaje sobre hielo y la natación. También juega al tenis y al ping pong. Además, habla castellano, gallego, idioma en el que incluso ha grabado dos series, e inglés. Preparación y talento no le faltan, así que seguiremos de cerca la trayectoria de Marta Costa, porque seguro que dará mucho de qué hablar.