El expresidente francés Nicolas Sarkozy, de 69 años, ha sido condenado de manera definitiva a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias. Sin embargo, no ingresará en prisión, ya que deberá cumplir un año de arresto domiciliario bajo vigilancia mediante una pulsera electrónica. La sentencia, ratificada este miércoles por el Tribunal de Casación, marca un hito en la historia de Francia, al convertir al esposo de Carla Bruni en el primer exjefe de Estado condenado a una pena de este tipo.
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El caso "Bismuth" y las acusaciones
La condena está relacionada con el caso "Bismuth", en el que Sarkozy y su abogado Thierry Herzog ofrecieron favores a un alto magistrado, Gilbert Azibert, a cambio de información privilegiada sobre una investigación judicial. Este esquema fue descubierto en 2014 gracias a escuchas telefónicas realizadas en una línea secundaria que Sarkozy utilizaba para evitar ser rastreado.
Reacciones de Sarkozy y su familia
Sarkozy ha reaccionado públicamente, reiterando su inocencia y calificando el proceso como una injusticia y una persecución política. En un mensaje en redes sociales, afirmó: "Asumiré mis responsabilidades y enfrentaré todas las consecuencias, pero mantengo mi derecho a defender mi inocencia". Además, anunció que llevará su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Un mensaje que ha sido compartido por Carla Bruni en sus redes sociales, demostrando así su respaldo a quien es su pareja desde hace más de dos décadas.
Jean Sarkozy, uno de los cuatro hijos del expresidente, también ha mostrado públicamente su apoyo a su padre. A través de su perfil de Instagram, compartió una conmovedora fotografía en la que aparece abrazándolo cuando era niño, acompañada del mensaje: "Esto es lo que veo". Este gesto ha sido interpretado como un claro respaldo al exmandatario en un momento complicado.
El cumplimiento de la condena
En las próximas semanas, Sarkozy deberá comparecer ante un juez para determinar las condiciones exactas de su arresto domiciliario y el uso de la pulsera electrónica. La sentencia incluye además tres años de inhabilitación para cargos públicos y el ejercicio de su profesión como abogado. Aunque podría solicitar libertad condicional cuando cumpla 70 años, la pena completa seguirá vigente.
Un expresidente con mucha influencia
Sarkozy, presidente de Francia entre 2007 y 2012, no solo enfrenta esta condena. Está pendiente de otro juicio por supuesta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar el Gadafi. Pese a sus problemas legales, sigue siendo una figura influyente en la política francesa y mantiene contacto regular con el actual presidente, Emmanuel Macron.