Con música, un gran aplauso y definido como el "inigualable y único", Raphael ha hecho una entrada triunfal en El Hormiguero. El legendario artista español, de 81 años, ha regresado al plató para hablar de sus últimos proyectos, compartir detalles sobre su impresionante carrera y sus próximos retos profesionales. Concretamente, ha presentado Ayer... Aún, un álbum que ha explicado que "debería haber sido el primero de mi carrera".
Nada más comenzar con la entrevista, al son de la música, Pablo Motos ha dado comienzo a la entrevista con Raphael, quien ha confesado lo importante que es este nuevo álbum para él: "Cuando empecé mi carrera con 18 años me llamaron de Valencia para ir a cantar a las fallas junto a otros artistas franceses. Concretamente, me contrataron para abrir el espectáculo de Édith Piaf, pero no pudo venir a final. A los tres años viajé a París y quería cantar con ella, pero se había muerto. Desde entonces siempre he tenido la espinita y por eso este álbum de canciones francesas, en su honor, cantando juntos".
Su carisma y su presencia han convertido la noche en un evento único en el que Pablo Motos ha querido preguntarle al gran artista sobre sus artistas y conciertos favoritos: "Yo he visto conciertos que me han gustado muchísimo. Elvis me encantó en Las Vegas. ABBA también fui a verles, pero mentira, porque era en holograma. Me gustó tanto que repetí. A la cuarta canción te crees que están ahí. Yo no puedo hacer eso con Édith Piaf porque en su época no existía esa tecnología".
El plató de El Hormiguero ha vivido una 'gran noche' en la que Raphael ha confesado cuál es su mayor manía antes de salir a actuar: "Lo primero que hago antes de un concierto es sentarme. Posteriormente, voy al escenario. Me gusta pisar las tablas y ver por dónde atacar. Muchas veces he ido varias veces al mismo teatro y cuando vuelvo pienso, 'ay, qué estropeado estás', porque los teatros envejecen o no los cuidan", ha explicado.
Uno de los momentos más divertidos ha sido cuando la estrella musical ha confesado el problema que tuvo cuando hizo cine: "Cuando llegué al rodaje, vi que había un cartel por delante de mi nombre y mi camerino que ponía Doli, por lo que quise saber quién era Doli. Justo en ese momento me dijeron que era una cámara-grúa del plató. Normal que estuviera por delante de mí, todos los días trabajaba", ha confesado entre risas.
Otra de las cosas que ha confesado es que cuando está sobre el escenario: "Yo soy muy dado a cambiar las letras y en más de una ocasión, me han dicho luego que me he confundido". Raphael ha explicado que no tienen una sola canción favorita: "A mí el single que más me gusta es el que estoy cantando en ese momento. Me vuelco con cada una de ellas. Si no lo hago mejor, es porque no puedo". También ha querido mandar un consejo para las nueva generaciones musicales: "Mi consejo para los nuevos es que no intenten copiar a los demás, que sea una cosa de cada uno, que se casen con la gente".
El presentador de Antena 3 no podía finalizar la entrevista sin hablar con el intérprete de Desde aquel día o Cuando tú no estás, sobre su faceta como abuelo. "Nadie me llama abuelo. Mis nietos, los ocho, han oído a todo el mundo llamarme Raphael y me llaman todos así. No me gusta el término abuelo, hay algunos que están muy saludables", a lo que Pablo Motos le respondía "Sí, el de Heidi". Un instante en el que las risas han inundado el plató y el cantante ha explicado que: "Depende de la vida de cada uno, si se han cuidado o no". Cabe recordar que el cantante tiene tres hijos, Jacobo, Alejandra y Manuel Martos, y ocho nietos: Nicolás y Julia, del primogénito; Manuela y Carlos, fruto de la relación del mediano con el financiero Álvaro de Arenzana Jove, de quien se divorció en septiembre de 2020. Y por último, Jorge, Manuel, Gonzalo y Jaime, del menor de los hermanos, con Amelia Bono.
Justo en este momento, el artista (Linares, Jaen, 1943), ha hablado del trasplante de hígado al que se sometió en 2003. Justo hace poco más de dos décadas, su carrera profesional se detuvo. En una entrevista confesó que "no bebía por el hecho de beber". "Yo quería dormir", aclaró, y recordó que aquella pesadilla "empezó en los aviones y después en los hoteles cuando pusieron los minibar". "Y me bebía una, luego dos... y dormía como un lirón, toda la noche, y al otro día podía cantar como los ángeles, bien descansado, pero claro, me estaba pudriendo un órgano vital", reconoció el artista. "Yo he dormido muy mal casi siempre. Últimamente duermo de maravilla, desde que me trasplantaron", puntualizó.
Ahora, más de 20 años después, ha asegurado que se cuida mucho para que todo vaya bien: "Yo estoy bien, me he cuidado. Solo una vez que no me cuidé y menudo viaje me pegó la vida. Antes de lo que me ocurrió y de tener que ser trasplantado, no me cuidaba. Hace 22 años me dieron una segunda oportunidad y desde entonces me cuido muchísimo. Ahora está todo fantástico", ha finalizado.