En menos de dos meses, Helen Lindes y Rudy Fernández serán padres por tercera vez, logrando así su sueño de convertirse en familia numerosa. No es habitual ver posar junto a este matrimonio de éxito y mucho amor que forman el campeón de baloncesto y la top canaria, ya camino de los diez años de su boda, en Mallorca, el 4 de julio de 2015. De ahí la excepcionalidad del reportaje en un momento tan especial, cuando cuentan los días para dar la bienvenida a su hija y en una nueva etapa de sus vidas, tras la retirada de Rudy el pasado verano, después de sus sextos Juegos Olímpicos. Otro hito en el palmarés de un jugador de leyenda, parte de una generación irrepetible de deportistas españoles que han llevado a nuestro país a lo más alto del podio internacional. Tras ser madre de nuevo, Helen, que ha seguido trabajando durante el embarazo, volverá a retomar al cien por cien sus compromisos laborales. Ha celebrado 25 años de carrera, la continúan reclamando como modelo tanto aquí como fuera de nuestras fronteras y es referente de grandes marcas, como Rowenta y Clarins.
—¿Cómo estás viviendo este embarazo, ya en la recta final?
—Muy bien, cuidándome mucho e intentando llegar lo mejor posible al día del parto. He estado bastante activa todo el embarazo y ahora espero no tener que frenar demasiado, aunque sí a mi ritmo, pero cuanto más me mueva, mejor.
—¿Cuándo está previsto que des a luz?
—Estoy de 33 semanas, un pelín más de ocho meses de embarazo. Mi fecha probable de parto es el 4 de febrero. ¡Ya quedan menos de dos meses!
—Casi nace también en Navidad.
—Ya habrán pasado y prefiero que sea así, ya que Alan, mi hijo mayor, cumple justo el 22 de diciembre y me gustaría que los cumpleaños estén lo más separados posible. Creo que es más fácil para organizarnos en años venideros.
—¿Siempre habíais querido ampliar la familia o ha sido la mejor de las sorpresas?
—Ha sido un embarazo muy buscado. Hemos tenido que esperar más de dos años para conseguirlo, así que no es ninguna sorpresa. Es algo muy hablado entre Rudy y yo y muy meditado. Pero los dos embarazos anteriores fueron tan rápidos de conseguir que este lo estamos viviendo con mucha expectación, ya que nos ha costado muchísimo más.
—Cuando se acerca el momento del parto, suele haber algo de incertidumbre, pero, al ser el tercero, ¿estás más relajada?
—Bueno, he tenido ya dos partos y, además, muy diferentes. El primero, el de Alan, se complicó al final y tuvo que ser cesárea de urgencia, y el segundo, el de Aura, fue un parto natural maravilloso, superrápido y sin puntos. Así que he vivido dos experiencias totalmente opuestas. Estoy nerviosa porque no me gustaría que terminara en cesárea, porque sufrí mucho, así que cruzando los dedos para que vaya todo bien.
—Ahora que tienes a Rudy en casa... ¿te está mimando más que en los anteriores embarazos?
—Estamos viviendo un embarazo muy diferente, ya que, al estar Rudy retirado, tiene más tiempo para dedicarse a la familia en general. Me siento superapoyada y acompañada tanto por él como por los niños.
—¿Y tú como te estás cuidando para mantenerte sana y sobre todo con energía?…porque Alan y Aura son pequeños y seguirán demandándote mucho…
—Pues hay días buenos y malos. Los buenos los aprovecho para hacer ejercicios de fuerza y estiramientos, salir a pasear, quedar con amigas, y sobretodo para pasar tiempo con los niños que me demandan mucha atención. Los días malos, son días de cama, manta y peli y Rudy se encarga de que pueda descansar y estar más tranquila.
—¿Te ha dado por tener algún antojo o no has notado nada nuevo?
—Pues la verdad es que aparte de los ascos y aversiones del primer trimestre, luego he vuelto a comer con normalidad. Sí que me apetece más comer dulce y quizás me he dado más caprichos de lo normal. Pero aparte de eso nada diferente.
—¿En qué has notado que este tercer embarazo está siendo diferente física o emocionalmente a los anteriores?
—Emocionalmente, me siento mucho más fuerte, ya he pasado antes por esto y me siento muy capaz de ser madre por tercera vez, tengo más paz mental. Físicamente, no lo llevo tan mal, pensé que, por la edad, sería más complicado, pero no veo mucha diferencia con los otros embarazos.
—¿Y crees que esta maternidad será distinta?
