Apenas tenían dos años cuando las conocimos en ¡HOLA!, y ahora ya son mayores de edad. Carmen y Sabina, las mellizas de la baronesa Thyssen, ya no son unas niñas. Son dos jóvenes que han alzado el vuelo. "Es una nueva etapa para mí, la comprendo, como todos los padres. Ya empiezan, naturalmente, a hacer su vida y, como es lógico, tienes que alentarles", nos cuenta Tita.
En nuestro último número de ¡HOLA!, nos reciben en su casa de Andorra y se convierten en protagonistas de un excepcional reportaje, donde conocemos, un poco más, a las hermanas, en esta nueva etapa de sus vidas.
En otoño, Carmen se marchó a estudiar a la universidad un doble grado de ADE y Relaciones Internacionales y Sabina “sigue estudiando aquí Arte y Diseño”. Por eso, la baronesa nos confiesa que no siente todavía el conocido como ‘síndrome del nido vacío’. Además, “Carmen viene todos los fines de semana que puede, así que nos hemos visto las tres durante estos meses".
Ambas cuentan con el apoyo total de Tita, una madre muy orgullosa de sus tres hijos. “Están implicados todos desde pequeños con el mundo del arte, lo llevan dentro. Cada uno que se dedique a lo que desee, no puedo influenciar totalmente en su futuro, pero sí transmitirles todas mis ganas e ilusión”.
Tras los pasos de su madre
Carmen tiene las cosas muy claras, quiere seguir los pasos de su madre en el mudo del arte, el coleccionismo y los museos. “Es muy seria y madura para su edad”, nos cuenta Tita. Sin ir más lejos, hace unos meses, debutó en solitario en un evento en Sant Feliú, representando a la baronesa, que, nos dice: “Lo hizo muy bien, me sentí muy orgullosa”.
El otro lado de la balanza lo completa Sabina con su espíritu bohemio, “ella quiere ser libre, es la alegría de la casa”, cuenta Tita de su otra hija -que prefiere mantenerse en un segundo plano en los eventos públicos-. En un futuro, le gustaría ser una buena ilustradora: “Me gustaría explorar ese mundo más a fondo y, tal vez, publicar mis propios trabajos algún día”.
"Tienen confianza para contarme cualquier cosa"
Sabina y Carmen han crecido, pero saben que pueden contar con su madre siempre que lo necesiten y le piden consejos. "Tienen confianza para contarme cualquier cosa, esa es la relación que tuve con mi madre y he procurado que ellas tengan la misma manera de pensar. Deben entender que las comprendo", explica la baronesa, que se alegra de ser una ‘madre moderna’. “Cuando yo tenía su edad, todo era muy distinto y tenías que pedir permiso para muchas cosas que, hoy en día, no lo necesitan, pero me alegro de que me escuchen".