La princesa Leonor ya zarpa a bordo del buque escuela de La Armada Juan Sebastián de Elcano, tras la emotiva ceremonia celebrada esta mañana en el puerto de Cádiz, con asistencia de los Reyes. Un acto que ha traído muchos recuerdos a Nicolás Vallejo-Nágera, quien hace casi 30 años, también inició esos meses de travesía, que hoy ha comenzado la princesa de Asturias, para completar su formación en La Armada.
“Qué emoción ver la salida del Juan Sebastián de Elcano con la Princesa Leonor a bordo en la que será una de las mejores experiencias de su vida como lo ha sido para todos los que hemos tenido el privilegio de vivirlo en uno de los Buques más emblemáticos de la Historia”, escribía Colate, como popularmente se le conoce, en su cuenta de Instagram después de ver a la hija de los Reyes a bordo de la emblemática nave.
Y que lo ha acompañado con unas fotografías muy significativas suyas a bordo del buque, no solo durante su periodo de instrucción, sino también, con algunas de su visita al buque, junto a su hijo Andrea Nicolás, cuando este atracó en Miami en 2022. Allí coincidió con la abuela de Leonor, la reina Sofía.
La aventura naval que hoy inicia Leonora es similar a la que en su día vivió el empresario madrileño, salvando las distancias. Para la futura reina, esta experiencia le servirá para completar su formación en La Armada, a la vez que le servirá para consolidar y ampliar sus conocimientos técnicos y marineros. Mientras que para Colate, su periplo en el centenario buque español fue parte de su Servicio Militar, que realizó en 1997. Su estancia a bordo del Elcano se prolongó durante nueve meses, frente a los seis que estará la princesa.
En cualquier caso, para él fue una prueba de fuego cuando apenas tenía 25 años, que cumplió durante la travesía, pero lo recuerda como cariño y cierta nostalgia. Así lo ha expresado en Socialité de Telecinco, donde ha acudido para compartir esos recuerdos de la mili, donde hizo grandes amistades. En el programa ha confesado su emoción al ver la salida del buque escuela: “La salida de Cádiz es uno de los momentos más emotivos porque va tu familia, tu pareja… También es uno de los momentos más duros. Me ha sorprendido la entereza de la princesa y de los Reyes. Yo lloraba como una magdalena”.
El hermano de Samantha Vallejo-Nágera, además, ha señalado lo angustioso de ese momento “porque te vas a lo desconocido. De repente metido en un barco, que es espectacular, pero luego, cuando estás en medio del mar, es un barquito y tienes que tener una convivencia con doscientas y pico personas. Empiezas a convivir en un espacio muy reducido, bastante peligroso y en constante movimiento. Te tienes que conocer y te tienes que aguantar”.
La suerte que va a tener la princesa es que ella tendrá un camarote para tres “en cambio, yo -reconocía Colate- lo compartía con setenta”. Sin embargo, pese a la dureza de las condiciones en las que los tripulantes del barco deben vivir durante esos meses a bordo, el madrileño explica que lo peor, tal vez, es la comida y explica por qué: “No todos somos iguales. Hay clases. Yo estaba abajo del todo. Se comía muy bien los primeros días al salir, porque cuando estás en tierra llenas el barco de víveres y es comida fresca”.
Pero según van pasando los días sin pisar tierra, la cosa se complica “nosotros tuvimos dos navegaciones de más de 32 días sin pisar tierra. Los últimos días, la comida se vuelve muy escasa, en polvo, latas… En el poco espacio que tenías para guardar las cosas, yo guardaba algunos víveres para darte un gustito de vez en cuando”.
Y en cuanto a las comunicaciones, también sale ganando la princesa Leonor porque en los tiempos de instrucción de Nicolás Vallejo-Nájera, los avances tecnológicos de hoy, entonces no existían. “Yo era el único que tenía teléfono móvil -confiesa-, pero luego no funcionaba en ningún lado. Las comunicaciones eran por carta escrita. Tú mandabas la carta de amor y llegaba como tres meses después y la respuesta, casi cuando estabas en España”, recuerda entre risas. Y ahora, ya pueden subir con su tableta y su teléfono móvil, con lo que todo es mucho más sencillo.
Cuando echa la vista atrás y piensa en aquellos meses a bordo del Juan Sebastián de Elcano, Colate no cambiaría nada, ni la dureza del trabajo, ni las guardias, ni la falta de comida… porque “para mí fue la mejor experiencia de mi vida. También la más difícil y donde peor lo pasé. Es superduro, superdifícil. No tienes tiempo libre, estás todo el día trabajando y, en algunos casos, son trabajos peligrosos”. Pero mereció la pena.
De hecho, se muestra totalmente convencido de que para la princesa también será irrepetible, como en algún momento también lo fue para su padre, el rey Felipe. “Va a ser una experiencia que no va a olvidar en su vida y que se lo va a pasar muy bien, justamente por el hecho de estar aislada”, sentencia, mientras le desea todo lo mejor a la princesa de Asturias para esos seis meses que tiene por delante.