Ah, la Navidad. Esa época mágica en la que el mundo se llena de luces, villancicos, y... ¿jerséis feos? Así es. Lo que alguna vez fue un regalo incómodo de tus abuelos o de un tío lejano ha evolucionado hasta convertirse en una tradición navideña en la que el exceso es la clave: cuanto más extravagante, colorido y kitsch sea el suéter, ¡mejor! Pero, ¿cómo lograron estos estrafalarios jerséis pasar de ser un motivo de vergüenza escondido en el fondo del armario a convertirse en un fenómeno cultural que ahora se luce con orgullo?
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El origen de 'ugly sweaters'
En los años 80 y 90, recibir un suéter navideño como regalo era casi un castigo, aunque viniera con la mejor de las intenciones (y un sentido de la moda cuestionable). Se abría, se miraba, provocaba algunas risas y luego se guardaba, esperando que las polillas hicieran su trabajo. Con sus colores estridentes, renos de ojos desorbitados y copos de nieve mal dibujados, estas prendas tan peculiares se ganaron rápidamente la fama de ser objetos más temidos que apreciados.
Sin embargo, llegaron los años 2000 y con él el gran cambio cuando alguien decidió que era cool ser uncool. Una ola de fiestas temáticas llamadas 'Ugly Sweater Parties' (Fiestas de Sweaters Feos) comenzó a popularizarse en Estados Unidos y rápidamente se extendió al resto del mundo. La idea era sencilla: cuanto más ridículo, mejor. Y la gente se volvió loca. Los diseñadores no tardaron en unirse a la tendencia, creando prendas deliberadamente feas con luces LED e incluso con sonidos.
El turno de los pijamas
Pero los sweaters no están solos en estas fiestas navideñas, el pijama temático poco a poco también está reclamando su lugar y ya no solo lo usábamos para dormir o para quedarnos en casa viendo Netflix, ahora, los pijamas de Navidad son sinónimo de unión familiar y son casi obligatorios para la foto anual de Instagram. ¿Qué familia no quiere lucir como un ejército sincronizado de duendes o pingüinos?
Los pijamas coordinados han llevado la Navidad a otro nivel. Desde conjuntos a rayas hasta monos polares con gorros de Papá Noe, las familias de todo el mundo están abrazando la comodidad como nunca antes y hasta grandes diseñadores han convertido esta tendencia en un negocio millonario que tiene su mejor escaparate en las redes sociales.
El espíritu navideño en forma de tela
¿Pero por qué nos fascina esta tendencia? Más allá de la risa y las fotos ridículas, hay algo reconfortante en usar prendas que abrazan la imperfección. En un mundo obsesionado con la perfección, un sweater con un reno peludo o un pijama que te hace parecer un bastón de caramelo humano nos recuerda que en Navidad todo vale.
Además, estas prendas nos conectan con la nostalgia de los días en los que éramos niños y poner el árbol de Navidad o decorar el Belén era lo más impresionante del mundo.
La evolución de una broma a una tradición
Hoy, el sweater feo tiene su propio día: el 'National Ugly Christmas Sweater Day', celebrado el tercer viernes de diciembre. Incluso se organizan concursos internacionales para coronar al diseño más estrafalario. Mientras tanto, los pijamas navideños han logrado algo que pocos objetos logran: unir a familias enteras, aunque sea solo para una foto.
¿Quién hubiera pensado que estas prendas, alguna vez motivo de risa o desprecio, se convertirían en un ícono de la Navidad? Así que este año, no te escondas: saca tu sweater más chillón, tus pijamas con estampados imposibles y abraza el espíritu navideño con humor y estilo. Porque al final, nada dice "Feliz Navidad” como parecer un árbol de Navidad andante.