Es tiempo de celebrar, y a Demi Moore motivos no le faltan. Aunque cumplió 62 años el pasado 11 de noviembre, la actriz ha vuelto a soplar las velas, la semana pasada, en Nueva York, en una fiesta en la que también celebró el comienzo de la Navidad y los éxitos que está cosechando con su papel en la película La sustancia, el último de ellos, su nominación al Globo de Oro. A su fiesta no faltaron muchos de sus compañeros de la gran pantalla, como Chloë Sevigny, Margarita Levieva o Tony Goldwyn, con quien compartió cartel en Ghost, además de príncipes como Olympia y Achileas de Grecia, que no quisieron perderse esta cita de película en la gran manzana.
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Demi también ha celebrado la vida, aunque en su faceta personal atraviesa un momento difícil por la demencia frontotemporal que le fue diagnosticada hace dos años a su exmarido y padre de sus tres hijas, Bruce Willis. En una reciente entrevista en la CNN, confesaba que "es muy difícil y es algo que no le desearía a nadie, porque hay un enorme sentimiento de pérdida", pero, por otro lado, destacaba con esperanza que, a pesar de la dureza de la enfermedad, "los momentos que están viviendo con él son un regalo".