La Reina Margarita de Bulgaria cumplió, el pasado 6 de enero, 90 años. La esposa del Rey Simeón de Bulgaria quiso celebrar un aniversario tan especial rodeada de su familia. Al feliz acontecimiento acudieron sus tres hijos, los príncipes Kyril, Kubrat y Konstantin, y la mayor parte de sus once nietos. Quien no pudo llegar a tiempo fue la princesa Kalina, ya que quedó atrapada con su coche por la nieve en el palacio de Tsarka Bistritsa, situado en las montañas búlgaras de Borovets.
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La Reina Sofía, quien mantiene una estrecha relación con Margarita de Bulgaria desde que eran jóvenes, también fue una de las invitadas. Ambas familias guardan unos estrechos lazos que se han mantenido también en las generaciones de hijos y nietos. Miriam de Ungría, quien fuera mujer de Kardam de Bulgaria, fallecido en abril de 2015, tampoco se perdió la celebración, a la que asistió acompañada de sus dos hijos, Boris y Beltrán. La princesa, que contrajo matrimonio de nuevo, el 3 de septiembre de 2022, con el príncipe Ghazi de Jordania, primo del Rey Abdalá, mantiene una excelente relación con la familia.
Antes de convertirse en reina consorte, Margarita Gómez-Acebo era una aristócrata española, prima de Luis Gómez-Acebo, esposo de la infanta doña Pilar de Borbón. Su vida se cruzó con la de Simeón de Bulgaria en Madrid, concretamente, en el Liceo Francés, donde ambos estudiaban. Se enamoraron y han vivido una historia de amor con más de 62 años de feliz matrimonio y cinco hijos en común: los príncipes Kardam, Kyril, Kubrat y Konstantin y la princesa Kalina. La pareja tuvo que darse el "sí, quiero" en tres ceremonias diferentes debido a que la Reina Margarita nunca quiso renunciar al catolicismo y el Rey Simeón era ortodoxo. La primera vez, en una ceremonia religiosa, en el Arzobispado de Madrid; la segunda, por lo civil, en Lausana (Suiza), y la tercera, durante una celebración ortodoxa, en Vevey (Suiza).
Margarita de Bulgaria ha sido una mujer cuya vida ha estado repleta de dramas. Se quedó huérfana siendo apenas una niña, a principios de la Guerra Civil. Ha vivido el exilio como reina consorte junto a su marido, así como la pérdida de su hijo Kardam, seis años después de un accidente de tráfico que le provocó secuelas irreparables. Pero ella siempre ha sabido asumirlos con templanza y valentía.