Anabel Pantoja en una imagen de archivo© GTRES

'Anabel está destruida': última hora de la colaboradora de televisión

Su hija, Alma, permanece ingresada en el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria, en Las Palmas


16 de enero de 2025 - 13:55 CET

Hay un hilo de esperanza, las horas juegan a favor gracias a Dios porque cada minuto es un minuto ganado, pero la angustia, la preocupación, el cansancio, las esperas interminables y también la cabeza, que juega malas pasadas, pesan y minan. “Anabel está destruida”, nos traslada el entorno de la influencer. No es de extrañar. Su niña, Alma, se enfrenta a una de esas batallas de la vida que parece que solo llegan después de vivirla intensamente y sin embargo, no han pasado ni dos meses desde que la bebé llegó a este mundo. 

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Una lucha sin cuartel que comenzó el pasado jueves y tiene a sus padres, la colaboradora de televisión y el fisioterapeuta David Rodríguez, con el alma en vilo, ese mismo nervio que les mantiene en pie para no desfallecer. Se lo deben. “Gracias princesa porque has sido lo mejor que he podido hacer en estos 38 años que tengo. Eres ya para siempre y vamos a protegerte con la vida”, le prometía Anabel horas después de dar a luz.

Merchi sale del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria donde se encuentra ingresada la pequeña Alma, a 15 de enero de 2024, en Las Palmas de Gran Canaria © Europa Press
Su madre, Merchi, saliendo del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria donde se encuentra ingresada la pequeña Alma, ayer

“Te voy a querer hasta que se apague el sol”, escribía Anabel el pasado 23 de noviembre cuando por fin cumplía el sueño de convertirse en madre y sin embargo, parece que de aquello ha pasado ya una eternidad. Para Anabel, que no ha salido del centro hospitalario en el que ingresó con su hija de urgencia para absolutamente nada. Hace días que día y noche son lo mismo. Horas de pruebas. Horas sin dormir. Horas escuchando sin dejar de escuchar el latido de su niña, como en aquel mismo post en el que confesaba que sus nueve meses de embarazo había sido un tiempo de subidas y bajadas, alegrías y tristezas”, al escuchar su corazón en su seno, le dio “el único y enorme motivo para seguir adelante”.

Esa razón de vivir es lo que, nos dicen, mantiene a Anabel en pie a pesar de la destrucción. Como decimos, el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias se ha convertido, paradojas de la vida, en su nueva casa, allí donde recibe el apoyo de sus familiares, de su madre, Merchi, que es su cordón umbilical con el exterior y el soporte logístico de sus necesidades… De su tía Isabel, su tío Agustín, y también de sus primos Kiko e Isa que, olvidando cismas, rencillas, declaraciones incendiarias, al menos, comparten espacio para arropar en el sentido figurado y también literal a su prima. Una reunión familiar que llevaba más de cinco años sin producirse, concretamente desde la vuelta de la cantante de Honduras, cuando volvía a televisión por todo lo alto con Supervivientes y que, paradójicamente, alarmaba muchísimo sobre el padecimiento de la menor de los Pantoja. Debía de ser muy grave lo que estaba ocurriendo como para que lo parecía un imposible se estuviera produciendo a miles de kilómetros de la península además.

© anabelpantoja00
Anabel Pantoja junto a David Rodríguez y la pequeña Alma

También sus amigas más cercanas no dudaron en tomar el primer avión para Gran Canaria y estar cerca de Anabel. Belén Esteban, Susana Molina, Raquel Bollo… Y todas han guardado silencio sobre el estado de la niña o las pruebas médicas a las que se ha visto sometida, es un trance muy delicado para los padres. Solo Belén Esteban, rompiéndose por la emoción, quiso poner punto y final a las especulaciones sobre posibles patologías previas que pudiera padecer la bebé que la hubieran llevado al hospital. “Anabel no se siente culpable. Ha llevado un embarazo en el que todo el mundo le decía que iba a ser diabética, pero todo fue perfecto durante los nueve meses. Además, cuando nació (Alma), le hicieron todo tipo de pruebas y todo fue perfecto. La niña salió sana, sanísima".   

A veces la vida te depara sorpresas que podría ahorrarse y ante las que hay que armarse de paciencia, valor y optimismo.

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