Cuando Sonsoles Ónega fichó por Antena 3 en 2022 y empezó a presentar las tardes de la cadena, no esperaba que terminaría librando una guerra –por las audiencias– contra Ana Rosa. Un enfrentamiento de lo más llamativo y únicamente porque ambas se profesaban admiración y cariño mientras trabajaban en Telecinco. No hay que olvidar que Quintana también fue la jefa de Ónega, puesto que Unicorn era la productora de Ya es mediodía y Ya son las ocho, los programas que presentaba entonces.
Por ello, nos ya nos llamó la atención que, el pasado julio, Sonsoles nos contara que no había vuelto a hablar con Ana Rosa desde su camino de cadena: “No tenemos relación”, nos decía, aunque aclarando que “no había mal rollo” con Ana Rosa. “Desde luego, yo no lo tengo. Si ella lo tiene conmigo, lo ignoro. No tengo ningún problema con nadie y sigo manteniendo relación con los equipos de Telecinco, porque he estado allí 18 años de mi vida, nos explicaba entonces.
Aprovechando la reciente participación de Sonsoles en el último brindis solidario de Bodegas Protos, que este año donó 10.000 euros a la Fundación UAPO (Unidad de Apoyo a Pacientes Oncológicos), quisimos conocer si se había producido algún acercamiento con su exjefa. También le preguntamos por los comentarios que le ha dedicado Kike Quintana, sobrino de Ana Rosa, en TardeAR. Por ejemplo, hace justo un año, cuando Ónega ganó el Premio Planeta por su novela Las hijas de la criada, el comentarista la llamó “enana planetaria” en el programa de su tía.
—Desde hace meses se viene hablado de la guerra de las audiencias entre Pablo Motos y Broncano, que es parecida a la que has vivido con Ana Rosa. ¿Cómo has vivido esta nueva batalla entre los programas de la noche?
—Con mucha más distancia. Pero al final, trabajo en una cadena a la que quiero que le vaya muy bien. Las guerras encarnizadas no me gustan y suelo huir de ellas también cuando me he visto envuelta en alguna. La competencia sana y es buena entre cadenas, aunque no me gusta tanto entre compañeros.
—La última vez que te entrevisté, en julio, nos contabas que no habías visto Ana Rosa ni habías vuelto a hablar con ella. ¿Alguna novedad?
—Nada ha cambiado.
—Hace un año, el sobrino de Ana Rosa hizo algunos comentarios sobre ti que fueron muy comentados. ¿Qué opinas sobre ellos?
—La verdad es que me apenan. Ya sé que es un verbo que destila cursilería, pero es que lo vivo así. Hemos sido compañeros y seguimos siéndolo porque esta profesión es estrecha y corta. Creo que los ataques personales no nos ayudan en nada.
—Desde hace unos años, cuentas con una mayor popularidad. ¿Ha cambiado en algo tu vida?
—Al verte por la tele y reconocerte, notas que la gente te recibe con cariño. Al final, son muchas horas diarias de entrar en las casas. Forma parte de todo esto y lo veo positivo.
—¿Echas de menos algo de tu vida más anónima?
—No. ¿Sabes qué sensación tengo? De no cumplir con todos los compromisos en los que cuentan conmigo. A veces, me angustia. Me gusta ser muy cumplidora y, si alguien me llama para estar en su evento, entiendo que lo hace con cariño y porque quiere que tú estés ahí. Y este año ha sido un año de muchos noes por la promoción de la novela y eso me me fatiga emocionalmente. Así que aprovecho para pedir perdón.