—Todo el mundo me dice que los terceros se crían solos… ja, ja, ja... No sé si será verdad, pero lo que sé es que estoy en un momento muy bueno a nivel personal y que la ayuda de Rudy y tenerlo más en casa hará que sea mucho más llevadero.
Una nueva etapa
—Hablando de Rudy, ¿cómo lo ves en esta nueva etapa de su vida? ¿Le está resultando fácil bajar el ritmo, la intensidad con la que vive, entrena y se cuida un deportista de élite?
—No ha bajado casi la intensidad… ja, ja, ja... Sigue entrenando por su cuenta y buscando actividades físicas para sentirse bien. Pero lo que más me fascina es su capacidad para gestionar negocios nuevos y proyectos profesionales. ¡Cada día tiene varias reuniones y su cabeza no para! La verdad es que está muy ocupado también, pero en otro sentido.
—¿Ha descubierto alguna ocupación o hobbies que le apasionen ahora que tiene más tiempo libre?
—¡Le encanta el golf! Ha empezado a tomar clases y no se le da nada mal… Me ha regalado un bono para dar clases también, pero tendré que esperar a después del parto para retomarlas. Me hace ilusión que podamos hacer un deporte juntos.
—¿Algo nuevo que te ha sorprendido a ti de él ahora que estáis más tiempo juntos?
—Sí, que no descansa nunca. Yo pensé que estaría más ocioso ahora, después de la retirada, o incluso aburrido, ¡pero qué va! No para de tener planes, reuniones, viajes, etcétera, ¡y me encanta! Me gusta que tenga una mente inquieta y que comparta conmigo todos sus nuevos proyectos.
—¿Cómo está viviendo él esta tercera paternidad? ¿Tiene ilusión de volver a cambiar pañales?
—¡Siempre se ha involucrado mucho! Es mucho más niñero que yo. Para mí ha sido todo un descubrimiento el mundo que rodea a los niños, he tenido que aprender a marchas forzadas; sin embargo, a él le sale de manera natural. No podía haber escogido mejor compañero de vida y padre para mis hijos.
—¿Con Alan y Aura se perdió muchos momentos?
—Yo no siento que se haya perdido nada, ya que, aunque haya pasado largas temporadas concentrado en sus campeonatos, lo ha compensado con creces cuando ha tenido tiempo libre. Lo único diferente ahora es que tenemos libres todos los fines de semana y vacaciones para hacer planes en familia. Algo que no hemos podido planear nunca, ya que siempre había partidos o entrenamientos.
Su trabajo
—¿Has estado trabajando hasta el final del embarazo o ya has parado?
—Ya que vivo de mi imagen, hay cosas que obviamente no puedo hacer estando embarazada. Pero sí que he podido hacer un anuncio de televisión, varias sesiones de fotos como imagen de marca y sigo con colaboraciones varias. Así que, dentro de lo que cabe, ¡no me puedo quejar!
—Cuando nazca tu hija, ¿te tomarás un tiempo?
—Por supuesto, la cuarentena es fundamental para recuperarte, crear vínculo con tu bebé y que todo vuelva poco a poco a su ser. Después empezaré a tomarme con calma el trabajo, pero espero poder retomar mis compromisos en primavera y estar a tope en verano.
—¿Ya habéis elegido nombre para la bebé?
—El nombre empezará por A, como ya hemos hecho con Alan y Aura. Lo he elegido yo, es un nombre que siempre me ha gustado y que siempre he tenido en mente para mi hija. Ha sido fácil. Pero, como siempre, esperaremos al día de su nacimiento para desvelarlo. No por superstición ni nada parecido, solo por tradición y porque me gusta hacerlo así.
Tradiciones navideñas
—¿Qué planes tenéis para Nochebuena, Navidad y Fin de Año?
—¡Pues yo poco podré hacer a esas alturas del embarazo! El plan será estar en casa con la familia, cocinar, jugar a juegos de mesa, ver pelis navideñas y salir a dar paseos si hace bueno. Afortunadamente, vienen a casa mi hermano y mi suegra y los niños se sienten muy cercanos a ellos.
—¿Eres de alguna tradición especial? ¿Algo, por ejemplo, heredado de tu sangre británica?
—La comida de Navidad suele ser siempre un pavo relleno con gravy (salsa de su propio jugo), y eso lo comíamos siempre en casa con mi madre. Pero los dulces británicos, como los mince pies o el christmas pudding, los hemos cambiado por roscón de Reyes, un dulce que yo nunca había probado hasta que conocí a Rudy.