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Han pasado quince años desde que lady Frederick Windsor se casó con Frederick, hijo de los príncipes Michael de Kent. De su familia política, la Familia Real, afirma: "Son cálidos y solidarios". Y se muestra agradecida por la oportunidad que le brinda su exposición pública: "Es un privilegio poder hablar de algo que te importa y que la gente te escuche".
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"Me siento muy afortunada por tener a casi toda la Familia Real como amigos de confianza", reconoce la esposa del hijo de los príncipes Michael de Kent
Lady Frederick Windsor también es conocida como Sophie Winkleman y trabaja como actriz. Y aunque para ella es habitual el glamuroso mundo de los platós de cine y los compromisos reales, es igual de probable encontrarla charlando con alguna persona sin hogar. Sophie habla con pasión de su trabajo en Big Issue Group, una entidad que ayuda, mediante una revista callejera, a personas sin hogar. Ella es embajadora desde 2020 y, a principios de este año, se unió a los vendedores de ejemplares de esta publicación, del mismo modo que hizo su primo, el príncipe de Gales, coincidiendo con su 40 cumpleaños.
Mano amiga
"Hablo con todas las personas sin hogar con las que me cruzo", reconoce. "Me entristece que la gente pase de largo. No importa si no les das dinero, basta con que hables con ellos para que no se sientan invisibles, aunque solo sea mostrando una sonrisa de apoyo". Y recuerda un momento que marcó profundamente su vida. Fue viendo la película La princesita, de Frances Hodgson Burnett, cuando Sara le dice a la criada: "Es solo un accidente que yo no sea tú y tú no seas yo", una frase que quedó grabada a fuego en su memoria.
"Las personas sin hogar son exactamente iguales que tú y que yo, salvo que les ha ocurrido algo terrible. Además, la inmensa mayoría tuvo una infancia caótica y espantosa", explica a ¡HOLA! Esta es una opinión que lady Frederick comparte con el príncipe Guillermo, y también respalda la afirmación de Kate Middleton de que muchos de los problemas sociales actuales tienen su origen en una infancia difícil. "Ella tiene razón en que los primeros años son clave", dice respecto a la afirmación de la princesa de Gales. Sophie es madre, junto a lord Frederick, de dos niñas: Maud, de once años, e Isabella, de ocho.
Admiración 'real'
Sophie, que tiene 44 años, siente una gran admiración por Kate Middleton, quien ha terminado recientemente un tratamiento de quimioterapia preventiva, tras haber sido diagnosticada de cáncer a principios del año pasado. "Es maravillosa —afirma—. La última vez que la vi fue en Wimbledon y me alegré mucho de verla, estaba tan guapa como siempre. Ha sido increíblemente valiente y lo está haciendo muy bien".
También siente un gran cariño y admiración por el Rey Carlos, quien regresó hace tiempo al trabajo, tras serle diagnosticado un cáncer. "Su sentido del deber y del servicio son como una roca en él. No se le ocurre descansar, algo que quienes más le quieren están deseando que haga. Está luchando contra el cáncer y no se da ni un momento libre: es un hombre enormemente inspirador", sostiene.
A lo que añade: "La Familia Real trabaja muy duro. No es una existencia fácil, tienes un foco de atención sobre ti desde el segundo en que naces". Cuando se le pregunta a quién de ellos tiene más cerca, lady Frederick no duda en responder: "Cuento con casi todos ellos como amigos de confianza. Soy muy afortunada".
Sin duda, el conocimiento sobre la alta sociedad que tiene Sophie le ha ayudado en sus últimos papeles, de duquesa de Rochester en Belgravia: The Next Chapter, o de Lady Susan en Sanditon. Aunque quizás sea más conocida por su papel recurrente, entre 2005 y 2010, como Big Suze en la comedia Pep Show. "Los actores odiamos que nos encasillen, pero 'Pep Show' da tanta alegría a la gente, que no me importa en absoluto", reconoce.
De hecho, la serie fue la responsable de que ella y su marido, quien trabaja como banquero, se conocieran el día de Año Nuevo del año 2007. "Salíamos de dos fiestas diferentes y fuimos tras el mismo taxi", recuerda. "Él me dijo: 'Eres Big Suze ¡te quiero!'. Yo me reí y le pedí al taxi que me llevara a algún sitio. Él fingió que iba en la misma dirección y compartimos el taxi; desde entonces, estamos juntos". La pareja se casó en el palacio de Hampton Court, en septiembre de 2009.
Sophie admite que su 15º aniversario de boda fue muy tranquilo. "No hicimos nada, somos muy aburridos", dice. "A menudo tengo que empezar a trabajar a las cinco de la mañana y Freddie trabaja mucho, así que estamos demasiado cansados. También tenemos muchas cenas benéficas para su trabajo, así que quedarnos en casa y ver una película para nosotros es el paraíso. O ver Father Ted con las niñas, que están obsesionadas con la serie en este momento".
"Nos encanta el plan de quedarnos en casa viendo una serie o película con las niñas. Freddie es maravilloso con ellas y mucho más práctico que yo", añade. "Les lee, les enseña historia, los países, ríos y montañas en un mapa".
Protección a la infancia
Como madre de niños que están creciendo en plena era digital, Sophie es muy consciente de los peligros que esconden las redes sociales, otro tema que le apasiona. No tiene ninguna cuenta en redes sociales y tampoco permite que sus hijas la tengan. "Para las pobres niñas, no hay nada menos 'cool' que tener una madre que hace campaña contra los 'smartphones'", reconoce entre risas.
"En algún momento, espero que se den cuenta de lo que intento hacer. No creo que ningún niño deba tener un dispositivo, con acceso a Internet, antes de los 16 años, ya que podrían ver violencia que distorsiona permanentemente sus mentes". Y añade: "Plataformas como Instagram hacen que las jóvenes se odien a sí mismas, y 'apps' como TikTok o Snapchat destruyen completamente su capacidad de concentración".
Actualmente, Sophie compagina su trabajo como actriz con su labor solidaria. Está desempeñando un papel dentro de un drama que la BBC se encuentra rodando. "Está fabulosamente escrito y estoy encantada de formar parte de este proyecto, pero todavía no puedo hablar de ello", explica. Mientras, apoya la iniciativa Big Community de Big Issue, que consta de tres programas para unir a la población y las comunidades locales con la finalidad de acabar con la pobreza. Una serie de exposiciones itinerantes, el plan de afiliación a Big Issue y Poverty Zero, un llamamiento en favor de una nueva ley que obligue a los gobiernos a fijar objetivos para reducir la pobreza.
"Estoy muy orgullosa de ser embajadora de esta importante organización. Es un triunfo británico del que todos deberíamos sentirnos orgullosos y apoyar activamente", concluye.