Jocelyn Wildenstein, conocida internacionalmente como "Catwoman" o "mujer gato" debido a su aspecto felino derivado de numerosas cirugías estéticas, ha muerto a los 84 años (hay quienes aseguran que tenía 79) en París. La socialité suiza murió el martes a causa de una embolia pulmonar mientras dormía en un lujoso palacio parisino, según confirmó su pareja, el diseñador de moda Lloyd Klein, quien está profundamente desolado tras esta inesperada pérdida.
De Suiza al olimpo de París
Nacida como Jocelyne Périsset en Lausana, Suiza, el 7 de septiembre de 1939 (aunque algunas fuentes sugieren 1945), Jocelyn creció en un entorno humilde antes de entrar en la esfera de la élite internacional. De joven, se sintió fascinada por la fauna africana, una pasión que influyó profundamente en su vida. A los veinte años, dejó Suiza para instalarse en París, donde empezó a codearse con la alta sociedad y frecuentar los círculos más exclusivos.
En 1977, durante un safari en Kenia, conoció al multimillonario comerciante de arte Alec Wildenstein, heredero de una influyente dinastía de coleccionistas de arte franceses. La pareja se casó al año siguiente, consolidando la entrada de Jocelyn en el mundo de los superricos.
Un estilo de vida de lujo y extravagancia
La nueva señora Wildenstein adoptó un estilo de vida opulento. Durante su matrimonio, la pareja vivió en el rancho 'Ol Jogi', una inmensa propiedad familiar en Kenia, famosa por su fauna exótica y recintos para tigres diseñados personalmente por Jocelyn. El rancho era solo uno de sus múltiples hogares alrededor del mundo, todos ellos atendidos por decenas de empleados.
Sus gastos eran legendarios. Se decía que la pareja gastaba alrededor de un millón de euros al mes. Jocelyn adquiría vestidos de alta costura de Chanel por cientos de miles de euros y decoraba sus propiedades con obras de arte y muebles exclusivos.
Su transformación física
La obsesión de Jocelyn por los grandes felinos africanos no solo influyó en su estilo de vida, sino también en su apariencia. Al poco tiempo de casarse, comenzó a someterse a cirugías plásticas para lograr un aspecto más felino. Durante las décadas siguientes, su rostro fue cambiando, adquirió características como "ojos de gato", pómulos prominentes y una piel extremadamente tersa. A pesar de los rumores, Wildenstein negó en numerosas ocasiones haberse sometido a procedimientos estéticos, atribuyendo su transformación a la naturaleza y a la caracterización de sus peinados.
Su exmarido, Alec, declaró en una entrevista que Jocelyn "pensaba que podía arreglar su rostro como si fuera un mueble". Tras su divorcio en 1999, la prensa la apodó "La novia de Wildenstein", comparándola con un personaje salido de una pesadilla de Frankenstein.
Un divorcio millonario y una fortuna desperdiciada
El matrimonio Wildenstein terminó de forma escandalosa cuando Jocelyn sorprendió a Alec en la cama con otra mujer. Durante el proceso de divorcio, Alec fue acusado de amenazarla con un arma, lo que intensificó el drama mediático. El acuerdo de divorcio fue uno de los más costosos de la historia: Jocelyn recibió más de 2,500 millones de euros, además de 100 millones anuales durante 13 años.
Sin embargo, la fortuna que parecía inagotable se desvaneció rápidamente. En 2018, Jocelyn se declaró en bancarrota, afirmando que malas inversiones y un fraude en el fideicomiso de arte de su divorcio (que incluía obras falsas atribuidas a Velázquez) fueron los principales culpables. También se informó que su estilo de vida extravagante contribuyó a su ruina financiera, con gastos desmedidos en joyas, arte y residencias de lujo.
Su relación con Lloyd Klein
Tras su divorcio, Jocelyn inició una relación con el diseñador de moda Lloyd Klein, casi treinta años menor que ella. Aunque la pareja se comprometió, su relación fue bastante inestable. En 2016, Wildenstein fue arrestada tras un altercado en el que supuestamente cortó la cara de Klein con unas tijeras. Días después, Klein fue arrestado al intentar recuperar sus pertenencias del apartamento que compartían en la Torre Trump de Nueva York. A pesar de estos incidentes, la pareja se reconcilió y permaneció junta hasta la muerte de Jocelyn.
Un documental pendiente
En sus últimos años, Jocelyn intentó revivir su notoriedad mediática. En 2022, filmó un reality show que documentaba su transición de Nueva York a Los Ángeles, mostrando una faceta más íntima de su vida. Sin embargo, el proyecto no llegó a estrenarse. Según se informa el portal TMZ, el rodaje duró un mes, pero el proyecto sigue en el limbo, todavía buscando una red o plataforma de transmisión.
A pesar de décadas en los titulares, gran parte de la vida de Jocelyn sigue envuelta en misterio. Su verdadera edad, los detalles de su transformación física y el destino de su fortuna siguen siendo temas de especulación. Como ella misma dijo en 2018: "No tengo nada que demostrar. Al final, no me importa".
Genio y figura, como se suele decir, hasta la sepultura, Klein describió a Wildenstein como un ícono único de la alta sociedad cuyo legado continuará fascinando al público tanto o más que durante su vida.